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Big Open Data: la boda entre el Big Data y el Open Data
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Borja Adsuara

Menos tecnología y más pedagogía

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Big Open Data: la boda entre el Big Data y el Open Data

Lo más inteligente que puede hacer el gobierno de una ciudad, es permitir a ciudadanos y empresas el acceso libre a todos los datos que ésta genera

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Hace dos semanas, el Centro Tecnológico Industrial de Extremadura CETIEX me invitó a participar en el I Foro Europeo de Impulso Tecnológico, celebrado en Badajoz, y quise dedicar mi intervención al Big Open Data: la boda entre el Big Data y el Open Data, y poner en relación estos conceptos con el de las Smart Cities, en una ponencia-puente.

Y precisamente utilicé como imagen o metáfora el magnífico puente de Badajoz, llamado Puente de Palmas, construido en 1460, que tiene un hornabeque en su inicio y termina en la Puerta de Palmas y que pocos saben que popularmente también fue conocido como el Puente Bobo, porque no se cobraba derecho de pontazgo por atravesarlo, como ocurría en otras ciudades.

Pues bien, las Smart Cities tienen que ser Open Cities en las que haya acceso libre a la ingente cantidad de datos que las ciudades generan (Big Open Data), tanto para avanzar en la transparencia y en la participación de los ciudadanos, como para su reutilización por estos, con fines comerciales, como un yacimiento de servicios y contenidos y motor de creación de riqueza y empleo.

Los datos son de los ciudadanos

Hay quien defiende que el acceso a los datos que tiene el sector público, para su reutilización comercial, debe ser de pago; pero se olvidan de que los datos no son de las administraciones públicas, sino que éstas tan solo los administran, con un deber de custodia, por una parte, a efectos de la Ley de Protección de Datos, pero también con un deber de transparencia y de permitir su reutilización.

Lo más inteligente que puede hacer el gobierno de una ciudad es permitir a ciudadanos y empresas el acceso libre a todos los datos que la ciudad genera

Por eso, lo más inteligente que puede hacer el gobierno de una ciudad es permitir a ciudadanos y empresas el acceso libre a todos los datos que la ciudad genera, porque, en todo caso, si se crean con ellos nuevos negocios y puestos de trabajo y hay beneficios, también la ciudad participará en ellos (para empezar, a través de los impuestos). Y lo mismo es aplicable a las otras Administraciones Públicas.

Por eso, el Puente de Palmas no era, en absoluto un Puente Bobo, sino más bien un Puente Inteligente; y Badajoz, al no cobrar derechos de pontazgo, se convirtió en un centro mercantil de primer orden y en una ciudad inteligente.

Conclusiones:

1.    En Big Data lo importante no es la gestión de datos, sino la digestión de datos (el análisis de los datos).

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2.    Hay que pasar de la información al conocimiento, extrayendo datos críticos y desechando los inútiles (haciendo las preguntas adecuadas).

3.    Lo importante no es la sensorización de la ciudad, sino la inteligencia de la ciudad (toma de decisiones apoyada en esos datos).

4.    El verdadero conocimiento está en la comunicación y la compartición de la información con los ciudadanos (inteligencia colectiva).

5.    El centro de gravedad de la ciudad se está desplazando de las instituciones a los ciudadanos (gobierno abierto y participación ciudadana).

Hace dos semanas, el Centro Tecnológico Industrial de Extremadura CETIEX me invitó a participar en el I Foro Europeo de Impulso Tecnológico, celebrado en Badajoz, y quise dedicar mi intervención al Big Open Data: la boda entre el Big Data y el Open Data, y poner en relación estos conceptos con el de las Smart Cities, en una ponencia-puente.

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