Con dos ovarios
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Aquí mando yo: el penúltimo mazazo de los jueces a las mujeres
Con la resolución del juicio de La Manada nos han dejado claro que la ley protege a los agresores y que el sistema se protege a sí mismo
Con la resolución del juicio de La Manada nos han dejado claro que la ley protege a los agresores y con la decisión de dejar a los cinco violadores en libertad provisional que el sistema se protege a sí mismo. Nuestra clase judicial vio seriamente tocada su reputación, no solo en nuestro país sino en el mundo entero, cuando hicieron público el fallo que consideraba abuso y no agresión que cinco hombres penetraran a una mujer en un portal, robaran el móvil y la dejaran sola e incomunicada.
Las respuestas en redes y en la calle no se hicieron esperar. Incluso una petición en change.org solicitaba la inhabilitación de los magistrados. Petición que a día de hoy supera el millón de firmas.
No puedo evitar pensar que después de todas las movilizaciones, no solo en nuestro país sino en diferentes puntos del globo -especialmente por parte de nuestras compañeras de Sudamérica-, y de haber sido portada de los más importantes diarios de todo el mundo, este revés de los magistrados no haya sido otra cosa que una pataleta de niño pequeño que reclama su posición incuestionable en la sociedad. Hablando en plata, esto es lo que en mi barrio se llama poner los genitales encima de la mesa.
Recapitulemos: el próximo 7 de julio vencía el tiempo máximo estipulado como prisión provisional. La ley permite solicitar una ampliación de esta que podría extenderse hasta la mitad de la condena. Sin embargo, los mismos jueces que antes de dictar sentencia rechazaron su puesta en libertad, alegando posible riesgo de fuga y reiteración delictiva hasta en tres ocasiones, ahora que ya les han condenado, cambian de parecer.
Ya no consideran que unos tipos que se llamaban a sí mismos violadores, que se organizaban para comprar drogas con que dormir a sus víctimas y a los que hemos visto agrediendo a la chica de Pozoblanco completamente inconsciente, puedan reincidir. Para más inri, les dejan en libertad a pocos días de los SanFermines. Ideal para pegarse otra juerga antes de que tengan que ingresar en la cárcel definitivamente.
De los tres magistrados solo uno, el presidente del Tribunal Francisco José Cobo, ha votado en contra de conceder la libertad condicional de los condenados. El juez Ricardo González votó a favor, como era de esperar, y Raquel Fernandino, que en las veces anteriores también se posicionó en contra, ha cambiado de parecer y ha favorecido a que, por el módico precio de 6.000€ per cápita, las mujeres a partir de hoy estemos un poco menos seguras en las calles. En mi cabeza solo cabe la opción de que esta deliberada provocación se deba a las ganas de hacernos ver quién manda.
Ha sido su forma de decirnos que debemos callar y asentir, algo que por supuesto no va a suceder. Ellos llevarán toga, pero vivimos en una democracia
El sistema judicial no esperaba que las mujeres hiciéramos tambalear su prestigio y cuestionáramos de forma feroz la justicia patriarcal que llevan impartiendo desde que el mundo es mundo. Ha sido su forma de decirnos que debemos callar y asentir, algo que por supuesto no va a suceder. Ellos llevarán toga, pero vivimos en una democracia. El poder reside en el pueblo y nosotras somos la mitad de la población, algo que se les olvida con demasiada frecuencia.
Además, una lee las condiciones de la libertad provisional y se pregunta si el juez que las aprobó era el Joker o quién, porque son absolutamente demenciales. Deben ir a firmar al juzgado todos los lunes, miércoles y viernes, así que cuentan con los fines de semana libres para poder marcarse un viajecito como los que acostumbraban a hacer.
Además, tienen prohibido salir del país y entrar en la Comunidad de Madrid porque es donde reside la víctima. Es decir, no tienen en consideración a la joven de Córdoba que tiene el juicio pendiente con La Manada, ni al resto de mujeres que viven fuera de la capital y que también somos potenciales carne de cañón. Por no hablar de que si la víctima sale de Madrid se arriesga a coincidir con ellos, así que está condenada a no viajar para no tener que encontrarse con sus violadores. Como os decía, demencial.
Esta gente no ha visto 'La guerra de la galaxias', porque de haberlo hecho sabrían que el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento y el sufrimiento lleva al lado oscuro. Cada vez tenemos menos miedo y más ira. Tensar la cuerda ya no es una opción porque hemos descubierto que juntas somos fuertes.
A ver si ahora que tenemos una ministra de Justicia retiran de la circulación a los jueces que no son capaces de impartirla
Si no nos protegen ellos nos protegeremos nosotras. Su incompetencia y desvergüenza ha quedado patente. Que las agresiones contra las mujeres son un delito menor también. Que son capaces de dejar en la calle a cinco violadores porque hemos herido su orgullo parece bastante evidente. Al final, va a resultar que llevábamos toda la razón al pedir que les inhabilitasen. A ver si ahora que tenemos una ministra de Justicia retiran de la circulación a quienes no son capaces de impartirla.
Señores magistrados: hemos recibido vuestro mensaje, ahora escuchad vosotros el nuestro. Bastará con que os asoméis a la calle. No pararemos hasta que también sea nuestra.
Con la resolución del juicio de La Manada nos han dejado claro que la ley protege a los agresores y con la decisión de dejar a los cinco violadores en libertad provisional que el sistema se protege a sí mismo. Nuestra clase judicial vio seriamente tocada su reputación, no solo en nuestro país sino en el mundo entero, cuando hicieron público el fallo que consideraba abuso y no agresión que cinco hombres penetraran a una mujer en un portal, robaran el móvil y la dejaran sola e incomunicada.