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La ciencia lo demuestra: los futbolistas, seres muy inteligentes
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Rocío Mayoral

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La ciencia lo demuestra: los futbolistas, seres muy inteligentes

Aunque lo parezca, hoy no hablaremos de fútbol, pero sí de deporte y sobre todo, de las personas que lo practican. Es necesario. Porque todavía hace

Aunque lo parezca, hoy no hablaremos de fútbol, pero sí de deporte y sobre todo, de las personas que lo practican. Es necesario. Porque todavía hace falta mucha divulgación para darnos cuenta que el deporte es mucho más que un juego.

Nuestra liga está plagada de jugadores excepcionales: Falcao, Benzema, Iniesta y, claro, Cristiano Ronaldo y Messi. Nadie se atrevería a dudar de sus destacadas destrezas físicas. Pero seguramente, no sucedería igual si preguntásemos por sus capacidades intelectuales. Y es que todavía son muchos los que piensan que muchos deportistas y los futbolistas en particular, son en general poco inteligentes.

Pues quienes así lo hacen, debieran reconsiderar su postura. La investigación nos habla de una realidad muy diferente.

Investigación de superhéroes

Todos lo sabemos. Johan Cruyff no es un científico, pero dijo: “El fútbol es un juego al que se juega con el cerebro”. Y tenía razón. Hoy tenemos claro que para alcanzar la excelencia deportiva, se debe disponer de capacidades físicas o emocionales. Pero también intelectuales. ¿Pero sabemos cuáles, cómo se forman, cómo podemos desarrollarlas? En definitiva, ¿sabemos cómo funciona el cerebro de un deportista de élite? Esa pregunta ha generado muchos estudios. Algunos han contado con jugadores de excepción.

Un buen rendimiento deportivo va acompañado de un elevado desarrollo cognitivo e intelectualHace meses Cristiano Ronaldo fue citado en un centro de alto rendimiento para estudiar las armas que le hacen ser uno de los mejores futbolistas del mundo. Se analizaron sus innumerables destrezas físicas pero también sus capacidades mentales. Se investigó si son determinantes en su juego. Estudiaron su capacidad de concentración, sus habilidades visuales y la influencia de éstas en su toma de decisiones. Mediante gafas de rastreo ocular analizaron dónde centra su atención y como actúa su vista al jugar. Los resultados fueron sorprendentes.

Comprobaron que dispone de cualidades espaciales y visuales excepcionales. Muchos jugadores cuando juegan sólo pueden seguir el balón. Pero él realiza movimientos oculares extraordinariamente rápidos y precisos que van del esférico al cuerpo del adversario pero también a los espacios de alrededor. Según los investigadores, esto le permite anticipar los movimientos del rival y genera su aparente “facilidad” para el regate.

Pero también Messi ha pasado por el laboratorio. La Organización de Investigación Científica de los Países Bajos se dispone a analizar su actividad cerebral, para tratar de averiguar, como en el caso de CR, qué le hace elegir una alternativa y desechar otra en décimas de segundo; por qué decide disparar a puerta o centrar, etc. Aún no conocemos los resultados del estudio, pero es seguro que también ofrecerá claves muy importantes para el entrenamiento deportivo.

Inteligencia y fútbol

Pero aun sin estos datos, en los últimos años hemos aprendido bastante acerca de las capacidades intelectuales que se requieren para jugar a alto nivel.

Una interesante investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo analizó el funcionamiento cognitivo de 83 futbolistas profesionales. Los resultados fueron fascinantes. Demostraron un desarrollo superior a la media en anticipación visual, identificación de patrones, cálculo de probabilidades, creatividad, desarrollo de estrategias, toma de decisiones…

Pero, sobre todo, destacaron por su alto desarrollo de funciones ejecutivas: importantes en la planificación, programación, secuenciación, memoria de trabajo, etc. Este estudio demostró que el nivel de desarrollo de estas capacidades es lo que marca la diferencia entre un buen jugador y “un crack”. También, que los futbolistas de mayor categoría profesional poseen mejor desarrollo de todas ellas.

Así que hoy no debieran existir dudas. Normalmente, un buen rendimiento deportivo va acompañado de un elevado desarrollo cognitivo e intelectual. Incluso podría decirse que algunos jugadores están dotados con un cerebro y una inteligencia no verbal privilegiada.

¿Podemos adquirir estas capacidades?

Una pregunta es obligada: ¿se pueden entrenar esas capacidades o hay que nacer con ellas?

Tal vez debiéramos plantearnos que el deporte tuviese más importancia en nuestros programas escolaresHoy sabemos que el entrenamiento, las lecciones tácticas y la visualización de las jugadas son determinantes en el desarrollo de estas capacidades. También que para que éstas lleguen a instaurarse, esos aprendizajes deben automatizarse hasta ser producidos de manera inconsciente. Y para ello la clave es practicar y practicar.

Y cuanto antes se haga, mejor. André Roca, investigador de la Universidad John Moores de Liverpool, demostró que la práctica regular de un deporte entre los 6 y los 12 años es clave para el desarrollo de ese tipo de inteligencia. Así que al fin estamos seguros. El deporte es altamente beneficioso para el desarrollo cognitivo o intelectual. Tanto, que tal vez debiéramos plantearnos si esta disciplina debiera tener aún más importancia en nuestros programas escolares.

Lo cierto es que las capacidades que desarrolla no son precisamente las verbales, y puede que por eso hayamos tardado tanto en ser conscientes de su importancia intelectual. Aunque puede que también haya contribuido la falta de cultura o educación de algunos jugadores.

Bien mirado, es comprensible que a veces no sea fácil asociar deporte a inteligencia y más cuando de boca de muchos profesionales hemos podido oír perlas como: "No hay nada en medio. O eres bueno, o eres malo. Nosotros estuvimos en medio” (Gary Lineker); “Me gustaría jugar en un equipo italiano. Como el Barcelona” (Mark Draper); “Estoy tan feliz como se puede estar. Pero he estado más feliz” (Ugo Ehiogu, futbolista inglés).

Y es que está claro. El deporte no hace magia. A pesar de sus grandes beneficios, la educación y la cultura seguirá siendo responsabilidad principalmente de la familia y la escuela.

Anexo:

Aunque lo parezca, hoy no hablaremos de fútbol, pero sí de deporte y sobre todo, de las personas que lo practican. Es necesario. Porque todavía hace falta mucha divulgación para darnos cuenta que el deporte es mucho más que un juego.