Los remedios para el jet lag, de la terapia con luz a la Viagra

Es probable que en estos días muchos afortunados hayan elegido un destino vacacional más allá del Atlántico, tal vez aún más lejos. Sin duda, un plan estupendo siempre que no hayan sufrido los efectos de un mal impensable no hace tanto tiempo: el jet lag.

Y es que hoy atravesar el mundo en pocas horas es posible. Los viajantes de antaño no saldrían de su asombro. Pero aunque nuestra mente haya asumido fácilmente el progreso, parece que nuestro cuerpo se resiste un poco más. Un vuelo intercontinental altera nuestro reloj biológico y puede generar síntomas que echen a perder el inicio de las vacaciones, una reunión importante o el regreso al trabajo. Más si cabe.

Más importante de lo que pensábamos

Y es que los seres humanos estamos regidos por ritmos circadianos que duran aproximadamente 24 horas y controlan nuestra fisiología y comportamiento.

Desincronizar los ciclos de sueño tiene efectos muy perjudicialesEstos ciclos se guían por la luz del sol y determinan el sueño y la vigilia. Se ha demostrado que pueden alterarse con facilidad y no solo cuando se viaja. Muchas personas trabajan en turnos nocturnos y otros padecen insomnio. A medio plazo, todos ellos pueden padecer  secuelas importantes y de las que tal vez no sean muy conscientes.

Insomnio, confusión, dolor de cabeza, fatiga, mareo, malestar general, diarrea, estreñimiento o irritabilidad son síntomas bien conocidos del jet lag. ¿Pero son los únicos? Hoy sabemos que no. Desincronizar los ciclos de sueño tiene efectos muy perjudiciales. Más de lo que tal vez pensemos.

El desfase horario afecta al cerebro

Hoy en día, viajar en avión a lugares lejanos es habitual. Para algunos es incluso, algo rutinario. Pero no deben confiarse. Se ha demostrado que un tercio de los que viajan con frecuencia, lejos de acostumbrarse, son cada vez más vulnerables a este mal. Pero ¿es esto malo? ¿No basta con esperar a que pasen los síntomas y volver a ser uno mismo?

Los efectos a largo plazo del jet lag van mucho más allá del simple cansancioParece ser que no. Investigaciones como la realizada por Kwangwook Cho, de la Universidad de Bristol, Reino Unido, pusieron de manifiesto que los efectos a largo plazo del jet lag van mucho más allá del simple cansancio o de la sensación de atolondramiento. Hizo un estudio con dos grupos de azafatas con más de 5 años de experiencia. A las del primer grupo su compañía les concedía menos de 5 días para recuperarse tras vuelos de larga distancia. Las del segundo grupo, disponían de 14 días de descanso.

Se les hizo escáneres cerebrales y se concluyó que el grupo de recuperación corta tenía peor memoria espacial. También niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés y desarrollo menor del hipocampo y la corteza temporal, regiones cerebrales muy implicadas en la memoria y la capacidad de aprendizaje. Estos mismos resultados fueron confirmados por el equipo de Lance Kriegsfeld y Erin M. Gibson de la Universidad de California en Berkeley.

¿A pesar de todo, piensa que aunque altere frecuentemente el ritmo de sueño, usted es de los que se recupera muy bien? Los estudios no lo tienen tan claro.

Muchas evidencias científicas apuntan hacia lo contrario. Desestabilizar con frecuencia el reloj biológico no solo produce síntomas físiológicos. A largo plazo puede  tener consecuencias relevantes en la actividad y desarrollo cerebral, la capacidad cognitiva y emocional.

Y es que se ha demostrado deterioro en la capacidad de alerta, para pensar con claridad, en nuestra capacidad física. Además puede afectar gravemente a la concentración y aprendizaje. También al equilibrio emocional. Las investigaciones en países con pocas horas de luz dan buena cuenta de ello.

Cómo combatir el jet lag

A pesar de todo, si usted no viaja con frecuencia, tal vez considere que no deba preocuparse por los efectos del jet lag. Pero la verdad, padecer sus síntomas, aunque sea esporádicamente, puede ser un fastidio. Sobre todo si va siete días al Caribe y dos de ellos los pasa atolondrado.

¿Podemos hacer algo para evitarlo? Parece que sí. Los expertos señalan algunas formas:

En primer lugar debe conocerlo y prepararse para combatirlo. Sobre todo si su lugar de destino se diferencia en dos o más husos horarios de su punto de partida.

Debe preparase aún más si viaja en dirección este, si es mayor de 50 años o si habitualmente es muy madrugador. Según los estudios estas personas son más vulnerable al jet lag.

En el avión, duerma solamente si en su destino está comenzando el día cuando llegueY aunque sea sólo por prevención, la mejor manera de combatirlo es tratar de habituarse con anterioridad al horario de destino. Si viaja a la costa este americana, es recomendable que días antes se acueste y levante cada vez más tarde. Si viajase a Japón debe hacerlo a la inversa. Acuéstese antes y madrugue más. Descanse bien los días previos.

Durante el vuelo busque comodidad. En el avión, duerma solamente si en su destino está comenzando el día cuando llegue. Si llegase por la tarde, lo mejor es abstenerse de hacerlo.

Y tras aterrizar, ajústese inmediatamente a los horarios del destino. Aunque tenga mucho sueño, intente no dormir hasta la noche. Si llegado el momento no concilia el sueño, tome medicación. Consulte al médico.

La Viagra puede ser el remedio

También puede combatir el jet lag con ayuda de la luz. Si viaja al oeste, conviene que al llegar busque sol de la tarde pero escóndase del de la mañana. Puede usar gafas de sol o no salir. Si viaja a este, hágalo al revés. La terapia con luz está resultando eficaz en estos casos.

La Viagra se está mostrando muy eficaz para reducir los síntomas del jet lagPero si al final acaba sufriendo los efectos del  jet lag la medicación con melatonina es lo más eficaz. Consulte al médico. Aunque se está experimentando con otros medicamentos como el Sildenafil, principio activo de la Viagra, que en los actuales estudios clínicos parece estar mostrándose muy eficaz para reducir los síntomas del jet lag y el desajuste en los ritmos de sueño. Veremos. Hay mucha investigación en marcha. El tema lo merece.

Y es que alterar el ritmo del sueño y mantener el desajuste durante una temporada es menos inofensivo de lo que hasta hace poco creíamos: síntomas físicos, en muchos casos importantes desajustes emocionales, afectación en capacidades, escaso desarrollo de algunas partes del cerebro. Merece la pena combatir los efectos de este mal. Aunque la medicación que algún día nos receten para combatirlo resulte… ¡sorprendente!