Es noticia
La mujer que evitó una matanza con sus palabras de apoyo
  1. Alma, Corazón, Vida
  2. Empecemos por los principios
Héctor G. Barnés

Empecemos por los principios

Por
Héctor G. Barnés

La mujer que evitó una matanza con sus palabras de apoyo

Los medios americanos se han hecho eco de la increíble historia de Antoinette Tuff, que evitó que se produjese una terrible masacre en Georgia

Foto: Tuff se ha convertido en una heroína de la noche a la mañana.
Tuff se ha convertido en una heroína de la noche a la mañana.

Cada cierto tiempo, y de manera tristemente recurrente, la noticia de una nueva matanza en un colegio u otro centro público americano salta a los medios de comunicación y reabre el debate sobre la disponibilidad de armas en Estados Unidos. La mayor parte de estas historias están marcadas por la tragedia desde sus primeros compases, ya que son situaciones tan difíciles de resolver que, por mucho que la actuación policial sea ejemplar, es complicado hacer nada frente a la furia criminal de personajes como Adam Lanza (responsable de la masacre de la escuela de Sandy Hook en Connecticut el pasado diciembre), o Eric Harris y Dylan Klebold, autores de los asesinatos de Columbine.

Por eso, los medios americanos se han apresurado en hacerse eco de la increíble historia de Antoinette Tuff, que evitó que se produjese una terrible masacre en la pequeña localidad de Decatour, a las afueras de Atlanta, en el estado de Georgia. Tuff es la bibliotecaria del Ronald El. McNair Discovery Learning Center, y consiguió el pasado martes que un joven desequilibrado, Michael Brandon Hill, de 20 años, se rindiese después de que este entrase armado en dicho centro educativo. Una grabación recogida por los servicios de emergencia ha circulado rápidamente por la red y se ha convertido en un fenómeno viral sin precedentes. Al fin y al cabo, no estamos acostumbrados a oír cómo una secuestrada negocia con su raptor, y mucho menos, en los términos en los que Tuff y Hill lo hicieron.

La compasión, la mejor arma

Una de las figuras que aparecen con más frecuencia en cierto cine policiaco es la del psicólogo que, enviado por la policía, se presta a negociar con el secuestrador y que, todo sea dicho, raramente suele conseguir nada. Pues bien, Tuff lo consiguió, y gracias a su compasión y comprensión, hizo que Hill bajara el arma y siguiese sus indicaciones. Como afirmó el jefe de policía local, que encomió la actuación de la mujer, Hill podría haber ocasionado “otro Sandy Hook”.

No te sientas mal, bebé, mi marido me acaba de dejar después de 33 años casados

El joven, que sufría diversos desórdenes mentales, estaba seguro de que la policía acabaría con él si salía del edificio, ya que ya había intentado disparar a algunos policías de la localidad y, por ello, pensaba que no había vuelva atrás. Tuff le ofreció su ayuda y protección a cambio de que no la hiciese daño. “Le dije que no le iba a pasar nada y que le diría a los policías que no le había hecho nada a nadie”, explicó la bibliotecaria. Y así lo hizo: fue ella quien le pidió a la policía que no entrasen en el edificio.

En la grabación queda claro el proceso que Tuff siguió en su comportamiento hacia el potencial criminal, ya que comienza refiriéndose a él como “sir” (“caballero”) y termina llamándolo “baby”. Hill bajó la guardia y le confesó a la bibliotecaria que no se había tomado la medicación, que se encontraba arrepentido y que “debía haber ido al hospital”.

Lo más estremecedor del caso es la sinceridad con la que Tuff se dirige al joven, ya que en un momento de la grabación se escucha decirle “no te sientas mal, bebé, mi marido me acaba de dejar después de 33 años casados… Intenté suicidarme el año pasado pero mírame ahora, estoy perfectamente y estoy trabajando”. En el momento más terrible de su vida, como posteriormente confesó a la mujer del 911, Tuff sacó fuerzas para abrir su corazón y, de esa manera, salvar su vida y la de su secuestrador.

Negociando a favor del criminal

“Puedo ayudarte, ¿quieres que hable con ellos?”, se escucha a Tuff en la cinta preguntar a Hill. “Déjame que hable con ellos a ver si se me ocurre algo para que no te tengan retenido durante mucho tiempo… Puedo decirles que no has intentado hacerme daño”. Cuando Hill le respondió que eso daba igual porque ya había disparado a los policías, Tuff le explicó que lo importante era que no había herido a nadie.

Obama ha llamado a la bibliotecaria para felicitarla por su valentía

“No le ha golpeado a nadie, simplemente ha disparado fuera de la puerta”, explicó Tuffs a la encargada del 911. “Si salgo con él, ¿me prometerán que no le van a disparar? Lo único que quiere es ir al hospital… ¿Puedes hablar con la policía y decirles que quiere salir conmigo?” De hecho, Tuff y la teleoperadora, a la que felicitó por su actuación, han protagonizado un emocionante encuentro en la televisión americana.

Uno de los datos que más han llamado la atención es el de los diferentes orígenes étnicos de los protagonistas de la historia, ya que Tuff es afroamericana, y Michael Brandon Hill, blanco. Una peculiaridad que da una lectura más a una historia ya de por sí suficientemente inspiradora: la de las dos Américas, en apariencia irreconciliables, dándose la mano para salir juntos de una situación al límite. Tuff incluso ha llegado a recibir una llamada del presidente demócrata Barack Obama para felicitarle por su actuación en este caso. Buena muestra de que, en tiempos oscuros, una historia inspiradora como esta nunca está de más.

Cada cierto tiempo, y de manera tristemente recurrente, la noticia de una nueva matanza en un colegio u otro centro público americano salta a los medios de comunicación y reabre el debate sobre la disponibilidad de armas en Estados Unidos. La mayor parte de estas historias están marcadas por la tragedia desde sus primeros compases, ya que son situaciones tan difíciles de resolver que, por mucho que la actuación policial sea ejemplar, es complicado hacer nada frente a la furia criminal de personajes como Adam Lanza (responsable de la masacre de la escuela de Sandy Hook en Connecticut el pasado diciembre), o Eric Harris y Dylan Klebold, autores de los asesinatos de Columbine.

Barack Obama YouTube
El redactor recomienda