No a Sex Box: “Los tabúes son muy necesarios para una buena sexualidad”

Esta noche la cadena de televisión británica Channel 4 estrenará Sex Box, el programa estrella de su nueva temporada en el que, en cada edición, tres parejas mantendrán relaciones sexuales en un plató. El programa, tal como informaba Vanitatis, nace con el objetivo de fomentar un debate serio y honesto sobre el sexo real ante el éxito masivo de la pornografía en internet. Las parejas participantes se encerrarán en una caja para practicar sexo y, acto seguido, saldrán para comentar sus experiencias junto a un panel de expertos en sexología.

Pese a las supuestas buenas intenciones de los creadores del programa, numerosos psicólogos han levantado la voz ante lo que consideran una manera un tanto perversa, o cuanto menos inútil, de entender la educación sexual.

El programa asegura querer recuperar el sexo de las garras de la pornografía, una afirmación que para Rhiannon Lucy, columnista sobre temas femeninos de The Guardian, es una fanfarronada: “Dejando a un lado la obvia pregunta sobre si el público va a preferir ver a gente atractiva haciéndolo sin más o gente menos atractiva haciéndolo en una caja opaca rodeados de la audiencia de un estudio de televisión, desconfío de la idea de que el sexo necesite ser rescatado del porno. ¿Es sólo una frase inventada por los ejecutivos de televisión para engañar a los espectadores o refleja una crisis real de la sexualidad moderna?”.

Los tabúes son necesarios para la sexualidad

La polémica sobre el programa ha cruzado rápidamente el Canal de la Mancha. En Le Figaro la sexóloga francesa Ghislaine París asegura que para hablar de sexo no es necesario montar una escena como la del programa que, además, hace todo lo contrario de lo que promueve, reduciendo la sexualidad al acto sexual que ocurre dentro de la caja. Según París, Sex Box tendrá además serias consecuencias sobre los telespectadores: “Creará una especie de excitación malsana pues la audiencia verá cómo los participantes hace el amor con la idea de que pueden mirar a través del ojo de la cerradura. Creo que es algo muy grave”.

Temo el paso de una civilización bloqueada por el miedo, lo prohibido y la vergüenza a otra en la que reine el disfrute individual a expensas de los demás

En opinión de la sexóloga francesa, los tabúes son necesarios para la sexualidad, pues fueron las prohibiciones las que permitieron al hombre salir de la animalidad y trascender la sexualidad, para convertirla en algo que tenía sentido. “Lo que temo es el paso de una civilización bloqueada por el miedo, lo prohibido y la vergüenza a otra en la que reine el disfrute individual a expensas de los demás”, asegura París. Y en esto, asegura, el porno no juega un papel tan relevante como creemos: “La pornografía es mala si no la entendemos. Todo depende de lo que haga uno en la realidad. Obviamente, no es recomendable para gente muy joven pues puede suponer una fractura en su desarrollo sexual, y es mala para los adultos que la toman como si fuera un documental. A parte de eso, no hay mucho más que decir: es una forma de la sexualidad humana”. De lo que no cabe duda, explica París, es que el programa no servirá para alejar a la gente del porno.

¿Hablamos lo suficiente de sexo?

En una columna en The Guardian, uno de los comentaristas de Sex Box, el psicoterapeuta Philp Hodsom, ha defendido la utilidad educativa del programa.  En su opinión, las personas que han criticado el programa olvidan lo raro que resulta un programa que explore y examine nuestras convenciones sexuales. “De hecho”, asegura Hodsom, “no existen conversaciones sobre lo que realmente sucede en la vida sexual de la mayoría de la gente. Y estoy convencido de que gran parte de esta información tiene un gran valor”.

Un programa como Sex Box ofrece una conversación real sobre sexo que no es fácil de encontrar en nuestro día a día

El sexólogo británico cree que el sexo “no es la cosa más importante del mundo, excepto cuando va mal”. El problema, asegura, es que la mayoría de parejas monógamas tienen problemas para satisfacer sus necesidades sexuales. “La frecuencia del sexo con nuestra pareja declina inevitablemente a no ser que hagas algo para evitarlo”, y un programa como Sex Box puede ayudar a todas las personas que se encuentren en esa situación, pues ofrece una conversación real sobre sexo que no es fácil de encontrar en nuestro día a día.