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Las 10 claves para entender lo que realmente es el amor
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Iván Gil

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Iván Gil

Las 10 claves para entender lo que realmente es el amor

Existen palabras de uso común que son difíciles de definir o de encontrar una definición de consenso, sobre todo, si se trata de sentimientos complejos como el amor

Foto: El amor es un sentimiento que depende de la capacidad de empatía de cada uno. (Corbis)
El amor es un sentimiento que depende de la capacidad de empatía de cada uno. (Corbis)

Existen palabras de uso común que nos cuesta definir o, al menos, consensuar unsignificado único. Cuando nos referimos a sentimientos complejos entran en juego factores como la experiencia personal, el contexto emocional y la cultura, que determinan nuestra forma de entenderlos y expresarlos. El amor es uno de los mejores ejemplos de estas palabras que varían su significado según quién y cuándo la emplee. Un niño quizá lo entienda como la necesidad de apego a sus padres, muchos adolescentes lo verán como la pasional atracción física hacia algunos de sus iguales, mientras que para un adulto casado es la base del bienestar que le proporciona la vida en pareja.

La psicóloga Melanie Greenberg, además de coach y experta en mindfulness, explica que el amor “es una de las emociones más importantes, pero también la más incomprendida”. Una incapacidad a la que poco contribuye el hecho de que el amor no sea un estado inmutable y controlable. Para arrojar un poco de luz sobre el asunto, Greenberg ha recopilado diez claves psicológicas y científicas que ayudarán a entender lo que realmente es el amor.

1. No es sinónimo de pasión o lujuria

La atracción física es uno de los rasgos definitorios del amor para muchas personas, pero no debe confundirse con la pasión o con el eventual encuentro de una sola noche. Los estudios neurológicos han determinado que las áreas del cerebro que se activan por el deseo y la atracción son las relacionadas con la recompensa y el placer, mientras que las se activan por el amor son aquellas asociadas a la empatía.

2. Es una sensación duradera, no momentánea

El amor es un estado mental y emocional duradero, que implica una preocupación profunda por el bienestar del otro, sintiendo el dolor o la alegría ajena como propios. Como apunta la psicóloga, se trata de una conexión profunda y prolongada en el tiempo entre dos personas, en el que los enamorados pueden llegar a convertirse prácticamente en un espejo mutuo, adoptando expresiones, gestos y ritmos fisiológicos parejos. Una peculiaridad que exime de la definición de amor los sentimientos acotados en el tiempo.

3. La construcción de una relación amorosa requiere voluntad

Las investigaciones sobre las parejas felices que permanecen juntas toda la vida concluyen que la clave se encuentra en compartir experiencias y en apoyarse mutuamente para seguir desarrollándose como personas. La capacidad de amar no es un automatismo, sino que depende de la voluntad para abrirse a la otra persona y del esfuerzo por ser empáticos y altruistas.

4. La capacidad de amar puede desarrollarse

Las investigaciones de Greenberg sobre mindfulness demuestran que la práctica de determinados comportamientos, centrados en la atención hacia los demás y la ayuda, aumenta la empatía y los sentimientos positivos. La compasión está asociada a la sensación de apego, y con el tiempo hace que predomine la actividad cerebral en las áreas relacionadas con la empatía frente a las que tienen que ver con el miedo y la inseguridad.

5. El amor tiene consecuencias físicas, además de psíquicas

El matrimonio es bueno para salud. Según un estudio publicado en el Journal of Health and Social Behaviorlos solteros con un aparente buen estado de salud tienen un 75% más de probabilidades de morirque aquellos que, en su misma situación, estaban casados. Un porcentaje que se encontraba en el 58% entre los separados, en el 62% entre los divorciados y hasta un 93% entre los viudos. Por tanto, las repercusiones del amor en nuestro cuerpo no sólo son mentales, sino también físicas.

6. La calidad del amor depende de uno mismo

“Cuando centramos nuestra atención en los sentimientos amorosos y en la persona a la que queremos, iniciamos una positiva espiral de reconocimiento mutuo y reciprocidad que mejorará la calidad del amor”, explica Greenberg. Las muestras de gratitud generan emociones positivas tanto en el receptor como en el emisor, sentencia la psicóloga.

7. No es un sentimiento universal

La seguridad y la confianza son requisitos imprescindibles para poder querer a otra persona. Las personas que durante su infancia sufrieron carencias afectivas, abusos u otras experiencias negativas tienen más dificultades para desarrollar el sentimiento de apego, y por tanto estar incapacitados para amar. El amor no es un sentimiento universal, apunta la psicóloga o, al menos, estas personas tienen más dificultades para sentirlo.

8. Es contagioso

Las expresiones de amor, cariño, compasión o empatía que vemos a nuestro alrededor son una rica fuente de inspiración para desarrollar en nosotros mismos estos sentimientos. El amor es contagioso, apunta Greenberg, y pone como ejemplo la capacidad de los grandes líderes espirituales, como Gandhi o el Dalai Lama, con cuyas acciones y palabras son capaces de despertar sentimientos de solidaridad y compasión en sus seguidores.

9. No es ilimitado

Si el amor no se cultiva durante el día a día este acabará desapareciendo. Las personas también cambian y evolucionan, por lo que es posible que la llama del amor se apague o apunte hacia otra dirección. Sin compromiso ni voluntad, insiste la coach, el amor acabará siendo irremediablemente un sentimiento finito.

10. No tiene por qué limitarse a una sola persona

Amar a una persona no significa que no se pueda querer a nadie más. Según Greenberg se trata de todo lo contrario, pues cuanto más intensos son estos sentimientos y más comprometidos estamos con una pareja más capacidad de empatía y de conectar con toda la gente que nos rodea.

Existen palabras de uso común que nos cuesta definir o, al menos, consensuar unsignificado único. Cuando nos referimos a sentimientos complejos entran en juego factores como la experiencia personal, el contexto emocional y la cultura, que determinan nuestra forma de entenderlos y expresarlos. El amor es uno de los mejores ejemplos de estas palabras que varían su significado según quién y cuándo la emplee. Un niño quizá lo entienda como la necesidad de apego a sus padres, muchos adolescentes lo verán como la pasional atracción física hacia algunos de sus iguales, mientras que para un adulto casado es la base del bienestar que le proporciona la vida en pareja.

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