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Y tú, ¿sabes dónde quieres estar dentro de diez años?
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Sonia Franco

Pase sin Llamar

Por
Sonia Franco

Y tú, ¿sabes dónde quieres estar dentro de diez años?

Todos los coach insisten en que hay que tener objetivos profesionales a largo plazo para no perder el foco. Muchos grandes líderes (Warren Buffett, Bill Gates)

Todos los coach insisten en que hay que tener objetivos profesionales a largo plazo para no perder el foco. Muchos grandes líderes (Warren Buffett, Bill Gates) coinciden en que gran parte de su éxito se debe a haber perseguido sus metas. Los libros de autoayuda predican las bondades de tener claro cuál es el sentido de la vida personal y profesional. Las empresas se obsesionan con los objetivos orientados a resultados.

Así que pienso, ¿cuáles son mis objetivos? Cuando tenía 18 años y el tiempo parecía estirarse como un chicle, tenía muchos sueños para cuando cumpliese los 30. Como ganar un Pulitzer (je, je). Me imaginaba presentando un programa de entrevistas en la BBC. Quería ser corresponsal en Nueva York.

Al menos esta última la cumplí. A los 32, precisamente en Nueva York, sentada con unos amigos convencidos -igual que yo- de que mejorar nuestras vidas era difícil, nos dio por preguntarnos qué estaríamos haciendo en diez años. Yo me veía con mi primera novela ya publicada (no voy mal, no voy mal) y con mi propia empresa (aún estoy esperando a que se despierte mi instinto emprendedor…).

Pero diez años después, por mucho que me esfuerce, soy incapaz de marcarme un objetivo tan claro como los de antes. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Por qué cuanto más mayores nos hacemos más nos cuesta ponernos metas? Posiblemente, porque somos más  realistas. Y algo más escépticos respecto a los entornos empresariales. Y, quizá, hemos aprendido que más vale vivir el ahora que pensar tanto en el futuro.

Pero esto no son más que excusas, así que decido ponerme manos a la obra. Buceo en Internet y me encuentro rodeada de estupendas frases de grandes hombres:

-Lo grande en este mundo no es dónde estamos, sino en qué dirección nos movemos, Oliver Wendell Holmes.
-Los hombres con más éxito son los que avanzan paso a paso hacia una meta, Alexander Graham Bell
-El esfuerzo continuado, no la fuerza o la inteligencia, son la clave para desbloquear nuestro potencial, Sir Winston Churchill.

Es decir que para evolucionar, hay que avanzar y para avanzar satisfactoriamente hay que fijarse objetivos y no dar palos de ciego. Uf. ¡Qué pereza! ¿Por dónde empezar? Sigo dando vueltas por la web y me encuentro una ficha perfectamente estructurada para fijarse objetivos. Con un aviso al principio: escribir los planes facilita que los sueños se hagan realidad. Mmm.

Encuentro también muchos y muy variados consejos. Unos objetivos bien definidos deben ser factibles (para no caer en  la frustración), medibles (para permanecer motivado), tener límites temporales (si no, los dejaríamos aparcados a la primera de cambio), estar escritos (y ser leídos a menudo), ser flexibles...

Agotador. A estas alturas, lo que me pide el cuerpo es salir corriendo. Pero resisto. Vamos a ver: uno puede aspirar a hacerse rico, a tener más poder, a convertirse en presidente del Gobierno. No es mi caso. Empiezo a agobiarme. ¿Qué es lo que quiero? Apago el ordenador. Ahora me toca indagar en el mundo real.

Lo comento con un amigo y me dice:

—Eso son bobadas. Todos los hombres de mediana edad tenemos claro lo que queremos: más poder.

Vaya. Ese sí es un objetivo concreto. Decido preguntarle a una amiga.

—Yo a lo que aspiro es a dejar de trabajar como una negra y tener más calidad de vida.

Tampoco está mal. En mi encuesta de andar por casa, los dos coinciden en algo: ¡Tienen objetivos!

Seiscientas palabras después de empezar este post, no me queda más remedio que probar suerte. Veamos. Yo lo que quiero es seguir siendo feliz (original, ¿eh?). Tener un trabajo que me permita aplicar todo lo que he aprendido y seguir aprendiendo. Irme a casa satisfecha por las noches y que me paguen –lo mejor posible- por ello. ¡Ah! Y tener tiempo para todas las demás cosas que me interesan. ¿Y tú?

Todos los coach insisten en que hay que tener objetivos profesionales a largo plazo para no perder el foco. Muchos grandes líderes (Warren Buffett, Bill Gates) coinciden en que gran parte de su éxito se debe a haber perseguido sus metas. Los libros de autoayuda predican las bondades de tener claro cuál es el sentido de la vida personal y profesional. Las empresas se obsesionan con los objetivos orientados a resultados.

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