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“No me interesa lo más mínimo, necesito trabajar de una vez”
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Lola García

Trabajo y sentido común

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“No me interesa lo más mínimo, necesito trabajar de una vez”

“No me interesa lo más mínimo. Necesito trabajar de una puta vez”. Esta es la respuesta de un candidato que se inscribe en una oferta publicada

“No me interesa lo más mínimo. Necesito trabajar de una puta vez”. Esta es la respuesta de un candidato que se inscribe en una oferta publicada en una red de búsqueda de empleo en la que te pide que detalles tu interés por la oferta.

Las cifras, publicadas por la agencia de estadísticas europea, muestran que el número de gente que busca trabajo a lo largo y ancho de la zona de moneda común continúa representando un 11,4% de la población económicamente activa, al igual que en julio. En Grecia, donde el desempleo supera el 24% el Gobierno anunció en últimos días que la economía se contraerá por sexto año consecutivo. En España, el índice de desempleo también roza el 25%.

La experiencia de muchos técnicos de selección del porcentaje de 25% de desempleados ante puestos que se les ofrece un trabajo digno son: “estoy cobrando una ayuda especial y no quiero perderla empezando a trabajar, ¿podría cobrarla en dinero negro?”, “cobro más en el paro, para eso no me cambio”, “necesito trabajar pero si hay un puesto de directivo prefiero que me llamen en esos casos”.

Hay personas que han dejado su orgullo a un lado para salir a buscar un empleo, al menos digno, y dar de comer a sus hijosEn cambio, existen personas que han trabajado en puestos directivos, liderando equipos comerciales por toda España, cumpliendo los objetivos estratégicos de su empresa y ganando las merecidas medallas por haber sido los ejecutivos comerciales ejemplares del año, que han tenido que dejarlas colgadas en su habitación para salir a buscar un empleo, al menos digno, para seguir pagando sus hipotecas y dar de comer a sus hijos. Dejando atrás su capa del Cid Campeador para de forma honesta decir: “necesito trabajar, y aunque en otras plazas he toreado mejor, ahora tengo la necesidad de trabajar para sacar adelante a mi familia, y poder reconducir mi vida laboral de nuevo”. Esas personas cumplen el perfil de personas a partir de 50 años cuyas empresas les han invitado elegantemente a salir (por decirlo de alguna manera), y que se han dado cuenta que aquellos años ya no volverán, pero que tienen la fortaleza de seguir luchando y ser capaces de reconducir su vida aunque sea con el pensamiento de que esto no dudará para siempre. Estas personas merecen desde mi punto de vista mi gran respeto.

Pero existen otras que, sin ningún miramiento, son capaces de ser tan descarados y atrevidos de decirle al seleccionador que el trabajo le importa “tres cojo…” que lo que quieren es trabajar “de una puta vez”. Me pregunto si esta persona al contestar la pregunta de por qué le interesa la oferta pensó en algún momento que se seduce más no solo por la experiencia profesional y personal que pueda resultar enriquecedora para el puesto, sino por expresar de otra manera que necesita trabajar que no sea tan directa e intentar ofrecer su valor añadido o por qué puede resultar el candidato idóneo.

¿Qué imagen proyecta alguien que utiliza términos tan rotundos y pocos apropiados cuando realmente necesitas trabajar? Es importante cuidar la imagen en la comunicación escrita. De la misma manera que se presta atención a la imagen física, es importante cuidar las formas en nuestros elementos de comunicación escrita. La forma en el que se presente un documento de trabajo –el acta de una reunión, un informe de resultados, o una presentación en público-también pone de manifiesto la comunicación de una determinada imagen.

Si realmente quieres transmitir que quieres trabajar, lee con atención la oferta y piensa qué puedes aportar para mejorar ese puesto de trabajoestando en él. Por ejemplo, si el puesto requiere que captes nuevos clientes, y sabes que puedes aportar tu don de gentes para atraer a los clientes y tu gran orientación al cliente para preocuparte que todo el proceso de venta sea correcto y así evitar incidencias procurando así que el servicio sea excelente, será mucho mejor que decir que necesitas trabajar de una puta vez. ¿Acaso no existen 98.906 personas interesadas en trabajar? ¿Cuál es tu valor añadido frente a ese número? No resulta interesante un candidato que su carta de presentación es así. Aunque su intención sea trabajar, las formas no le ayudan a su búsqueda de empleo. Existe necesidad, pero hay que saber venderse.

“No me interesa lo más mínimo. Necesito trabajar de una puta vez”. Esta es la respuesta de un candidato que se inscribe en una oferta publicada en una red de búsqueda de empleo en la que te pide que detalles tu interés por la oferta.