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La loca gira mundial de Gérard Depardieu
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Carlos Prieto

Animales de compañía

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La loca gira mundial de Gérard Depardieu

Gerard Depardieu regresa a casa por Navidad. Tras protagonizar el gran melodrama fiscal del siglo XXI, el actor vuelve fugazmente al teatro francés

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"Ahora estoy en la contemplación, la literatura, el descubrimiento, el descubrimiento de la cultura de todos los países por los que paso y que me permiten participar en su cine, como un ciudadano del mundo", explicóen una entrevista publicada a principios de año enLe Journal du Dimanche. Traducción maliciosa: Gérard Depardieu, elbohemio que se niega a plegarse a convencionalismos burgueses como pagar impuestos.

Porque ahí empezó todo. A finales de 2012, Depardieu trasladó su residencia a Bélgica para escapar de una subida de impuestos a los más ricos anunciada por el gobierno francés. El intérprete puso en venta su dúplex parisino de 1.800 metros por 50 millones de euros y renunció a su pasaporte.

Melodrama nacional francés

La repentina conversión del gran icono de la cultura francesa en ciudadano global vino acompañada de un festival de declaracionesdesgarradoras:

1) "Ya no tenemos la misma patria, soy un verdadero europeo, un ciudadano del mundo como me lo inculcó siempre mi padre". 2) "¿Quién sois para juzgarme así, os lo pregunto señor Ayrault, Primer ministro del señor Hollande, os lo pregunto, quién sois? A pesar de mis excesos, de mi apetito y de mi amor a la vida, soy un ser libre". 3) "Yo no cargo contra los que tienen colesterol, hipertensión, diabetes o demasiado alcohol, o contra los que se duermen cuando van en moto: soy uno de ellos".

El conflicto derivó en sainete al intervenir el mismísimo Vladimir Putin. Por la vía del decreto exprés, elpolítico convirtió a Depardieuen ciudadano ruso (¿Gérard Depardowski?). Como de buen nacido es ser agradecido, Depardieu inició entonces una enloquecida gira de agradecimiento por las tierras soviéticas. Bienvenidos a la madre de todas las astracanadas culturales

Me orino

No es que Depardieu no hubiera protagonizado aparatosos incidentes antes de pisar Rusia, no. Recordemos, por ejemplo, su antológica performance en agosto de 2011 durante un vuelo París-Dublín. El actor, en presuntoestado de embriaguez, se precipitóa los baños del avión nada más despegar. Unaazafata se cruzó en su camino para explicarle que los baños estaban cerradosaún por motivos de seguridad. En vano. "Quiero mear, quiero mear", vociferó Depardieu antes de bajarse la bragueta, sacar el aparato y proceder a orinar sobre la moqueta del avión. Oh, yeah.


Lo que ocurre es que su estrambótico tour soviético a la búsqueda del paraíso fiscal definitivo superó con creces todo lo perpetrado hasta entonces.

Antológicas fueron las imágenes de Depardieu recibido en la república de Mordovia por una eufórica turbamulta envuelta en trajes regionales imposibles. O las del propio Depardieu disfrazado de héroe del folk mordovo.


En pleno subidón regionalista, las autoridades mordovasofrecieron incluso a Depardieu el cargo de ministro de Cultura. El actordeclinó el ofrecimiento alegando una extraña incompatibilidad: no podía ser ministro de Cultura mordovo porque ya era "ministro de Cultura del mundo" (en efecto, a Gérard se le estaba pirando la pinza por momentos).

Todo esto era un poco como si Louis de Funès hubiera decidido disfrazarse de ruso para sembrar el terror cómico en la estepa, salvo que Depardieu pareció tomárselo completamente en serio.

En efecto, embriagado por el recibimiento del honrado pueblo ruso, Depardieu pasó de elogiar a sus abnegados dirigentes ("el Estado ruso necesita un hombre como Putin, un hombre con temperamento ruso. Putin trata de devolver a la gente un poco de dignidad") a convertirse directamente en el mamporrero oficial del Kremlin.

En su primera entrevista con la televisión rusa, el actor cargó contra las Pussy Riot (una de las cuales estaba enchironada, ay, en la bucólica Mordovia) y el resto de la oposición a Putin: "Hay algunas personas inteligentes, como Kasparov, pero eso sólo es bueno para el ajedrez, la política es algo mucho más complicado".

En efecto, la política es algo muy complicado. Tanto que uno se ve obligado a ir por el mundo disfrazado de mordovo para no tener que pagar impuestos en Francia. O la loca astracanada fiscal de Gérard Depardieu.

"Ahora estoy en la contemplación, la literatura, el descubrimiento, el descubrimiento de la cultura de todos los países por los que paso y que me permiten participar en su cine, como un ciudadano del mundo", explicóen una entrevista publicada a principios de año enLe Journal du Dimanche. Traducción maliciosa: Gérard Depardieu, elbohemio que se niega a plegarse a convencionalismos burgueses como pagar impuestos.

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