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De rey del chiste a juguete roto: la vida exagerada de Eugenio
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Carlos Prieto

Animales de compañía

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De rey del chiste a juguete roto: la vida exagerada de Eugenio

Un documental revisa el ascenso y caída del cómico catalán que dominó los años ochenta

Foto: El humorista Eugenio. (Filmin)
El humorista Eugenio. (Filmin)

Saben aquel que diu que va un matrimonio al médico y el hombre dice:

—Doctor: no me acuerdo de nada.

—A ver, ¿qué hizo usted ayer?

—¿Cómo se llaman esas montañas que están cerca de Barcelona?

—¿Montserrat?

—(Mirando a su mujer) Montserrat: ¿Qué hice yo ayer?

Este chiste de Eugenio es sensacional, pero quizá a usted no le haga gracia a palo seco, así que vamos a ponerle un poco de atrezzo: se abre el telón y aparece un hombre impasible, con cara de se ha muerto mi perro, vestido de negro, con un whisky en una mano y un pitillo en la otra, con acento catalán exagerado y que se deleita en largos silencios entre chiste y chiste. Se cierra el telón. ¿Cómo se llama el humorista? Eugenio. Máximo respeto.

En realidad, la clave aquí no es tanto el whisky y el piti, aunque ayudaban, como "el tono, el timbre y la pausa" (según su primer representante). Lo demuestra el hecho de que el mayor hito de la carrera de Eugenio fue vender millones (millones, sí) de casetes. Aquel que no tuviera una cinta de Eugenio en el coche en los 80, debió tener una infancia traumática...

El hombre de los 50.000 chistes

Todo esto y mucho más se cuenta en 'Eugenio', documental sobre Eugeni Jofra i Bafalluy, el humorista catalán que tenía una tonelada de cuchufletas absurdas: más de 50.000 chistes escritos y almacenados en casa, según cuenta uno de sus hijos en el filme.

Según iba subiendo por la escalera del éxito iba bajando al mismo tiempo por la de la oscuridad interior. Los 90 fueron la década negra de Eugenio

'Eugenio', estrenado en el festival DocsBarcelona y disponible en Filmin hasta el próximo 16 de junio, se ha convertido en pocos días en el documental más visto de 2018 en la plataforma online. Se trata de un documental biográfico al uso: narrado en orden cronológico —de su infancia a sus inicios como músico junto a su esposa Conchita, con quien formó el dúo Els Dos y estuvo cerca de representar a España en Eurovisión, pasando por su éxito como humorista y su posterior deriva final— y aderezado con entrevistas a familiares, amigos, colaboradores y colegas de profesión.

El humorista llega al chiste un poco por casualidad, y en un periodo muy breve de tiempo —finales de los 70/principios de los 80— pasa de fenómeno de culto en Barcelona a fenómeno de masas en España, de cobrar 10.000 pesetas por actuación a cobrar medio millón, empieza a dar 150 bolos al año, las televisiones se lo rifan, protagoniza una película y convierte el bilingüismo cómico en un arte.

Ocurre que la repentina muerte de su mujer, coincidiendo con su conversión en estrella del humor, le deja algo tocado, por más que luego viviera años felices con su segunda mujer. Como en uno de esos cuadros imposibles de Escher que te rompen la cabeza, según iba subiendo por la escalera del éxito iba bajando al mismo tiempo por la de la oscuridad interior. Los 90 fueron la década negra de Eugenio.

A comprar tabaco

Eugenio desaparece de la casa familiar días, semanas y meses enteros; Eugenio va de pub en pub y de discoteca en discoteca intentando que no se rompa la noche; Eugenio se atrinchera en la planta baja del chalet familiar con amigos raros y cantidades insensatas de cocaína... mientras su familia trata de hacer vida 'normal' en la planta de arriba; Eugenio deja el humor y empieza a pintar cuadros cada vez más extraños; Eugenio abraza el ocultismo y se construye una pirámide de energía junto a la piscina; Eugenio, en definitiva, se aleja de los suyos y se mete cada vez más adentro.

Unos últimos años marcados también por las enfermedades y un regreso a los escenarios en modo sombra de sí mismo.

En 'Eugenio', por tanto, se ventilan algunos episodios personales dolorosos, pero no se trata de un documental morboso, sino agridulce: más que censurar al humorista, su familia trata de descifrar su errático comportamiento durante su etapa oscura. ¿Las causas? Una mezcla de éxito mal digerido, crisis de la mediana edad, masculinidad desatada, afición a la noche y al vicio y cierta tendencia a la adicción y a la depresión.

Eugenio, no obstante, lo había advertido al principio de su carrera: "el verdadero humor es el que brota en los momentos más trágicos". Como si el humor y la tragedia fueran la misma cosa. Uno de sus seres queridos zanja así el documental: "El hombre que hizo reír a tanta gente, murió de pena". Chiste eres y en polvo te convertirás, en efecto, pero siempre nos quedará el saben aquel que diu...

PD: Chistazo de Eugenio para rematar el artículo en lo más alto:

Va un tipo a una entrevista de trabajo y le dicen:

—Empezarás cobrando 1.000 euros y más adelante 2.000 euros.

—Ah, vale, pues ya vendré más adelante...

Saben aquel que diu que va un matrimonio al médico y el hombre dice: