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Oscuro, radical, suicida. ¿Quién fue el extraordinario Stig Sæterbakken?
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Alberto Olmos

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Oscuro, radical, suicida. ¿Quién fue el extraordinario Stig Sæterbakken?

La pequeña editorial Mármara publica la última y demoledora novela del desconocido escritor noruego

Foto: Stig Sæterbakken
Stig Sæterbakken

Qué azarosa es la lectura. Por ejemplo: que un español lea a un noruego desconocido cuyo nombre apenas es capaz de pronunciar. Para que se dé este milagro, Karl Ove Knausgaard ha tenido que convertirse en un fenómeno mundial; unos libreros, fundar su propia editorial; el lector de marras, ir a devolver un libro; y el autor noruego, suicidarse. Empecemos por la niña muerta.

El torturado escritor austriaco Joseph Winkler principia su libro 'El cementerio de naranjas amargas' con una fotografía en blanco y negro. En ella se ve un pequeño ataúd que aloja el cuerpo sin vida de una niña de unos seis años. El lector que no sabía que iba a acabar leyendo a Stig Sæterbakken regaló este libro a su novia, sin hojearlo siquiera. Da la casualidad de que la novela con niña muerta entró en una casa con niña viva, y que no hay nada más escandaloso para los padres primerizos que la aparición de “muerte” y “niño” en la misma frase, y no digamos en la misma imagen.

El libro había de ser devuelto. La librería no se resistía a perder un cliente, de modo que los 24 euros se convirtieron en un vale para adquirir otro(s) libro(s). El futuro lector de Sæterbakken compró 'La muerte de los héroes', de Carlos García Gual, porque alguien tiene que morir siempre, y mejor que sea un héroe y no un niño; 14 euros. ¿Y los otro diez? El cliente solicitó el consejo de un librero: ¿me recomiendas un buen libro de diez euros? ¿Es para un regalo?, preguntó el librero. No, dijo el cliente, es para que no me robéis.

Mármara

¿Quiere esta reconocida librería robar a sus clientes? No lo sé, pero resulta sumamente difícil encontrar un libro de tu interés que cueste exactamente lo mismo que el libro que dejó de interesarte, y no digamos dos libros de tu interés que sumen exactamente el precio del libro que devolviste. Así, lo normal es que, o pierdas unos euros, o tengas que gastarte algunos más. Y uno también ha que pagarse la luz con la que lee, amigos.

En resumen, el lector y cliente se hizo con 'Les Ombres errantes', de Pasqual Quignard y, de pronto, el librero, como supermán en las cabinas de teléfono, se transformó en editor y le ofreció 'A través de la noche', de un tal Stig Sæterbakken, que su propio sello acababa de publicar. Ediciones Mármara se llama este proyecto impulsado, a la sazón, por tres libreros supermanes.

¿Me pitará a la salida?, preguntó el todavía no lector de Stig Sæterbakken.

Decir la verdad

No es raro ni especialmente agradable para un modesto escritor metido a modesto reseñista que le envíen, den, regalen o bombardeen con libros gratuitos recientemente publicados. Lo normal es no leer ninguno, despreciar el regalo, la ocasión, lo que adhiere al alma un no se qué de avilantez. Pero ¿cómo leerlo todo sin dejar de leer con gusto?

No es raro para un modesto escritor metido a modesto reseñista que le envíen libros recién publicados. Lo normal es no leer ninguno

Así que Stig como-se-llame tenía pocas oportunidades. ¿Qué pasó? Que las editoriales pequeñas a uno siempre le parten el corazón; que el noruego venía avalado por el otro noruego, el vivo y exitoso Karl Ove Knausgaard; que tampoco tenía nada mejor que leerme para esta columna; y, sobre todo, que el libro decide desde la primera página decirte la verdad.

Además, Stig Sæterbakken se suicidó hace casi exactamente cinco años, y un escritor que se suicida elige, necesariamente, su obra sobre su vida -pues aquélla se subraya con el desperdicio de ésta-. Te está pidiendo que lo leas, en suma. Es un viajero al que lo único que le importa es que le sigas regando las plantas.

'A través de la noche' fue su última novela. En ella una voz descompuesta (descomposición similar a la de otros escritores atribulados, desde Céline a Houellebecq) nos habla de las miserias de la vida familiar; de infidelidad, ruptura y autodestrucción. Las decenas de páginas dedicadas a la traición del marido son realmente extraordinarias. “Mentía como marido, pero no como padre. Dejaría de ser marido, pero no de ser padre”, leemos.

'A través de la noche' es una vibrante novela de pesadumbre, uno de esos libros que da gusto que no cuenten tu vida

El protagonista acaba buscando una misteriosa casa donde aquel que entra se topa con el mayor de sus miedos (en cierta medida, la cara oculta de la habitación de los deseos en Stalker), momento en el que la novela cambia de registro y coquetea con el género de terror.

'A través de la noche' es una vibrante novela de pesadumbre, uno de esos libros que da gusto que no cuenten tu vida, pero que te avisa de lo que puede sucederte si cuestionas con demasiada vehemencia tu propia cotidianidad.

“Cuando decides quitarte la vida, estás solo en el mundo. No tienes donde meterte. Es una decisión que se toma mucho antes de llevarla a cabo. Un día pasa algo y decides morir.”

Como ven, siempre muere alguien en los libros, ya sean héroes, niños o noruegos. Y puede que un escritor decida morir cuando ya ha matado demasiado.

Qué azarosa es la lectura. Por ejemplo: que un español lea a un noruego desconocido cuyo nombre apenas es capaz de pronunciar. Para que se dé este milagro, Karl Ove Knausgaard ha tenido que convertirse en un fenómeno mundial; unos libreros, fundar su propia editorial; el lector de marras, ir a devolver un libro; y el autor noruego, suicidarse. Empecemos por la niña muerta.

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