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Dejad que hablemos nosotros: soy del 92, mujer, bisexual y OT nos está representando
'Operación Triunfo' ha dejado de ser solo un 'reality' musical para ser el programa donde una generación de jóvenes puede por fin ser su propia voz
No es solo Amaia soltando su chorro de voz sentada al piano, no son solo las galas en las que un concursante es eliminado o el incipiente talento que poco a poco se va descubriendo en los ensayos. OT hace tiempo que ha dejado de ser solo un 'reality' musical para ser el programa donde una generación de jóvenes puede (¡por fin!) contarse a sí misma.
Los que rondamos la veintena estamos acostumbrados a leer artículos sobre nosotros, sobre lo que comemos, sobre las cosas en las que nos gastamos el dinero, sobre la música que escuchamos o sobre por qué nunca podremos comprarnos una casa. El problema es que la gran mayoría están firmados por gente que nos saca diez años. En cambio, OT está permitiendo que quien enseñe cómo son los jóvenes sea la propia gente joven. Porque no, no solo nos gusta porque Amaia sea “natural y se tire pedos”.
Lo bueno de los concursantes es que no tienen que explicar cómo son. Son sus comportamientos en la Academia (que vemos gracias al canal 24 horas de YouTube) los que reflejan sus valores de forma inconsciente: la igualdad, la normalización de la belleza real, la visibilización de la salud mental o una solidaridad y humildad latentes. Son aún jóvenes e inocentes en ciertos aspectos y parece que OT está siendo la plataforma en la cual no solo están creciendo y entendiendo lo que de verdad significan sus acciones, sino que están difundiendo lo que aprenden a todo el que les sintoniza.
En OT tienen su reflejo las preocupaciones y valores de la generación actual. Es por eso por lo que se ha convertido en un fenómeno social. Programas con gente que canta hay a patadas, pero uno que conecte con la nueva generación no es tan fácil. La igualdad en empresas, la violencia de género, el acoso escolar o la integración del colectivo LGTBIQ+ son algunos de los diez problemas que más preocupan a los jóvenes, según una encuesta de Generación SISI, impulsada por la Fundación Transforma España y Pangea. En la macroencuesta por iniciativa del Foro Económico Mundial, se señala también que la nueva generación es solidaria, con una gran mayoría que se posiciona a favor de acoger refugiados.
En OT tienen su reflejo las preocupaciones y valores de la generación actual
Amaia, Ana, Alfred, Roi, Aitana, Agoney, Nerea, Miriam y compañía están transmitiendo el mensaje de pesadas encuestas o aburridos informes a través de sus alegrías y preocupaciones, y por eso empatizamos con ellos. Así se entiende que sus gestos cotidianos se compartan miles de veces en redes sociales o que sus conversaciones diarias den para decenas de artículos en grandes medios de comunicación. Que Amaia y Aitana decidan no depilarse y se conviertan en el titular del día siguiente no es absurdo. Es una muestra de lo absurdamente mucho que queda por hacer.
Colaboración antes que competición
A pesar de todo esto tan 'cuqui', no hay que olvidar lo que es OT: un 'reality' en el que hay nominados, expulsados, perdedores y un ganador (y memes de Mónica Naranjo). OT es un concurso pero sus participantes no van a machacar a sus rivales porque, aunque compiten por ganar, no lo son. Son amigos, otros incluso han llegado a algo más, y muestran una relación tan sana que no parece propia de un concurso de televisión.
Ana y Roi están nominados pero parece que lo estamos pasando peor los que estamos fuera, decidiendo a quién salvar como si fuera el botón nuclear de Trump. Ellos, mientras, siguen compartiendo charlas de sofá y desayunos en familia, conscientes de que serán los últimos que tengan dentro de la Academia.
No les da miedo pedir perdón
-Has gritado como una nenaza.
-Eso es un poco sexista.
-Eso es muy sexista. Lo siento.
Un gesto sencillo encandilaba al público que acababa de ver la conversación entre Alfred y Mimi. Ella, consciente de que había metido la gamba, no dudó en disculparse por su comentario. Debería ser lo normal, pero no es lo habitual. Es un tópico, pero en realities como este en los que los concursantes permanecen tanto tiempo encerrados juntos, los gritos, las peleas y los insultos suelen ser el pan de cada día. En OT, todo es cariño, amor, amistad y una humildad que asombra para bien, como si lo hubiera producido Ned Flanders.
Mientras en España estamos en 2017, en OT están en 2047 #OTDirecto5N pic.twitter.com/Mz7x4TomI2
— CataDeCambridge (@CataDeCambridge) 5 de noviembre de 2017
La conversación entre Mimi y Alfred no tuvo más consecuencias, pero sí fue a más el incidente que éste último tuvo con Noemí Galera. Por un malentendido, a la directora de la Academia le había salido del alma un “El niñato este siempre hace lo que le sale del higo” con tan mala suerte que se coló por un micro abierto. Ante la avalancha de comentarios en redes, Galera decidió sincerarse delante de todos: “Alfred le ha hecho un regalo a Amaia por su cumpleaños y yo en ese momento no lo he visto. Ya sabéis que no os dejamos meter discos pero yo no sabía que era un regalo que le hacías a Amaia”.
Poco antes de romper a llorar, la directora confesaba lo que había dicho sobre Alfred y que se había colado en la emisión de 24 horas. ¿La reacción de los chicos? Un abrazo colectivo, estupefactos de que algo así supusiera tanto problema en el “mundo real”. Una prueba más de que la vida dentro de la Academia es un universo aparte. Un universo precioso.
El 'bullying' no te condiciona
“Conmigo en el cole se metían mucho”, decía Nerea entre lágrimas durante una clase individual con Los Javis. Poco a poco, se iba recuperando y les confesaba su experiencia: cómo le dieron de lado, cómo criticaban su físico y cómo ese complejo que no desaparece le ha terminado acompañado a lo largo de los años. “A las personas que se metían con Nerea les podemos mandar un mensajito”, contestaba entonces Ambrossi, divertido. “Que os den por el culo”.
Nerea puede que no haya sido consciente del mensaje de superación que lanzó al confesar que sufrió 'bullying' en el colegio. Ella se sorbía la nariz y desahogaba sus sentimientos con Los Javis para poder interiorizar su canción de la semana, pero lo hacía desde la Academia de Operación Triunfo a la que logró acceder por su talento y esfuerzo. Quienes hemos sufrido acoso escolar sabemos que es capaz de quitártelo todo, empezando por la confianza y la autoestima. La joven concursante de 18 años demostraba una valiosa fuerza en su fragilidad: no había superado del todo sus años de acoso, pero tampoco le habían impedido llegar hasta donde estaba.
La ansiedad existe
Alfred sufrió un ataque de ansiedad durante la última gala de OT. Así de claro. Ni era un mareo, ni eran nervios, ni se encontraba indispuesto. Era ansiedad. Para quien no esté familiarizado con ella, la ansiedad, desde el punto de vista de alguien que la ha sufrido, es una hija de puta que no se puede controlar. No basta con un “no pienses en ello” o el irritante “relájate”. Si pudiera relajarme, lo haría, pero no es tan fácil. Por eso, en la noche del lunes, Alfred tuvo que salir varias veces del plató hasta que consiguió sobreponerse y lanzarse al escenario con una entereza que fue de aplauso.
Alfred habla del problema que tuvo ayer con la ansiedad y manda un mensaje a todas las persona que la tienen. Qué grande es #OTDirecto9E pic.twitter.com/aYrS2crJI5
— C 🥑 (@missawarcate) 9 de enero de 2018
Las enfermedades mentales todavía siguen estigmatizadas. La reacción común hacia quien tiene ansiedad o depresión suele ser “está todo en tu cabeza” o “¿has probado a pensar en otra cosa?”, pero a nadie se le ocurriría decirle a alguien con las dos piernas amputadas si ha probado a andar, que no será para tanto. Alfred, ya repuesto, se pronunció sobre el tema poco después: “Da mucho miedo hablar de la depresión y de la ansiedad y la gente huye de los que lo tienen. Yo he tenido depresión y ansiedad y no lo había dicho hasta ahora y no tiene que ser un tabú. Para nada”.
El día mundial de la lucha contra el VIH, los concursantes recibieron la visita del doctor Buenaventura Clotet, presidente de la Fundación Lucha contra el Sida. Su charla ayudó a la visibilización de una de las enfermedades más estigmatizadas. “Hay 37 millones de personas afectadas en el mundo y cada día se infectan 10 personas en España”, decía Noemí Galera. Que un tema de esta envergadura se trate en la Academia demuestra que OT está yendo mucho más allá de la música.
Reivindicación de la belleza real
Las relaciones y el comportamiento de los jóvenes triunfitos se enmarcan claramente en el feminismo. No necesitan sentarse en corro en el sofá a protagonizar sesudos debates sobre la igualdad de género, sino que su espontaneidad y naturalidad les conducen a la que consideran la conclusión más lógica. En la primera gala del año, Miriam tenía que hacer frente a un estereotipo machista: si no estás extremadamente delgada, si no cumples con los exigentes cánones de belleza, no puedes ponerte un 'body'.
Los comentarios comenzaron a llegar después de que la gallega interpretara ‘Dramas y comedias’ vestida con un impresionante body de manga larga y unos botines. Cualquiera con ojos en la cara podía ver lo equivocados que estaban quienes la tildaban de gorda. “Me parece vergonzoso que hayas permitido que Miriam saliese con esa vestimenta”, le increpaba a la directora de la Academia un usuario de Twitter que ya ha borrado el comentario. “Es más que obvio que cada día está más gorda y más que un favor, lo que le hacéis es una humillación pública”. La respuesta de Noemí Galera fue sencilla: “Miriam se puede vestir con lo que le salga de la peineta”.
A pesar de lo que sigue siendo el discurso social imperante, ese en el que solo el hombre puede permitirse tener vello, cada vez más mujeres toman conciencia de que pueden elegir no depilarse si no quieren. “No me voy a depilar las piernas porque las mujeres también tenemos pelo”, sentenciaba Amaia en el baño antes de la gala 10. “Pues sí. Yo no me he depilado las axilas”, remataba a su lado Aitana con total naturalidad.
Amaia: "¿Sabes qué? Que no me voy a depilar las piernas, porque las mujeres también tenemos pelo. Tengo muchísimo pelo, pero me la suda."
— Miss Nothing. (@MixxNothing) 8 de enero de 2018
BRAVAAAA. #OTDirecto8E pic.twitter.com/FolffMQg0l
Visibilización LGTBIQ+
Marina, igual que Nerea, quizá no había pensado en el significado que podría tener que una chica bisexual besara a su novio 'trans' en prime time, pero la imagen que retransmitió TVE aquella noche se expandió con fuerza en redes sociales durante varios días. Muchos suspiraban encantados: deseaban haber podido tener ese espejo en el que mirarse cuando aún estaban descubriendo y aceptando su orientación sexual. Un espejo que dijera “Está bien, no pasa nada si te gusta esto”. Unas galas después, Agoney y Raoul se besaban en directo al terminar su actuación de ‘Manos vacías’. OT se ha atado una capa arcoiris a la espalda y está blandiendo la normalización como bandera.
Quizá Marina no fue consciente de lo poderoso que fue su inocente gesto, pero sí lo fueron Los Javis. En una clase, mientras se preparaban para la representación grupal de ‘La revolución sexual’, la pareja de profesores se encargaba de explicar a sus alumnos el significado de las siglas LGTBIQ+. No hay que conformarse porque “ahora los gays ya se pueden casar”, ironizaba Ambrossi sobre el desconocimiento que, incluso ellos, tenían del colectivo.
En esta necesaria clase, OT remarcaba la existencia de la pluralidad: que “sexo” no es lo mismo que “género”, que hay hombres con vagina y mujeres con pene, y que los bisexuales no nos denominamos así porque nos gusten rubias y morenas. Como alguien que ha tenido que explicar varias veces que no, que no me he liado con mi amiga, y que sí, que sigo siendo bisexual aunque mi pareja sea un hombre, ver OT está siendo un oasis bastante agradable.
Son solidarios
Los concursantes de OT han roto varias veces el cliché del millennial egocéntrico, ese al que solo le importa cuidar su imagen en redes sociales y que no ve más allá de un trozo de aguacate. No solo Alfred se ha mostrado comprometido con organizaciones como Proactiva Open Arms, dedicada al rescate de refugiados en el mar. El conocido como Hombre de Negro visitó la Academia para hacerles partícipes de una iniciativa que acogieron con los brazos abiertos. Pablo Ibáñez, comprometido con Juegaterapia, les tendió su móvil para que grabaran un mensaje de apoyo a los niños que están en tratamiento de quimioterapia y les cantaran 'Resistiré'.
Los triunfitos, además, salieron de la Academia la mañana del 5 de enero por una buena causa: visitar y dar ánimos a los niños de la planta de pediatría del Hospital de Terrassa. Incluso Cepeda, ya expulsado, hizo lo propio en un hospital de Ourense.
La diversidad de lenguas es un valor
Estamos acostumbrados a que la existencia de varias lenguas oficiales en España sea fuente de conflicto. Lo vimos cuando el Real Madrid prohibió a Kiko Casilla responder a una pregunta en catalán o cuando Trapero articuló su controvertido “bueno, pues molt bé, pues adiós”. Mientras, en la Academia, Alfred le componía una canción en catalán a la pamplonesa Amaia y Roi hacía reír en directo al explicar que “sapoconcho” significa “tortuga” en gallego. Lo que en el mundo exterior propicia encontronazos y fuertes polémicas, se ha convertido en un valor más que los concursantes aportan a la Academia.
La diversidad y la tolerancia son dos de los pilares que sostienen esta edición de OT y las conversaciones relacionadas con las lenguas nacen siempre desde el respeto. Durante un descanso, la catalana Nerea le enseñaba algunas palabras a Agoney mientras él hacía lo propio con expresiones típicas de Canarias.
El buen rollo contagia y la atmósfera de armonía y calidez que han otorgado sus concursantes a la Academia insta a abrir YouTube y tener el directo todo el día de fondo. “Están todos juntos esperando a que Nerea termine de cagar como la familia que son”, comentaba una usuaria de Twitter con una imagen del directo. Si eso no es la mayor muestra de afecto, no sé cuál es.
Agoney, Aitana, Alfred, Amaia, Ana, Roi y Miriam son los que ahora quedan en la Academia, pero tanto los que resisten como los que ya se han ido son como una gran familia. Y entre ellos, en la confianza que han creado, no importa ni la procedencia, ni la orientación sexual o la política, ni el físico, ni el pasado. Esa es la mejor clase que pueden dar.
No es solo Amaia soltando su chorro de voz sentada al piano, no son solo las galas en las que un concursante es eliminado o el incipiente talento que poco a poco se va descubriendo en los ensayos. OT hace tiempo que ha dejado de ser solo un 'reality' musical para ser el programa donde una generación de jóvenes puede (¡por fin!) contarse a sí misma.