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Lo que el padre de Lulú nos enseño sobre el erotismo y la mujer fatal
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Lo que el padre de Lulú nos enseño sobre el erotismo y la mujer fatal

Centenario de la muerte del escritor Benjamín Franklin Wedekind

Foto: Louise Brooks como Lulú en la célebre película de G. W. Pabst
Louise Brooks como Lulú en la célebre película de G. W. Pabst

El 9 de marzo de 1918, falleció en Munich, Benjamín Franklin Wedekind el literato y sobre todo, pero no sólo, autor teatral, cuya biografía resulta notablemente espectacular compitiendo intensamente su realidad con la ficción que incorporó a sus obras. En primer lugar su familia, el padre médico ginecólogo y al servicio durante diez años del sultán de Turquía, participó después activamente en la revolución de 1848 en Alemania, emigrando como consecuencia a California y enriqueciéndose con negocios inmobiliarios. Allí conoció a la cantante y actriz suiza Emilie Kammerer, hija del inventor de los fósforos de madera, con quien se casó en 1862.Poco tiempo después regresaron a Alemania donde nació Frank en 1864 y ocho años después previa compra del castillo de Lenzburg, la familia se trasladó a Suiza.

En 1884 inició estudios de Derecho en Munich, que pronto abandonó, trabajando como director de prensa y publicidad en la empresa de Sopas Maggi y luego como secretario del conocido circo Herzog. Al morir su padre en 1888 la herencia recibida le permitió dedicarse durante unos años a sus aficiones literarias y vivir en ciudades como Berlín, Munich, París y Londres .

En 1896 vuelta a Munich donde participa en la fundación del semanario satírico 'Simplicissimu's en el que publica frecuentes colaboraciones. Precisamente una de ellas en la que se burlaba de un viaje de Guillermo II a Palestina, le supuso un proceso y condena por ofensas al Emperador, por lo que decidió huir a Suiza, según él para terminar un texto teatral que estaba escribiendo ('El Marqués de Keith'), y una vez finalizado se presentó ante el Tribunal para cumplir condena durante seis meses en la prisión de Königstein, donde aprovechó para escribir su novela 'Mine-Haha o sobre la educación física de las jóvenes'.

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Se ha considerado a Wedekind como un autor influenciado por el simbolismo de fin de siglo y como un antecedente del expresionismo capaz de abrir nuevas vías al teatro alemán. El erotismo, el poder de la sexualidad es el elemento nuclear de su literatura. No es de extrañar que cuando en 1986 se publicaron sus 'Diarios' (Die Tagebücher), se acompañaran del subtítulo “Una vida erótica”, aunque para él el diario era un sucedáneo (Ersatz), pues la vida sería el auténtico diario, una vida a la que el calificaría de tobogán (Das Leben ist eine Ruchtsbahn).

Al mismo tiempo lo que pretende Wedekind'y lo consiguió muchas veces, fue provocar y burlarse de las buenas costumbres, de la moral burguesa y bastante hipócrita y mojigata de su época, ejerciendo una notable crítica social, con la consecuencia de sufrir frecuentemente la censura de las autoridades competentes que prohibían o retrasaban la representación de sus textos.

El erotismo, el poder de la sexualidad es el elemento nuclear de su literatura

En 1891 publicó en Zurich una de sus más importantes obras, 'Despertar de la Primavera. Una tragedia infantil' (Frühlings Erwachen. Ein kindertragödie), que no pudo estrenarse hasta 1906 en Berlín bajo la dirección de Max Reinhart con un enorme éxito, y que por cierto ha sido representada por una compañía portuguesa en Madrid hace unos días y sin olvidar el montaje dirigido por Flotats en 1986. Se trata del descubrimiento de la sexualidad por parte de unos jóvenes condenados por la rigidez de las normas morales y educativas al fracaso e incluso a la muerte, con un estilo teatral grotesco y tragicómico. En palabras de Manuel Pedroso escritas en 1 919 primer traductor español de la obra y catedrático de Derecho Político, “Wedekind canta el deseo todopoderoso como fuente incomparable de emoción y de vida. Cree que el amor, tal como es, sin velos artificiosos y sin mentira mística debe admitirse y tratarse como un problema eterno de la vida del hombre sobre la tierra”. Freud y Lacan se interesaron en su momento por el contenido de la obra.

El personaje más importante y trascendente de la literatura de Wedekind es LULÚ, para simplificar, el mito de la mujer fatal en la que multitud de hombres y alguna mujer depositan sus fantasías y así les va... aunque Lulú también es una víctima, finalmente asesinada nada menos que por Jack el Destripador, encarnado en el estreno de 1905 en Viena por el propio Wedekind y con Tilly Newes que se convertiría en su esposa un año después, en el papel de Lulú.

Karl Kraus se refirió a Lulú como “mujer que desea, no que da a luz; no conservadora del género sino dadora de placer"

En realidad, el texto de Lulú no se publicó hasta 1913, resumiendo dos obras anteriores, una continuación de la otra, me refiero al 'Espíritu de la Tierra' (Erdgeist), publicada en 1895, en la que se alude a Lulú como una serpiente creada para sembrar la desgracia, para atraer, seducir y envenenar, para matar sin que uno lo sienta”, y a 'La caja de Pandora' (Die Büchse der Pandora) de 1904, cuyo estreno un año después en Viena contó con la intervención en escena de Karl Kraus , con un Prólogo introductorio en el que se refería a Lulú como “mujer que desea, no que da a luz; no conservadora del género sino dadora de placer. No castillo forzado de la femineidad; sin embargo siempre abierta y siempre nuevamente cerrada.... una sonámbula del amor que solo 'cae' cuando se la llama, eterna dadora, eterna perdedora”.

El éxito de la obra generó que en 1921 apareciera una versión cinematográfica y sobre todo que en 1929, el director austríaco G. W. Pabst realizara su célebre película con la norteamericana Louise Brooks como Lulú. En 1937 se estrenó en el Stadttheater de Zurich la ópera con el mismo título que Alban Berg no pudo finalizar ya que falleció en diciembre de 1935.

Nómada, libertino, audaz, bohemio, vanguardista, adorador de la mujer, trabajador y a su manera moralista y defensor de la libertad de decidir

No quisiera deja de comentar otros dos dramas de Wedekind que me parecen especialmente interesantes, me refiero a 'El Marqués de Keith', para nuestro autor su mejor obra, publicada en 1901 y en el que analiza a través de la interacción entre sus protagonistas un conflicto entre la Moral encarnada por el hombre de honor, el Cálculo representado por el burgués capitalista poseído por el ánimo de lucro y el Juego o el Placer atribuido al marqués aventurero, artista, estafador y outsider. El otro texto corresponde a 'Franziska', publicado en 1911 y estrenado un año después y que en síntesis supone un Fausto femenino, en el que una mujer pacta con el diablo su conversión en hombre, para disfrutar de todas las ventajas a ellos atribuidas.

Wedekind publicó alrededor de veinte obras de teatro, además de textos poéticos y alguna novela, fue un personaje poliédrico, incluso actuó en numerosas ocasiones como actor, artista de cabaret y cantante. Además entre otras cosas, nómada, libertino, audaz, bohemio, vanguardista, adorador de la mujer, trabajador y a su manera moralista y defensor de la libertad de decidir.

Al final de su vida la entrada de Alemania en la Primera Guerra Mundial parece ser que le produjo alguna mutación, se discute si dejó de ser pacifista y adoptó posiciones nacionalistas, sobre todo porque el 27 de septiembre de 1914 publicó un texto en el Berliner Tageblatt con el expresivo título de “Alemania trae la libertad”. En cualquier caso la situación bélica desató la censura y el rechazo de varias obras suyas.

Uno de sus grandes amigos el pacifista y literato Heinrich Mann, publicó una necrológica en su honor aludiendo al “heroico Frank Wedekind que había dirigido la lucha por la dignidad humana”.


* GERMÁN GÓMEZ ORFANEL es catedrático Emérito de Derecho Constitucional

El 9 de marzo de 1918, falleció en Munich, Benjamín Franklin Wedekind el literato y sobre todo, pero no sólo, autor teatral, cuya biografía resulta notablemente espectacular compitiendo intensamente su realidad con la ficción que incorporó a sus obras. En primer lugar su familia, el padre médico ginecólogo y al servicio durante diez años del sultán de Turquía, participó después activamente en la revolución de 1848 en Alemania, emigrando como consecuencia a California y enriqueciéndose con negocios inmobiliarios. Allí conoció a la cantante y actriz suiza Emilie Kammerer, hija del inventor de los fósforos de madera, con quien se casó en 1862.Poco tiempo después regresaron a Alemania donde nació Frank en 1864 y ocho años después previa compra del castillo de Lenzburg, la familia se trasladó a Suiza.

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