Es noticia
El mayor avance social del siglo XXI es la censura
  1. Cultura
  2. Tribuna
Juan Soto Ivars

Tribuna

Por

El mayor avance social del siglo XXI es la censura

Nadie ha conseguido demostrar que una representación estereotipada de un colectivo tenga efectos medibles en el mundo real, a no ser que nos vayamos a la Alemania nazi

Foto: Escena de 'Lo que el viento se llevó'
Escena de 'Lo que el viento se llevó'
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La biblioteca digital de BBC y Netflix han retirado la serie 'Little Britain' por su alta concentración en bromas de mal gusto, incluido el 'blackface' -actores blancos representando personajes negros- y los estereotipos faltosos sobre cuantos colectivos haya. Sobre todo, contra el colectivo de los propios británicos, por cierto, pero estas cosas no cuentan hoy. Hoy la crítica cultural la hace un mocoso que acaba de aprender a contar. La crítica cultural del ábaco.

Mientras tanto, Alex Kaiser ha publicado 'Neoinquisición' (Deusto), libro que se lee con cierta aprensión por la apariencia exagerada del epíteto pero que contiene decenas de casos de censura progresista. Está escrito a la sombra de Hayek, es decir, desde un liberalismo que peca de olvidar la desigualdad material, pero observa con tino los fenómenos autoritarios que se multiplican a velocidad de vértigo desde el mundo anglosajón al resto de la cultura occidental. La censura de 'Little Britain' bien podría aparecer en el epílogo si hubiera segunda edición.

Nadie -repito: nadie- ha conseguido demostrar que una representación estereotipada de un colectivo tenga efectos medibles en el mundo real, a no ser que nos vayamos a la Alemania nazi, donde la representación del judío era solo una de las herramientas al servicio de un Estado totalitario. En democracia, lo que se mide es el ruido que hace una ofensa real o fingida de gente bien alimentada que experimenta sus opresiones con un libro de instrucciones en la mano. Hasta tal punto se toma en serio el sentimiento, que los creadores de 'Little Britain' han pasado por el aro: han dicho que se arrepienten de haber sido tan groseros y que hoy no harían esas bromas. Han aprendido mucho, los tiempos han avanzado.

placeholder 'Blackface' en 'Little Britain'
'Blackface' en 'Little Britain'

¿Los tiempos han avanzado? Veamos: cuando la ofensa de los bienaventurados es un pretexto para una censura que ni siquiera se disimula, ¿hemos avanzado? Cuando no solo no se financia un proyecto sobre el que recae la sombra de la sospecha con etiquetas de todo a cien, sino que se suprime del universo visible una obra que ya han visto millones de personas en todo el mundo, ¿hemos avanzado? La serie empezó a emitirse en 2007, cuando Obama se presentó a las primarias, y hoy gobierna Donald Trump mientras los Estados Unidos son pasto de una abominable guerra racial. ¡Gran avance, sin duda!

Jamás llamaré avance a la censura, y me parece penoso que los creadores de la serie lo vean así. Mi intuición: quieren seguir trabajando, es decir, prima su interés personal sobre su compromiso con la libertad creativa. Ellos pudieron hacerlo, ganaron pasta, que se jodan los jóvenes creadores con ganas de molestar. También ha pasado por el aro una de las creadoras de “Friends”, que ha lamentado -a buenas horas- que no representaron correctamente la diversidad sexual y racial en la serie. ¡Es cojonudo!

Los creadores de 'Little Britain' priman su interés personal sobre su compromiso con la libertad creativa

Me pregunto si nadie va a hacer en voz alta la pregunta correcta. Ante una obra, no hay que preguntarse qué falta por representar, sino qué pretendían representar los creadores y si lo hicieron correctamente. Aquí no vale atribuirles intenciones xenófobas, sino las suyas propias. 'Friends' representaba esto: un grupo de amigos blancos de Nueva York, con sus problemas. ¿Era lo que pretendían? Sin duda. ¿Lo lograron? Por supuesto. Si quieres una serie donde salgan otros personajes, no tienes más que escribirla. La asunción de que cada obra tiene que representarlo todo es patética y da lugar a bodrios como 'Star Wars: The Last Jedi'.

Mocosos con ábaco

Como decía, hoy la crítica cultural la hace un mocoso con un ábaco. 'Friends' me debe diez afroamericanos, cuarenta gais y dos transgénero. A ver: ¿cuántas lesbianas salen en 'Los Simpson'? ¿Están representadas como gente realizada y proactiva? ¿Cuántos hindúes? ¿Acaso hay algún ingeniero de caminos entre ellos? Os diré adónde hemos llegado: mientras que el arte se escribe en Microsoft Word, la crítica se hace en un Excel. Los críticos se caracterizan por ser estériles, nulidades para crear. Quieren que los artistas hagan lo que ellos no saben hacer. Con perdón: podrían irse a tomar por culo, como les sugirió Frank Zappa.

Más preguntas: ¿por qué no aparece la diversidad racial en 'Los Serrano', la de Antonio Resines? Porque no es 'Los Soprano' y los creadores no tenían el más mínimo interés en representar a los italoamericanos de la mafia de Nueva Jersey, se me ocurre. ¿Por qué no aparecen romances gais en 'Salvar al Soldado Ryan'? Pues porque los hombres que participaron en el Desembarco de Normandía, entre los que sin duda había muchos homosexuales, no estaban, con perdón, para estas cosas en aquel momento.

Pedir perdón porque en tu obra no aparece lo que le da la gana a un puñado de personas que se quieren ver en todas partes es tan absurdo como creer que toda la gente de un color piensa más o menos lo mismo. ¿Habrá algo más racista que esta asunción? Esto es lo que creía una nulidad intelectual de la categoría de Rosenberg, sobre los judíos. Básicamente, para él eran gente que odiaba a los alemanes en secreto y solo pensaba en robar dinero con bancos y se habían propuesto dominar el mundo con ayuda de los marxistas.

¡Todos pensaban igual porque eran judíos, no individuos humanos! Que nadie me acuse de la 'Reductio ad Hitlerum' La identidad racial es nitroglicerina y siempre acaba volviéndose contra los más débiles. David Chappelle -negro, por si me preguntan los del ábaco- lo advertía en uno de sus últimos monólogos.

'Little Britain' no me gusta

Me es fácil defender la necesidad de que esté disponible una serie como 'Little Britain” porque a mí nunca me gustó. Puedo poner en práctica una defensa verdaderamente desinteresada: no pierdo nada, lo pierde la sociedad. A mí me daba demasiado repelús, la encontraba asquerosa y tampoco me reía, aunque mi raza, la de la gente con el cabello grasiento, estaba muy bien representada. Solo la he encontrado valiosa cuando la han suprimido. Un puñetazo en la boca del estómago al buen gusto y la sensibilidad me parece más necesario ahora que en 2007, visto lo visto.

Foto: Extracto de un cartel de 'Lo que el viento se llevó'. (MGM)

Sí que me gustó 'Lo que el viento se llevó', que en este caso ha retirado temporalmente de HBO. Ya sabéis: ¡los tiempos avanzan tanto que hoy nadie está preparado psicológicamente para valorar una obra de hace más de medio siglo, previa a la conquista de los derechos civiles, para saber de dónde viene! HBO dice que van a meter avisos en las escenas polémicas, como si el espectador fuera retrasado mental. En el fondo es lo que se asume. ¿Una chacha negra en una plantación esclavista, y encima contenta? ¿Pero dónde se ha visto? Pues concretamente: se ha visto en el mismo país donde tanta gente parece obsesionada con su propio legado. Además es una película preciosa en cuanto pones en su contexto el racismo que muestra la pantalla.

¿Una chacha negra en una plantación esclavista, y encima contenta? ¿Pero dónde se ha visto?

¿De dónde venimos, adónde vamos? La comunidad negra estadounidense, un 13% de la población, vive en las peores condiciones económicas, propias de la inmigración, y no ha logrado ponerse a la altura de la hegemonía WASP (blanca, anglosajona, protestante) pese a que algunos individuos, como un tal Barack Obama, demostrasen que la clase social y las conexiones de tu familia son mucho más importantes que el color de la piel para abrirte camino en las altas esferas. Sin embargo, esta comunidad poco empoderada sí tiene poder en los ámbitos donde reina la izquierda blanca culpable y políticamente correcta: entre ellos la industria cultural.

Pero más que la cultura a mí me importa el racismo: siempre lo he detestado, porque me educaron para considerar a todos los humanos miembros de la única raza, es decir, individuos de pleno derecho, en pleno desarrollo de su capacidad intelectual y responsables. De ahí que pregunte algo aterrador: qué consecuencias va a tener en el racismo americano blanco la censura, en nombre de algo tan discutible como la dignidad de una raza, de ciertas obras. Y si la pregunta me asusta, la respuesta sinceramente me da ganas de vomitar.

La biblioteca digital de BBC y Netflix han retirado la serie 'Little Britain' por su alta concentración en bromas de mal gusto, incluido el 'blackface' -actores blancos representando personajes negros- y los estereotipos faltosos sobre cuantos colectivos haya. Sobre todo, contra el colectivo de los propios británicos, por cierto, pero estas cosas no cuentan hoy. Hoy la crítica cultural la hace un mocoso que acaba de aprender a contar. La crítica cultural del ábaco.

Liberalismo
El redactor recomienda