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Cristóbal Colón, si crees conocerlo, estás equivocado
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Miguel Ruiz Montañez

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Miguel Ruiz Montañez

Cristóbal Colón, si crees conocerlo, estás equivocado

Pocos personajes de la historia han sido tan opacos: la lista de misterios es interminable

Foto: Alegoría de Cristóbal Colón y la conquista de América
Alegoría de Cristóbal Colón y la conquista de América

Cristóbal Colón, uno de los personajes más relevantes de nuestro pasado, es también el hombre más desconocido, misterioso y enigmático. Tal vez el mayor ejemplo de lo poco que sabemos de este marino de fama mundial, es que jamás se dejó retratar. Todos, absolutamente todos los cuadros del descubridor de América son muy posteriores a su muerte. La verdadera cara de Cristóbal Colón es uno de los misterios que se llevó a la tumba. Las imágenes repartidas por museos de varios países se realizaron tras su muerte y siempre a partir de descripciones.

placeholder Cristóbal Colón (Lorenzo de Lotto, 1512)
Cristóbal Colón (Lorenzo de Lotto, 1512)

De hecho, solo hay que fijarse en la disparidad de apariencias que se aprecian entre sus imágenes más conocidas. Es un hecho incuestionable: nadie consiguió retratar al Descubridor cuando aún vivía. El cuadro más antiguo que existe representa a un señor de cabello claro que sostiene un pergamino en su mano derecha mientras la izquierda descansa sobre un montón de libros. Fue dibujado por Lorenzo de Lotto en 1512. Es decir, pintado muchos años después de la muerte de Colón, en 1506. Además, este pintor veneciano apenas abandonó el norte de Italia salvo para viajar a Roma, jamás estuvo en España ni conoció al hombre que navegó el mar Caribe en cuatro viajes interminables.

placeholder Cristóbal Colón (Sebastiano del Piombo, 1519)
Cristóbal Colón (Sebastiano del Piombo, 1519)

El siguiente lienzo es el de Sebastiano del Piombo, de 1519, dibuja a un señor con la mano izquierda sobre el pecho, con sombrero de puntas agudas y fondo difuminado. Es tal vez una de las imágenes que más se ha usado para representar a Colón en libros, publicaciones y exposiciones. Ese original cuadro está en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y en él aparece un hombre joven. En el momento en que el artista pintó esa obra, el almirante ya llevaba trece años muerto. Hay constancia de que del Piombo no conoció al descubridor.

placeholder Cristóbal Colón (Ridolfo Ghirlandaio)
Cristóbal Colón (Ridolfo Ghirlandaio)

Y luego tenemos el supuesto retrato de Ridolfo Ghirlandaio, pintado en 1520, otra de las pinturas más conocidas. Representa a un señor de rostro un poco más regordete que los anteriores, pelo rubio cubierto por un birrete negro y jubón oscuro. Este autor nunca estuvo en España y tampoco coincidió con ese navegante que jamás proclamó su procedencia. La realidad es que no existe en el mundo entero un retrato de Cristóbal Colón. Y eso genera una pregunta inevitable. ¿Por qué no se dejó retratar en vida? Es realmente extraño que un hombre que se vanagloriaba de su gesta, que quería pertenecer a la nobleza y que se daba aires de grandeza, no dejara que un pintor de la corte dejara constancia de su rostro para la posteridad.

El misterio

Este hecho ha alimentado la teoría de que Cristóbal Colón nunca quiso que nadie le reconociese, uno más de los misterios que siempre han sobrevolado la figura del enigmático marino. En vida, jamás pronunció palabra alguna con relación a su origen, nunca dijo que fuera genovés, ni nada parecido. Tanto él como sus hermanos se declararon extranjeros, a secas. Tal fue el monumental vacío que creó en su entorno, que incluso sus propios hijos desconocían el pasado de su padre. Hernando Colón decidió pasar media vida buscando los orígenes de su familia, sin conseguirlo, y sembrando aún más confusión al asunto.

¿No hubiese sido normal tener una cohorte de pintores tras de él para retratar al personaje de moda?

Y es que nadie entiende que siendo Colón unos de los almirantes de los Reyes Católicos, de la Mar Océana en particular, ningún pintor consiguiera retratarlo tras su gran logro. Fadrique Enríquez de Velasco, almirante de Castilla en el momento en que se descubrieron esas tierras desconocidas, tiene su retrato, como no. Y sed de grandeza no le falta a Colón, que redactó una carta a su regreso del primer viaje, un escrito que se convirtió rápidamente en una primicia de alcance mundial. Su publicación constituyó, intencionadamente, una extraordinaria operación de propaganda gracias a la recién inventada imprenta. La consecuencia más inmediata fue que la difusión de la noticia del Descubrimiento se convirtió en la más rápida y universal de todo el siglo XV y parte del XVI. ¿No hubiese sido normal tener una cohorte de pintores tras de él para retratar al personaje de moda?

Son muchas las teorías que intentan explicar las razones que puedan justificar el oscurantismo de Colón, desde su pasado corsario hundiendo naves aragonesas hasta su posible procedencia judía. Ambas ideas son verosímiles, no son descabelladas en absoluto, pero lo único cierto es que pocos personajes de la historia han sido tan opacos. La lista de misterios es interminable: su origen, su extraña firma, la información que poseía antes de partir, trazar una ruta determinada cruzando el mar tenebroso… y un largo etcétera. Para colmo, hoy día tampoco sabemos a ciencia cierta dónde está enterrado, si en Sevilla, en Santo Domingo, o tal vez en ambos lugares al mismo tiempo. Son muchos, por tanto, los enigmas que sobrevuelan la figura de un hombre tan relevante para la historia de la Humanidad. Un hombre cuyo rostro jamás conoceremos.

Cristóbal Colón, uno de los personajes más relevantes de nuestro pasado, es también el hombre más desconocido, misterioso y enigmático. Tal vez el mayor ejemplo de lo poco que sabemos de este marino de fama mundial, es que jamás se dejó retratar. Todos, absolutamente todos los cuadros del descubridor de América son muy posteriores a su muerte. La verdadera cara de Cristóbal Colón es uno de los misterios que se llevó a la tumba. Las imágenes repartidas por museos de varios países se realizaron tras su muerte y siempre a partir de descripciones.

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