Sobre la Navidad (y el nacimiento)

Año tras año vuelven a surgir sobre la Navidad los mismos temas de siempre. Por un lado, la constatacion o queja de que estas fiestas, más allá de lo que significan para los creyentes, son paganas y por todos compartidas. Por otro lado, se trata de darles un toque culto, y entonces se recuerda que históricamente la Navidad surge al unísono que el Sol Invicto, el Dios Mitra o las Saturnalis, aunque parece ser que estas últimas ya se celebraban en el siglo primero.

Los muy cultos haran alusión, en estos terribles días de guerra cruel en Palestina, a las semejanzas entre las fiestas judías macabeas, como la Januca, con las cristianas.Todo ello envuelto en grandes comidas, felicitaciones y propósitos de una vida mejor.

Tal vez no vendría mal detenerse en qué significa un nacimiento. La palabra,de origen latino, hace referencia a un origen, una novedad, una vida más. Y en el fondo es una mirada a la naturaleza. Entrar en el concepto de naturaleza y en sus diferencias con lo cultural es un tema tan gastado como recurrente. Pero lo usamos constantemente en la vida cotidiana. Y, así, apreciamos a las personas naturales por su autenticidad, hacemos equivalente lo natural con lo lógico o normal e incluso decimos que alguien es natural de este o aquel lugar.

En este sentido la farragosa idea de nación, que tiene la misma etimología que natural, define territorios, pueblos y hasta estados. A lo natural se le contrapone lo sobrenatural, lo que esta por encima. En estas fiestas se celebra una especial fusión entre lo natural y sobrenatural. Un villancico, y es un ejemplo, une lo villano con la exaltacion de un niño Dios. Pienso que sería una ocasion para sentirnos de la tierra mirando al cielo. Para estrechar los afectos con sencillez, con naturalidad. Para soñar con un mundo reconciliado en el que lo natural se eleve por encima de nuestras terribles limitaciones.