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El español, un idioma cada vez más bajo presión (solo lo usa el 7,9% de los internautas)
La iniciativa para que el castellano sea lengua oficial del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya (TIJ), junto al inglés y al francés, podría ayudar a frenar su pérdida de peso relativo
La misión europea que ha acudido a Cataluña para evaluar los efectos de la inmersión lingüística ha llegado, entre otras conclusiones, a estas dos: 1) En los colegios de la comunidad autónoma catalana no hay “bilingüismo”, es decir, que el castellano está en franca recesión en esa zona de España ; 2) que los ciudadanos en Cataluña tienen que ir ellos mismos a la Justicia para lograr que sus hijos puedan cursar sus estudios en castellano. Asimismo, ha ratificado también que las autoridades judiciales, esto es, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), les ha remarcado que "es responsabilidad de la Administración" aplicar la sentencia del 25% de castellano, y que les ofrecieron pruebas tangibles de potenciales "delitos de odio" contra los padres que reclaman a la Justicia el derecho de sus hijos.
Por su parte, el Instituto Cervantes en su Informe de 2023 (El español: una lengua viva, elaborado por David Fernández y dirigido por la Dirección Académica del Instituto Cervantes) concluye que el grupo de usuarios potenciales de español en el mundo (cifra que aglutina al Grupo de Dominio Nativo, el Grupo de Competencia Limitada y el Grupo de Aprendices de Lengua Extranjera) hoy supera los 599 millones (el 7,5 % de la población mundial). Sin embargo, el crecimiento previsto de las grandes lenguas internacionales —inglés, español, chino y francés— indica que la pérdida de peso relativo de español será más acusada que la del inglés, ligeramente menor que la del francés y muy inferior a la del chino, cuya proporción de hablantes nativos se verá drásticamente reducida.
Así, aunque hacia 2071 se superarán los 718 millones de personas hispanoparlantez, a partir de entonces se prevé que el número de hablantes de español se reduzca progresivamente hasta situarse en los 693 millones en el año 2100.
El español está sufriendo una erosión en forma de pinza: interiormente, las lenguas regionales presionan para desplazarlo; desde el exterior, la presión del inglés va poco a poco haciéndolo empalidecer en su peso y en su demografía
No hay que olvidar que la civilización occidental está construida sobre los cimientos del lenguaje. Según cálculos fiables existen unos 7.000 idiomas en todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los habitantes del globo se comunica en un número reducido de ellos, mientras que una minoría lo hace en el resto: menos de 100 lenguas concentran más del 80% de la población del planeta. Algunos idiomas cuentan con una población nativa muy extensa, como el chino, el español, el hindi y el inglés. Otros no tienen una demografía tan potente, pero poseen una amplia difusión internacional, como el francés, el árabe o el portugués. El español es la segunda lengua más hablada en el mundo como lengua nativa, tras el chino mandarín, que cuenta con 920 millones de hablantes. No obstante este último dato, el español está sufriendo una erosión en forma de pinza: interiormente, las lenguas regionales presionan para desplazarlo; desde el exterior, la presión del inglés va poco a poco haciéndolo empalidecer en su peso y en su demografía.
Tal vez convenga repetir ahora dos datos poco alentadores, que hice notar en otra ocasión. Solamente el 7,9% de los usuarios de Internet se comunica en español. Sin embargo, su uso está a gran distancia del inglés, que se emplea en el 51,2% de las páginas multilingües. Y eso que el inglés es hablado solamente por un 6% de la población mundial.
El español está sufriendo dificultades en Estados Unidos. Aunque ese país no tiene lengua oficial, de modo que cada uno puede hablar la lengua que desee y el español es hablado por unos 50 millones de personas, las espectaculares cifras del crecimiento del español comienzan a ser corregidas. Aunque las personas de origen hispano constituyen la principal minoría del país (un 17% de la población, según Pew Research Center), el propio Instituto Cervantes ha dado una primera señal de alarma. «La ventana de crecimiento del español podría cerrarse», advierte Ignacio Olmos, director del Instituto Cervantes de Nueva York. Por ejemplo, entre 2006 y 2015, el porcentaje de todos los hispanos que hablan español en casa cayó del 78% al 73%.
En resumen, hoy habla español el 7,5 % de los habitantes del planeta. No obstante, las proyecciones indican que, a pesar de que la comunidad hispanohablante crecerá en términos absolutos en los próximos cincuenta años, su peso relativo irá disminuyendo progresivamente de aquí a final de siglo, debido fundamentalmente a un descenso de la natalidad en los países hispanohablantes, que cederán definitivamente el testigo a otras regiones del planeta, como el África subsahariana o Asia central y meridional, como motores del crecimiento de la población mundial. En 2100, solo el 6,4 % de la población mundial podrá comunicarse en español.
En esta situación, una importante iniciativa que potencia el español en el ámbito jurídico internacional es la sugerida por el académico Cástor Díaz Barrado, recogida por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España y la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas Iberoamericanas, que integra casi una treintena de Academias, situadas en la gran mayoría de los países entre el Río Grande y la Tierra de Fuego, y en la propia España. Se trata de incorporar el español como lengua oficial del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya (TIJ).
Como ya hice notar en otra ocasión a ella se han sumado, entre otras, la Unión Iberoamericana de Colegios y Agrupaciones de Abogados (UBIA), la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI), el presidente de la Word Jurist Association, la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos, el Instituto Cervantes, el Ministerio de Exteriores español y el Pleno del Senado de España. Actualmente, solamente son lenguas oficiales el francés y el inglés, sin perjuicio de la posibilidad de autorizar otro idioma cuando expresamente lo pida una de las partes (art.39 de los Estatutos TIJ). En este caso hay que presentar una traducción certificada en uno de los idiomas oficiales (art.51 Reglamento TIJ), con la consiguiente carga suplementaria, lingüística y económica. Lo cual es claramente incompatible a la luz de la oficialidad de una lengua.
La cuestión del idioma en los tribunales internacionales es fundamental para garantizar la equidad y la accesibilidad en los procesos judiciales, como ha puesto de manifiesto el académico Luis Martí Mingarro. En este contexto, la mencionada propuesta de incorporar el español como lengua oficial en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya ha dado inicio a un debate sustancial en los círculos jurídicos y académicos. La iniciativa se presenta como un paso hacia la promoción de la diversidad lingüística en el ámbito legal internacional, con posibles repercusiones significativas en la forma en que se imparte la justicia a nivel global.
Por eso mismo, la propuesta se sustenta en una serie de factores, incluido el reconocimiento a corto plazo del papel cada vez más destacado del español en la esfera jurídica internacional, así como en el aumento de la producción científica en este idioma. Además, se argumenta que la inclusión del español en el Tribunal contribuiría a consolidar la posición de este órgano como un ente verdaderamente global, alineado con las demandas actuales de diversidad y representación en el sistema legal internacional.
La iniciativa de incorporar el español como lenguia oficial del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya se presenta como un paso hacia la promoción de la diversidad lingüística en el ámbito legal internacional
No hay que olvidar, que la globalización y la interconexión de las sociedades contemporáneas han llevado a un aumento en los casos judiciales y disputas legales que involucran a países de habla hispana. El reconocimiento del español como idioma oficial en el Tribunal Internacional de Justicia no solo facilitaría la participación plena de estas naciones en los procedimientos legales, sino que también contribuiría a una mayor comprensión y equidad en la administración de justicia a nivel mundial.
En este contexto, la mencionada propuesta destaca la necesidad de adaptar las instituciones legales internacionales para reflejar la diversidad lingüística y cultural del mundo actual. La incorporación del español en el Tribunal de La Haya sería un paso significativo hacia esta meta, promoviendo un sistema legal internacional más inclusivo y equitativo.
A su vez, el español respondería con un logro importante a la presión a la que progresivamente está sometido desde distintos frentes.
*Rafael Navarro-Valls, profesor de honor vitalicio de la Universidad Complutense y Presidente de la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas Iberoamericanas.
La misión europea que ha acudido a Cataluña para evaluar los efectos de la inmersión lingüística ha llegado, entre otras conclusiones, a estas dos: 1) En los colegios de la comunidad autónoma catalana no hay “bilingüismo”, es decir, que el castellano está en franca recesión en esa zona de España ; 2) que los ciudadanos en Cataluña tienen que ir ellos mismos a la Justicia para lograr que sus hijos puedan cursar sus estudios en castellano. Asimismo, ha ratificado también que las autoridades judiciales, esto es, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), les ha remarcado que "es responsabilidad de la Administración" aplicar la sentencia del 25% de castellano, y que les ofrecieron pruebas tangibles de potenciales "delitos de odio" contra los padres que reclaman a la Justicia el derecho de sus hijos.