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A propósito del mito de la Torre de Babel
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A propósito del mito de la Torre de Babel

Una interpretación de ese mito podría ser que alude a cómo siendo los humanos tan semejantes en todo, el lenguaje nos separa, rompe la esencial comunicación. Algo que se puede aplicar al mundo de hoy.

Foto: 'La torre de Babel' (1563), de Peter Brueghel. Kunsthistorisches Museum
'La torre de Babel' (1563), de Peter Brueghel. Kunsthistorisches Museum

La Biblia relata el mito de la Torre de Babel. Los descendientes de Noé idearon una torre que llegara al cielo. Ante esta desmedida arrogancia, Yahvé les castigo haciendo que hablaran diferentes lenguas. En medio de tanta confusión, tuvieron que desistir del intento y esparcirse por el mundo.

Ha habido muchas interpretaciones de este mito. Yo me voy a fijar en una más original y con cierto aire personal, según la cual el mito de la Torre de Babel trataría de una especie de protesta o de lamento. De sentirse incapaces de comprender como siendo los humanos tan semejantes en todo, el lenguaje, con sus lenguas, nos separa, rompe la esencial comunicación.

Según Goebbels, hay que atribuir todos los males al enemigo y todos los bienes al amigo. Es una versión de la clásica y perversa doctrina que divide a la sociedad en amigos y enemigos

Podríamos aplicarlo al mundo de hoy. En este caso, fijándonos en las dificultades de comunicación al razonar. Imaginémonos a dos personas de la misma cultura, con una educación muy semejante y que mantienen un alto nivel de amistad. Una puede pensar que determinado político es un héroe, y la otra, que habría que encerrarlo por corrupto. Una puede abrazar una ideología fascista y la otra comunista. Los ejemplos podrían multiplicarse. Añadamos que los dos se mueven dentro del mal de Goebbels. Según este infame personaje, hay que atribuir todos los males al enemigo y todos los bienes al amigo. Es una versión de la clásica y perversa doctrina que divide a la sociedad en amigos y enemigos.

Parece que en este mundo que se acaba sin todavía nacer otro, Babel campa a sus anchas. La incapacidad casi innata, sumada a una educación que pone la emoción por encima de la razón y en medio el odio y el tachado del enemigo, lleva a pensar, en modo pesimista, que no hay nada que hacer. Queda el recurso de intentar razonar sabiendo que dicho razonamiento no es monopolio de uno, sino intercambio entre muchos.

La Biblia relata el mito de la Torre de Babel. Los descendientes de Noé idearon una torre que llegara al cielo. Ante esta desmedida arrogancia, Yahvé les castigo haciendo que hablaran diferentes lenguas. En medio de tanta confusión, tuvieron que desistir del intento y esparcirse por el mundo.

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