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La diferencia entre estar en el limbo y estar en Garrulandia
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La diferencia entre estar en el limbo y estar en Garrulandia

Una cosa son aquellos que no se enteran de nada porque la naturaleza no ha sido benigna con ellos y otra muy distinta quienes, pudiéndose enterar, sin embargo no se enteran

Foto: "Cristo en el  limbo', obra de un seguidor del Bosco realizada en torno a 1450–1516. (Wikipedia)
"Cristo en el limbo', obra de un seguidor del Bosco realizada en torno a 1450–1516. (Wikipedia)

Se usa con frecuencia la expresión "estar en el limbo". Con esas palabras se quiere dar a entender que uno no se ha enterado de nada, que estaba semidormido o totalmente despistado.

El limbo, cuyo significado es límite, pertenece al acervo de la teología cristiana. Pero nunca encontró un acomodo fácil y se ha ido debilitando de tal forma que hoy prácticamente ha desaparecido. El nombre y su concepto de límite aparece con los primeros Padres de la Iglesia. Trataban que dar respuesta a la pregunta de adónde irían los infantes que mueren pronto, sin ser bautizados. Como no habían pecado, no deberían ser condenados. Pero como no estaban cristianizados, tampoco podían ser salvados.

Se ideó entonces un estado o lugar en donde reposarían esas criaturas a las que no llegaban las llamas del Infierno y que ni sentían ni padecían. Un inmenso dormitorio sería ese limbo. Pronto esta idea fue dando más frutos. Porque allí tendrían que ir los adultos sin pecado ni Iglesia o los muchos humanos carentes de razón por alguna mala pasada de la naturaleza.

Los infantes que morían pronto, sin ser bautizados, no debían ser condenados. Pero como no estaban cristianizados, tampoco podían ser salvados

La verdad es que un limbo tan grande y que se amplía por momentos anonada. Casi hace pensar en el número de galaxias. Pero si de la teología bajamos al más modesto mundo, el limbo nos incita a pensar cómo estamos.

Lo primero que habría que decir es que como no hay personas tan buenas que merezcan el cielo ni tan malas que haya que mandarlas con el diablo, tendríamos que imaginar un limbo inmenso. Pero, en un paso más, deberíamos meter en algún tipo de limbo a aquellos que no se enteran de nada, y el limbo seguiría siendo extenso. Solo que aquí se debe hacer una esencial distinción. No es lo mismo no enterarse de nada porque, como dije, la naturaleza no ha sido benigna, que habitar en Garrulandia o tierra de garrulos. Y ahí se mueven los que pudiéndose enterarse, no se enteran. Son legión y, hoy, ayudados por los videntes de la energía cósmica, atropellan. Si Nietzsche decía que el desierto avanza, actualmente Garrulandia gana día a día terreno.

Dios nos pille confesados. Y si no, vayamos a un limbo con más silencio, menos ruido y sin la bobada del día

Se usa con frecuencia la expresión "estar en el limbo". Con esas palabras se quiere dar a entender que uno no se ha enterado de nada, que estaba semidormido o totalmente despistado.

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