Adiós, 2012: saludemos al 2013

Adiós al 2012. Que le vaya bien. Atrás queda el Europeo ganado por la selección española de Fútbol o los Juegos Olímpicos de Londres. Durante estos 365 días los éxitos han seguido llegando a través del deporte, pero da la sensación de que la crisis también afectará. Los problemas económicos puede que no influyan directamente en la élite, pero el deporte de base, el futuro, no se escapa a los nubarrones que continúan tapando el sol en España.

Te acuestas el último día del año intentando terminarlo de la manera posible. En familia y con una buena partida de mus. Entre órdagos reconforta ver que Tito Vilanova despide el año jugando al pádel con su hijo. Dan igual los títulos, los éxitos, su gran oportunidad de entrenar al Barcelona, de volar solo. Lo importante es que tiene fuerzas para plantar cara a la enfermedad y disfrutar con los suyos. Por orden de importancia, la salud encabeza la lista de nuestros deseos. A partir de ahí puede conseguirse todo lo demás.

Así entramos en 2013. Disfrutando nada más levantarme del concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena al ritmo de la Marcha Radetzky en La 1. Lo malo es que después echamos de menos a Paco Grande contándonos los saltos de esquí desde alguna localidad alpina impronunciable. Esto es lo que nos espera en 2013. Algunos éxitos a los que ya nos vamos acostumbrando, pero también decepciones, que desgraciadamente las habrá.

Nos estrenaremos con el Mundial de Balonmano que se celebra en Madrid. Entre las negligencias y la avaricia que desencadenaron una tragedia lamentable hicieron tambalearse el primer acontecimiento deportivo del año. Poco importaba que nos quitasen la organización del torneo, ni la imagen ofrecida por Madrid en plena carrera olímpica. Lo grave fue que cinco niñas se dejaron la vida en una fiesta convertida en ratonera. Nunca podrá olvidarse. Si alguien se atreve a hacerlo ya habrá quien se encargue de recordárnoslo esta primavera cuando se elija la ciudad que organice los Juegos Olímpicos de 2020.

Incertidumbre. La misma que nos acecha ante dos reapariciones importantes. Si Rafa Nadal regresa es porque está completamente recuperado de sus problemas físicos. Deseamos que sus rodillas no den más la lata. Confiamos en que su cabeza siga siendo la misma, que mantenga ese nivel de competitividad y sufrimiento demostrados hasta ahora. El tenis lo lleva dentro todavía. Como seguro que las piernas de Contador tienen algún Tour de Francia más. Seguirán mirándole con lupa. Por eso debe moverle la motivación extra de saberse observado. Que lo sea desde lo más alto del podio. El lugar que le corresponde.

El motor no nos decepciona nunca. Especialmente las motos donde los pilotos españoles luchan entre sí por dominar los tres Campeonatos. Para el resto las migas de la victoria en algún Gran Premio. Esta temporada con un aliciente extra. La llegada a la categoría reina de Marc Márquez. El piloto del futuro ante el presente de Jorge Lorenzo. La lucha promete ser emocionante.

Mucho más desamparado se encuentra Fernando Alonso que tras una temporada heroica ha demostrado necesitar algo más para volver a ser campeón del mundo. ¿Un coche competitivo tal vez?

Nuestra selección de fútbol no para. El triunfo en la última Eurocopa ya es historia. Toca sellar el camino al Mundial de Brasil. Ni siquiera nos favorece la extinta norma de que los campeones se ganaban la participación en la siguiente Copa del Mundo. Sí estaremos en la Confederaciones. Único título que se le ha resistido a una generación de futbolistas irrepetible que este año tendrán la oportunidad de cerrar el círculo.

Otro equipo campeón volverá a reunirse en septiembre para seguir persiguiendo la gloria. Sin los americanos en el Eurobasket nos presentaremos como favoritos. El buen trabajo de base que se hace desde la Federación nos garantiza un equipo competitivo aunque falte algún NBA.

Por último, el Racing de Santander acaba de comenzar su centenario. Un club histórico que pasa por su peor momento gracias a la ineptitud de los sucesivos dirigentes que han pasado por el Sardinero. Tan lamentable gestión no debe acabar con 100 años de historia. La afición tendrá que alternar el sufrimiento por mantenerse en segunda con la alegría de unos actos conmemorativos que solo se viven una vez. ¡Feliz aniversario y ánimo, Racing!