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Irrepetible gala del Balón de Oro
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Ángel Rodríguez

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Irrepetible gala del Balón de Oro

La gala del Balón de Oro fue una gran fiesta del fútbol español. La clara evidencia de que en nuestra Liga están los mejores mimbres para

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Irrepetible gala del Balón de Oro

La gala del Balón de Oro fue una gran fiesta del fútbol español. La clara evidencia de que en nuestra Liga están los mejores mimbres para desarrollar una competición que resulta ser la peor organizada. La desunión de los clubes dentro de la LFP no permite que se pueda rentabilizar al máximo un producto estrella como es el fútbol español. Los derechos televisivos de la Premier (940 a partir de 2014) superan en 200 millones de euros a España (actualmente 680). La Bundesliga, con tan solo 18 equipos, se reparte más de 500 millones de euros. Y la ¿potente? Liga francesa llega hasta los 600, muy cerca de nuestras cifras.

Tal vez así entendamos que cada vez se produce un mayor éxodo de futbolistas y entrenadores españoles por todo el mundo. Lo siguiente será la fuga de estrellas. A este paso será muy complicado repetir la imagen con un once ideal compuesto exclusivamente por jugadores que actúan en nuestro fútbol. Más de la mitad españoles (6), dos brasileños, un argentino y un portugués. Hecho sin precedentes que será muy complicado de mantener en el futuro. Otra generación igual se antoja irrepetible. Se les pasará el arroz sin que su fútbol haya sido reconocido con un Balón de Oro. Una injusticia como otras tantas que queda en un segundo plano ante éxitos colectivos como las dos Eurocopas y el Mundial. Triunfos que se consiguen compitiendo. Los galardones individuales dependen de criterios subjetivos e inexplicados.

Los entrenadores galardonados suspiraban al ver la mejor alineación del mundo. Menos Mourinho que decidió ir por libre y quedarse en casa para ver el entrenamiento de su hijo. Otro pulso gratuito justificado con la preparación de un partido de Copa del Rey al que no hubiese dedicado tanto tiempo si el premio hubiese sido para él. Su enemigo Iker Casillas se lo habría dado porque le concedió la máxima puntuación en la votación. Seguro que la cara de satisfacción del portero no habría sido la misma, ni el discurso del ganador tampoco con Mou recogiendo el galardón. Guardiola escuchó, mientras ocultaba su mono por entrenar, las palabras de Vicente del Bosque. El discurso del seleccionador español conmovió a todos: “Trasladar mejor ética y conducta personal”. Sin dar nombres pero con una alusión que planeaba en la mente de todos a un ausente que no restó brillo a la ceremonia. Nadie le echó de menos.  

La gala del Balón de Oro fue una gran fiesta del fútbol español. La clara evidencia de que en nuestra Liga están los mejores mimbres para desarrollar una competición que resulta ser la peor organizada. La desunión de los clubes dentro de la LFP no permite que se pueda rentabilizar al máximo un producto estrella como es el fútbol español. Los derechos televisivos de la Premier (940 a partir de 2014) superan en 200 millones de euros a España (actualmente 680). La Bundesliga, con tan solo 18 equipos, se reparte más de 500 millones de euros. Y la ¿potente? Liga francesa llega hasta los 600, muy cerca de nuestras cifras.