Cuando Mourinho y Cruyff hablan, sube el pan

Desde la televisión pública portuguesa nos llegan las penúltimas declaraciones polémicas de Mourinho. Denuncia irregularidades en el recuento de los votos que FIFA realiza a la hora de elegir al mejor entrenador. Dice haber recibido varias llamadas reconociendo que le votaron a él y, sin embargo, se lo dieron a Vicente del Bosque. El luso no cae en que quienes le aseguran haberle votado pueden engañarle. De eso sabemos mucho los españoles. Varios miembros del COI nos aseguraron que votarían a Madrid y luego no nos salieron las cuentas. Les dicen lo mismo a todos. Afortunadamente el seleccionador español, campeón del Mundo y de Europa, aventajó en un 14% al actual entrenador del Real Madrid. No es la primera vez que se denuncian cambios en los votos de entrenadores, capitanes y periodistas de todo el mundo. Tampoco es la primera vez que Mourinho intenta desprestigiar a sus rivales. Lo hizo infravalorando la Copa de Europa conseguida por el Barcelona y ahora pretende restar valor al premio recibido por el Marqués Del Bosque. Es lo que tiene no saber perder.

Hay ocasiones en las que escuchar determinadas declaraciones de entrenadores importantes, como mínimo, llama la atención. No es la primera vez que Johan Cruyff dice que para ser un buen técnico hay que haber sido futbolista en clara referencia a José Mourinho. Es cierto que algo ayudará pero no debe ser un más que un detalle. A lo largo de la historia del fútbol nos encontramos buenos ejemplos que echan por tierra la teoría del gran Johan. Uno de los mejores entrenadores que se recuerda es Arrigo Sacchi. El padre del mejor Milan fue un flojo defensa que jamás llegó a ser profesional. Sin embargo se convirtió en el creador de uno de los equipos que aportaron nuevos conceptos tácticos. En España también tenemos ejemplos. Un profesor de escuela y psicólogo llamado Gregorio Manzano lleva dirigidos más de 400 partidos en primera división. Como jugador no pasó del Recreativo de Úbeda. Lo que no dice Cruyff es que hay magníficos futbolistas que nunca han sabido transmitir sus conocimientos desde un banquillo. El caso más elocuente es el de Diego Armando Maradona. Para muchos el mejor pelotero de todos los tiempos y posiblemente de los peores entrenadores que puedas echarte a la cara. Para ser un buen técnico hay que prepararse. No basta sólo con haber jugado bien, sino que se debe estudiar y rodearse de un buen equipo de profesionales. Si detrás de un gran hombre debe haber una gran mujer, me atrevo a decir que detrás de un gran entrenador debe haber un gran segundo. Parejas como Camacho–Carcelén, Simeone–Mono Burgos o Valdano-Cappa confirman que ven más cuatro ojos que dos.

No ocurre así con Mourinho. No le acompaña ningún cerebro gris allá por donde va. Llegó al Real Madrid sin segundo. Realizó varias consultas, periodistas incluidos, para decidir quién le acompañaría en este duro viaje. Quería a alguien que hubiese jugado en el primer equipo. Sin mucha experiencia. Sin ánimo de figurar. Trabajador. Un perfil muy determinado que encontró en Aitor Karanka. Al que ya considera uno más de la familia. El más calmado de sus colaboradores acostumbrados a dar la nota desde los banquillos. Rui Faria puede presumir de ser uno de los ayudantes con más expulsiones en la historia.

Una cosa más. El futbolista italiano Cassano acaba de ser papá de un niño. El exjugador del Real Madrid ha decidido llamar a su hijo, Lionel, en honor a Messi al que considera el mejor jugador del mundo.