Las verdades sobre Vinícius que ofenden, pero ya confirmó el 'triatleta' Robinho

"Robinho es un futbolista capaz de hacer esas jugadas que los niños de todo el mundo intentan recrear en las calles". Así, en una exhibición más de su analfabetismo futbolístico al no ver la diferencia entre 'hacer jugadas' y jugar al fútbol, presentó Florentino Pérez el 26 de agosto de 2005 al mencionado delantero brasileño. Una estrella de los 'highlights' por el que el Real Madrid pagó 24 millones de euros al Santos y, tres años después, Ramón Calderón traspasó al Manchester City por 43, en una gran operación económica y también deportiva, pues Robinho siempre fue más efectista que efectivo.

Robson de Souza (São Vicente, 1984), que heredó nada menos que el '10' que había dejado vacante Luis Figo, aterrizó en el Bernabéu con 21 años y la cantinela habitual del presidente de ACS de que, además de por su "calidad" —como buen profano, entendiendo ésta solo por la técnica—, llegaba "por su profunda convicción de que el Real Madrid era su equipo". Ya saben, otro "nacido para jugar en el Real Madrid", mientras los nacidos en Madrid, salvo honrosas excepciones que confirman la regla, no tienen sitio en él. Comparaciones con su compatriota Pelé, candidato al Balón de Oro prácticamente desde su debut en el Ramón de Carranza y calificado como el anti-Messi. Es decir, todo tipo de exageraciones al servicio de la propaganda habitual.

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Y así, de ser vendido como el mejor jugador del mundo, Robinho acabó siendo conocido como el triatleta, "porque corre, hace bicicletas y luego... nada", en referencia a su escasa capacidad para definir —no confundir con finalizar, que también—, pese a sus constantes filigranas con el balón en los pies, aunque sin cabeza. Sí, el brasileño llegó al Real Madrid como una estrella en 2005, pero en 2008 se fue al Manchester City. En 2010 volvió al Santos cedido y ese mismo año fue traspasado al Milan por 21 millones, para volver a ser cedido al Santos en 2014 y de ahí irse libre al Evergrande chino en 2015. Después, Atlético Mineiro, Sivasspor, Basaksehir y este año vuelta al Santos, donde a los 36 años ha colgado las botas y su vida se le ha complicado por otras cuestiones que no vienen al caso.

Para lo que sí viene bien recordar a Robinho es para poner en valor las verdades de Benzema sobre Vinícius Júnior, otro brasileño que llegó al Real Madrid de la mano del mismo director deportivo y en circunstancias parecidas. La nueva reencarnación de Pelé que, si fuera por Florentino Pérez, ya habría ganado el Balón de Oro pese a no haber demostrado absolutamente nada, más allá de una velocidad y un desborde que le permite llegar antes, pero no mejor. ¿Que aún tiene margen de mejora? Que se lo pregunten a Julen Lopetegui, quien prefirió mandarlo al Castilla precisamente para darle un margen y ya sabemos dónde acabó él.

Juega contra su propio equipo...

"Hace lo que quiere. Hermano, no juegues con él... Madre mía. Juega contra nosotros...". Efectivamente, esto es lo que en unas imágenes captadas por 'Telefoot' se le escucha decir a Benzema en el túnel de vestuarios antes de comenzar la segunda parte del partido del Real Madrid contra el Borussia Monchengladbach. En este segundo partido de la Liga de Campeones, y tras perder el primero contra el Shakhtar Donetsk (2-3), los blancos llegaron a ir perdiendo 2-0 y solo lograron empataron en el tiempo de prolongación.

El delantero francés se dirigió en estos términos a su compatriota Mendy y, aunque es verdad que en ningún momento dio su nombre, claramente se refería a Vinícius. "No hace nada con sentido", añadió un desesperado Benzema. "Cuando se arruga, pierde su esencia", le respondió un condescendiente Mendy, pues no es fácil saber a qué esencia se refiere el lateral, con bastante mejor llegada al área rival que el propio delantero brasileño.

"La gente no entiende lo que hago en el campo; yo juego para la gente que sabe mucho de fútbol", llegó a decir Benzema para defenderse de unas críticas basadas fundamentalmente en su presunta falta de gol, cuando ya es el quinto máximo goleador de la historia del Real Madrid, a la caza de Santillana y solo por detrás de Cristiano Ronaldo, quien tanto y tantos goles le debe, Raúl y Di Stéfano. Casi nada. Y es que el francés es precisamente un caso contrario al de Vinícius: no hace jugadas, sino que juega al fútbol. Por más que lleve el '9' a la espalda, él siempre piensa en el equipo y no solo en marcar goles.

A sus 20 años, aunque llegó al Real Madrid con 18 previo pagó de 45 millones de euros, en este caso no al Santos sino al Flamengo, Vinícius tiene una ficha de siete millones anuales que le exige un rendimiento inmediato, si bien sigue siendo muy joven. Sin embargo, y al igual que hizo en su día con Robinho, Florentino Pérez no aprende y se empeña en decir que el brasileño será el próximo Balón de Oro del Real Madrid. Y es ahí donde el presidente que también ejerce de director deportivo vuelve a olvidarse de que el fútbol es un deporte colectivo y no individual. Vamos que, del mismo modo que, como bien dijo Zidane, "a quien le gusta el fútbol le tiene que gustar Benzema", solo a quien le guste 'ver jugadas' podrá gustarle Vinícius, de momento candidato a 'triatleta'...