¿Qué esconde la absurda ocurrencia de Rubiales de construir un estadio nacional?

El improvisado y deslavazado anuncio de la construcción de "un estadio nacional" sonó a otra huida hacia adelante del presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), consciente de que un cambio de Gobierno tras las elecciones del próximo 23 de julio le dejaría sin la protección que ha tenido —y de la que tanto presume— durante los cinco años que lleva en el cargo. Un tiempo en el que ha recibido innumerables, variadas y contundentes denuncias, tanto por la vía deportiva, a través de un Consejo Superior de Deportes (CSD) que no las trasladó al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), de ahí que hayan podido prescribir, como por la justicia ordinaria, donde siguen su curso.

No en vano, el mismo día que Luis Rubiales lanzó su absurda ocurrencia, la jueza que investiga la presunta trama de corrupción en torno a la Supercopa de España que se disputa en Arabia Saudí encontró motivos para prorrogar el caso durante al menos seis meses a la espera, entre otras cosas, de la comisión rogatoria remitida a Andorra. De ahí también el guiño de anunciar antes de la Asamblea un partido contra la selección del Principado, donde reside el club que desde diciembre de 2018 es propiedad de su amigo Piqué. "¿Estarás contento, eh?", le espetó Rubi a su homólogo andorrano. Un contrariado Félix Álvarez, pues Andorra ya ha jugado en España...

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Para ser escrupulosos con los hechos, en el caso de Rubiales, sin duda la mejor forma de retratarle, esto fue lo que dijo exactamente el presidente de la RFEF: "Merecemos tener un patrimonio y queremos que la Asamblea nos respalde en la idea de construir un estadio nacional. Queremos un estadio de entre 30.000 o 40.000 espectadores, que tenga sus oficinas, no solo suelo deportivo, sino también administrativo. Con un terreno propio de la Federación, por supuesto pasando todos los filtros que se deben pasar, y presentar este proyecto en la próxima Asamblea de diciembre. No es necesario por ley, pero queremos hacerles partícipes de esta idea".

Todo surge de un comentario de su tío y ex jefe de gabinete al ver que las instalaciones de Las Rozas efectivamente se han quedado pequeñas

Quienes conocen o han tratado de cerca a Rubiales coinciden en destacar su narcisismo, algo a tener en cuenta porque este asunto empezó con un comentario de su tío y ex jefe de gabinete, Juan Rubiales, sobre la necesidad de buscar y comprar unos terrenos para implementar las instalaciones de la RFEF. Inaugurada el 12 de mayo de 2003, la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se ha quedado pequeña por la gran cantidad de selecciones que la utilizan, además de una plantilla que se acerca ya a los 500 empleados, tras el incremento entre 2021 y 2022 de 408 a 469 trabajadores. Sin embargo, esto es una cosa y otra muy distinta construir un "estadio nacional" al que, ya puestos, a buen seguro el presidente de la RFEF estaría encantado de ponerle su nombre: Estadio Nacional Luis Rubiales. ¿Cómo les suena?

Nada que ver con Wembley o el Stade de France

Y es que, cómo es lógico, lo primero que todo el mundo pensó, e incluso algunos medios así lo recogieron, al escuchar la ocurrencia de Rubiales, fue que ese campo sería para que jugara la Selección española. Es decir, al estilo de Wembley en Londres, donde juega la inglesa, o del Stade de France en París, donde lo hace la francesa. Pero, claro, "un estadio de entre 30.000 o 40.000 espectadores" se quedaría pequeño la mayoría de las veces, además de que en España conocida es la costumbre de que La Roja sea itinerante, de manera que todos los aficionados tengan alguna vez la oportunidad de ver en su propia ciudad al equipo de todos.

La improvisación fue tal que todo el mundo pensó en un Wembley o un Stade de France, cuando la Selección española no jugaría en él

Por supuesto, el "estadio nacional" tampoco serviría para albergar la final de Copa, pues con esa capacidad no se podría complacer a las hinchadas de los clubes finalistas, mientras el propio Rubi, junto a su amigo Geri, se ha llevado Supercopa de España a Arabia Saudí. Y mucho menos como sede del Mundial 2030 que España aspira a organizar junto a Portugal, veremos si finalmente con Marruecos, mientras lo de Ucrania ha quedado como lo que fue, un mero postureo. Con el Metropolitano y el nuevo Santiago Bernabéu, al que el presidente de la RFEF dijo que se otorgaría el partido inaugural y la final del citado Mundial, es evidente que Madrid no necesita un campo que, por contra, se quedaría grande para, salvo excepciones, los partidos de la Selección femenina, la Sub 21 o los playoffs de ascenso a Segunda.

Rubiales tampoco especificó dónde se buscarán los terrenos, aunque lo cierto es que lleva haciéndolo desde que su tío tuvo la idea de implementar Las Rozas, aunque se da por hecho que sería en la Comunidad de Madrid. De hecho, fuentes bien informadas aseguran que la RFEF habló con el Ayuntamiento de la capital, donde en un principio les dijeron que no había espacio, si bien siguen las conversaciones, y también exploraron otros en las zonas norte y oeste. Por último, y a la espera de la Asamblea de diciembre, a la que habrá que ver si llega sin ser inhabilitado o imputado, el presidente de la RFEF no concretó cuándo empezarían las obras.

Aunque no especificó dónde estaría, en la RFEF llevan tiempo mirando terrenos e incluso se reunieron con el Ayuntamiento de Madrid

Otro ejemplo de que lo del "estadio nacional" es una ocurrencia es que hace un mes el propio Rubiales aseguró en Sevilla que "La Cartuja es mejor que Wembley, porque el apoyo que la gente genera es mayor", para añadir que "si bien, es necesario mejorarlo con actuaciones como retirar la pista de atletismo y también trabajar en los accesos". Tras el acuerdo firmado con la Junta de Andalucía, la RFEF ha convertido el estadio sevillano en la sede de las finales de Copa y de algunos partidos de la Selección. También está por saber qué sucedería con la concesión de 75 años de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde tampoco sabían nada de la construcción de un campo, aunque lo normal es que nada cambiaría, pues esas instalaciones siguen siendo necesarias.

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En cualquier caso, la idea es tan descabellada —con perdón— que se antoja complicado que finalmente pueda sacarla adelante, sobre todo si hay un cambio de Gobierno y por más que la Asamblea de la RFEF ya haya demostrado que vota unánimemente "sí" a todo lo que le proponga, si bien en la última no se indicó el número de asistentes. Eso sí, habrá que estar atentos a ver si Rubiales, además de construir el "estadio nacional", le acaba poniendo su nombre, que no es lo mismo que ponerlo a su nombre...