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¿Dónde está Froome, que no lo encuentro? Demasiados jerseys rojos en la Vuelta
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Jesús Garrido

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Jesús Garrido

¿Dónde está Froome, que no lo encuentro? Demasiados jerseys rojos en la Vuelta

En esta Vuelta tenemos hasta seis escuadras que lucen jerseys rojos o parcialmente encarnados, por lo que identificar al primer clasificado de la general durante las etapas se vuelve difícil

Foto: Froome de rojo, Contador también. (EFE)
Froome de rojo, Contador también. (EFE)

"El Giro está muy identificado con el rosa y el Tour con el amarillo. Nosotros estábamos identificados con una cosa que era el jersey oro, que ni era oro, ni era amarillo... Necesitábamos algo propio". La personalidad de una gran vuelta se define por su color. Lo explicaba así Javier Guillén, director de la Vuelta a España, en una entrevista en este periódico. La elección del rojo supuso el asentamiento de la ronda española como una auténtica grande, le faltaba un factor que la hiciera reconocible, y hay pocos colores más españoles que el rojo.

Foto: Contador se recuperó de su desfallecimiento en Andorra. (EFE)

La elección cromática, si bien no es casual y, ciertamente tiene su lógica cultural y define a nuestro país, no resalta al portador de tal insignia, el líder de la carrera. Hagan la prueba. En la próxima etapa, en repetidas ocasiones tendrán la oportunidad de ver un plano largo en el que se apreciará el pelotón al completo. En ese instante, de un vistazo, traten de encontrar al líder. No es fácil, ¿verdad? Tienen a varias decenas de corredores vestidos con el mismo o muy similar tono de rojo. Si se fijan mejor podrán ubicar, no sin dificultad, a Chris Froome rodeado de maillots negros de su equipo, el Sky.

En esta Vuelta tenemos hasta seis escuadras que lucen jerseys rojos o parcialmente encarnados. Hablamos del Trek-Segafredo, el Katusha-Alpecin, el Lotto-Soudal, el Bahrain-Merida, el Cofidis y el BMC, siendo este último equipo el más complicado de confundir con el primer hombre de la clasificación general, ya que predomina el negro en su indumentaria. La personalidad de cada equipo también se forma a través de su maillot. Costaría y mucho identificar al Movistar si un día la compañía telefónica decide que van a empezar a correr de amarillo o de blanco.

placeholder Nibali, también de rojo. (EFE)
Nibali, también de rojo. (EFE)

"No podemos romper las líneas estéticas de los equipos porque se juegan mucho, como todos. Es algo complicado", afirma Javier Guillén a El Confidencial. El director de la Vuelta asegura que trabajan en una línea de rojos que se distingan bien, pero no son suficientemente diferentes para que el líder, el hombre más importante del pelotón, destaque sobre el resto. Por mucho que se retoquen, es casi imposible conseguir que no parezcan muy similares a los de, por ejemplo, el Katusha. Lo que hace que la Vuelta tenga un sentido, una seña de identidad, se diluye entre una marea de colores cercanos al propio.

La solución a esta problemática no es sencilla. Los patrocinadores cada vez tienen más poder en el pelotón e imponen sus colores por encima de las exigencias que pueda establecer el organizador. No hay más que observar al Tour, la mayor carrera por etapas del mundo. El Lotto-Jumbo también participa en la Grande Boucle con colores amarillos, aunque es cierto que la predominancia es el negro en su camiseta. Pero es bien cierto que, por casualidades de la vida, hay menos equipos vestidos de amarillo o de rosa que de rojo. Es lo que tiene que la cromática española no se haya establecido definitivamente hasta 2010. La copia del amarillo y el estropicio del oro colmaron los podios españoles hasta la aceptación del rojo como color representativo.

placeholder Joseba Beloki y Lance Armstrong en el Tour de Francia de 2003. (Imago)
Joseba Beloki y Lance Armstrong en el Tour de Francia de 2003. (Imago)

El Tour, eso sí, tuvo una época en la que restringía el uso de maillots amarillos en la carrera. Basta recordar a la ONCE participando en la carrera francesa vestida de rosa, ya que su tonalidad principal coincidía con la del líder del Tour. Esa sería la mejor solución para la Vuelta y probablemente no sea tan complicado: instar a los conjuntos participantes a alterar sus equipaciones principales. Sin ir más lejos, por ejemplo el Sky y el Trek corrieron con jerseys blancos en el pasado Tour, y el Katusha tiene un maillot en el que predomina el blanco. Opciones hay, otra cosa es que los que ponen la pasta estén dispuestos...

"El Giro está muy identificado con el rosa y el Tour con el amarillo. Nosotros estábamos identificados con una cosa que era el jersey oro, que ni era oro, ni era amarillo... Necesitábamos algo propio". La personalidad de una gran vuelta se define por su color. Lo explicaba así Javier Guillén, director de la Vuelta a España, en una entrevista en este periódico. La elección del rojo supuso el asentamiento de la ronda española como una auténtica grande, le faltaba un factor que la hiciera reconocible, y hay pocos colores más españoles que el rojo.

Chris Froome