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Quique es el gran culpable de la gran semana del Atlético
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

Quique es el gran culpable de la gran semana del Atlético

El Atlético está ante su gran semana. Quién iba a decir tres meses atrás que en apenas siete días los rojiblancos iban a poder ganar dos títulos,

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Quique es el gran culpable de la gran semana del Atlético

El Atlético está ante su gran semana. Quién iba a decir tres meses atrás que en apenas siete días los rojiblancos iban a poder ganar dos títulos, reeditando el famoso doblete logrado con Jesús Gil en la presidencia y Radomir Antic en el banquillo. Yo, desde luego, no me hubiera apuntado a esa teoría, ya que veía más cerca el abismo que la gloria. Pero el Atlético ya sabemos como es, capaz de lo mejor y lo peor. Y este renacer del Atlético ha pasado por Quique Sánchez Flores, criticado por muchos en sus primeras semanas como jefe del vestuario atlético y que Miguel Ángel Gil mantuvo en el cargo pese a las voces contrarias que apuntaban al ex del Valencia y del Benfica. No fue sencillo mantenerlo en el puesto, ya que el Atlético coqueteaba con el descenso y vagaba como alma en pena por Huelva en partido de Copa.

 

Por una vez, la opinión de los técnicos, hablamos de García Pitarch, pesó más que el impulso de llevarse a todo por delante, tan característico en la clase dirigente. Ese aguantar, ese esperar a la mejoría ha tenido sus frutos y el trabajo del técnico ha sido fundamental. Quique ha conseguido que los buenos jugadores que tiene el Atlético se asocien y se busquen porque en el fondo se necesitan y han entendido que el éxito llega desde su compenetración en el terreno de juego. Y así han llegado las dos finales.

 

Desde aquí dijimos que el Atlético había perdido su condición de equipo grande, que su afición sí que lo era, pero que el club necesitaba un cambio para recuperar su sitio. El fútbol da segundas oportunidades cuando menos te lo esperas y al club rojiblanco le ha dado una cuando menos se esperaba. El equipo rojiblanco está a dos pasos, Europa League y Copa, de recuperar una condición que nunca tuvo que perder. Los goles de Forlán ya han logrado que el Atlético vuelva al cartel de una final europea 24 años después. Su nombre volverá a sonar en todas las converesaciones y tertulias futbolísticas de la vieja Europa, algo que no sucedía por méritos deportivos desde hace mucho tiempo. Una semanas después tiene la oportunidad, Sevilla mediante, de lograr algo que no está al alcance de ningún equipo español, que no es otra cosa que doblar conquista de título.

 

Dos finales para que Gil y Cerezo crean

 

Estas dos finales deben servir para que las dos cabezas visibles del Atlético, Gil y Cerezo, se den cuenta que tienen en sus manos uno de los mejores equipos de Europa y que ahora tienen la oportunidad de volver a ser grande, de regresar a la elite por derecho propio, de lograr que los jugadores de medio mundo se quieran poner la rojiblanca. Lo más complicado del camino ya lo han andado, ahora falta que ellos mismos se aclaren y estén a la altura de su técnicos y jugadores, que han sido capaces de hacer que el Atlético regrese al primer plano del fútbol europeo.

 

De verdad, el Atlético está ante una semana para disfrutar y para no dejar escapar la oportunidad de demostrar que todavía puede ser un grande de Europa. Y eso pasa por convencer a Quique de que debe liderar el futuro rojiblanco, algo que parece muy complicado porque su decisión de dejar el Atlético es firme.

 

Cuidado con al excesiva confianza que se respira ante el poco cartel del Fulham, más conocido por su anterior dueño que por sus futbolistas. Atención que la final todavía no está ganada.

El Atlético está ante su gran semana. Quién iba a decir tres meses atrás que en apenas siete días los rojiblancos iban a poder ganar dos títulos, reeditando el famoso doblete logrado con Jesús Gil en la presidencia y Radomir Antic en el banquillo. Yo, desde luego, no me hubiera apuntado a esa teoría, ya que veía más cerca el abismo que la gloria. Pero el Atlético ya sabemos como es, capaz de lo mejor y lo peor. Y este renacer del Atlético ha pasado por Quique Sánchez Flores, criticado por muchos en sus primeras semanas como jefe del vestuario atlético y que Miguel Ángel Gil mantuvo en el cargo pese a las voces contrarias que apuntaban al ex del Valencia y del Benfica. No fue sencillo mantenerlo en el puesto, ya que el Atlético coqueteaba con el descenso y vagaba como alma en pena por Huelva en partido de Copa.

Miguel Ángel Gil Marín