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El fútbol se hizo total gracias al complicado y extraño carácter de Di Stéfano
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José Félix Díaz

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José Félix Díaz

El fútbol se hizo total gracias al complicado y extraño carácter de Di Stéfano

Di Stéfano se marchó este lunes. Lo hizo tras luchar a tope en los tres últimos días. Quería seguir viviendo. A su manera, claro está. Era un genio y así se ha ido

Foto: Fotografía de archivo de 1960. Di Stéfano posa con las cinco Copas de Europa que consiguió.
Fotografía de archivo de 1960. Di Stéfano posa con las cinco Copas de Europa que consiguió.

Di Stéfano se marchó este lunes. Lo hizo tras luchar con denuedo en los tres últimos días. Quería seguir viviendo. A su manera, claro está. Era un genio y así se ha marchado, como un grande. No dejaba indiferente a nadie. Ni a sus críticos más feroces –que los tenía por su especial manera de ser– ni a esos admiradores que siempre le han colocado como número uno de la historia por su fútbol total, ese que los holandeses imitaron años después.

Alfredo Di Stéfano fue un adelantado a su tiempo. En el fútbol, en la manera de ser y en la de comportarse cuando se olvidaba de las botas y el pantalón corto iba por delante del resto. Su fútbol cautivó a todos, enfrentó a Real Madrid y Barcelona, dejó plantado a Santiago Bernabéu y hasta se atrevió a hacer anuncios, causando conmoción con esa imagen suya asociada a las medias Berkshire. Su pose con la camiseta blanca y medias y tacón dio la vuelta al mundo, como lo dio su noviazgo de hace unos meses, que terminó con un pleito de sus hijos con la que primero fue su ayudante y después terminó siendo su novia.

Vídeo: La vida de Di Stéfano, en goles

La leyenda y los videos (no tuve la fortuna de verle jugar en directo) hablan de Di Stéfano como el precursor de ese fútbol que los entendidos llamaron años después 'fútbol total'. L'Equipele denominó el omnipresente, en una demostración clara de lo que supuso su aparición en el fútbol europeo, que además lo hizo de la mano de la Copa de Europa. Cambió el fútbol, el sentido de un deporte que a partir de Di Stefano se pasó a jugar a otra velocidad, con otro ritmo y con otro desempeño muy diferente.

Florentino Pérez recuperó a Di Stéfano para el Real Madrid en el año 2000. Nueve años antes se había marchado del club blanco tras dar por terminada su carrera como técnico. En ese paréntesis se había refugiado en su familia y en los veteranos blancos, su otra familia. Acudía de vez en cuando al local de los veteranos. Pasaba revista y terminaba con una caña en Txangurro, cita obligada.

En esos catorce años en los que Di Stéfano ocupó ese cargo de presidente de honor, el madridismo recuperó a esa figura que tenía un tanto olvidada. Los veteranos del club recuperaron el sitio y él un protagonismo perdido con el paso de los años. En estos hablaba poco, pero cuando abría la boca todo el mundo escuchaba. Jóvenes y viejos.

Sara, su inseparable mujer, le dejó en 2005. El golpe fue muy duro, tanto como el del fallecimiento de su hija Nannette en 2012. En ese momento en su vida apareció Gina, una señora de 36 años que empezó siendo su secretaria para terminar siendo su novia y casi su esposa. Sus hijos lo impidieron, pero antes los dirigentes del club le negaron la entrada al palco. No veían clara esa relación. Di Stéfano se revolvió y dejó, durante unos meses, de acudir al palco en señal de protesta. Semanas después todo se aclaró, pero la 'Saeta Rubia' dejó bien claro quién era y el carácter que tenía. Poco le importó enfrentarse con todo el mundo por el supuesto amor de una señora 52 años más joven. Se ha ido un genio.

Di Stéfano se marchó este lunes. Lo hizo tras luchar con denuedo en los tres últimos días. Quería seguir viviendo. A su manera, claro está. Era un genio y así se ha marchado, como un grande. No dejaba indiferente a nadie. Ni a sus críticos más feroces –que los tenía por su especial manera de ser– ni a esos admiradores que siempre le han colocado como número uno de la historia por su fútbol total, ese que los holandeses imitaron años después.

Santiago Bernabéu Florentino Pérez
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