El Madrid, ante una espantada de Mourinho, ha decidido ya el relevo: Low

Sigue sin tenerlas todas consigo el ático de Concha Espina. El devenir de Mourinho inquieta a Florentino Pérez, quien tiene la garantía del entrenador de que va a continuar una temporada más. Pese a todo, y tras lo vivido anteriormente con su espantada de Milán, en el Real Madrid admiten que podrían sufrir el mismo agravio. Hace dos años, tras ganarlo todo con el Inter, estimó unilateralmente y ante la irrechazable oferta blanca que era el momento de variar el rumbo deportivo. 

No le dolieron prendas ni amistades forjadas a base de talonario. El club blanco le servía en bandeja un proyecto con el que terminar de derrocar el despotismo del FC Barcelona. Mou ya inició lo que se presumía un declive, expulsando a los azulgrana de aquella Champions, cuyo destino final era el Santiago Bernabéu. El madridismo respiró con la afrenta del Camp Nou y con sus postreras carreras en el césped culé, correspondidas con satisfacción. Por eso, optó por convertirlo en su nuevo redentor. El tiempo demostró que al Barça le restaba cuerda y que los métodos del luso no agradan siempre a quienes históricamente empuñaron el guante del señorío.

Con el Chelsea merodeando su destino y sin tiempo de apremio porque aguardará hasta que tome una decisión, los rectores del madridismo han optado por cubrirse las espaldas y avanzar en el camino del relevo. El mensaje es claro en la entidad: quieren que continúe Mourinho, pero también son conscientes de que si el año pasado pidió la cabeza de Valdano, en mayo puede solicitar la baja de cualquiera que le estorbe, desde Casillas hasta Kaká. Y si el club se hace fuerte y no cede al enésimo capricho del luso, el vínculo se destruirá con un portazo. 

Es lo que indica manejar la partida con las cartas marcadas. Abramovich considera que la reconversión de la plantilla 'blue' debe partir del ingenio de Mourinho, a quien está dispuesto a ofrecer veinte millones de libras por campaña. Un sueldo que asusta, una tentación para el más pintado. No sólo le provoca con el dinero. Además, está dispuesto a dejarle hacer en los fichajes y en la modernización del club. Tendría plenos poderes para determinar el ajuste de la plantilla, para reordenar la entidad y para firmar a los jugadores que considere necesarios. Y por pasta no será. Los pesos pesados del vestuario respaldan la idea del magnate ruso, mientras tiran del carro en esta nueva etapa de Di Matteo.

Abanico de tres técnicos

Con este escenario, conocido de primera mano por los dirigentes del Real Madrid, se han puesto manos a la obra en las oficinas. Tres nombres saltan a la escena: Löw, Pochettino y Benítez. El madrileño no termina de enamorar al presidente, pero mantiene el aval del director general, José Ángel Sánchez, con quien mantiene una excelente relación personal. El argentino es una apuesta arriesgada y llega con el sello de Valdano, quien aplaudía su valentía, trabajo y conocimiento, informe que se respeta aún en la casa. 

El alemán es el favorito presidencial por aspecto, puesta en escena y resultados con la selección germana. Tan decididos están que se ha visto recientemente a Joachim Löw en un hotel de la Avenida de América de Madrid, dónde curiosamente a esas mismas horas se daban cita en la misma dependencia alguno de los más significativos rectores del Real Madrid, acompañados de un importante ex ejecutivo que actúa de externo pero que sigue dentro de la estructura de mando del club. ¿Se vieron los rostros?