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Pep se desata ante 'Ibra' cuando algunos directivos anhelan que diga que 'no'
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Antonio Sanz

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Pep se desata ante 'Ibra' cuando algunos directivos anhelan que diga que 'no'

"Está bien. Quédate con tus 'Fiat', pero que te quede claro que de aquí se marcha un 'Ferrari'". De esta guisa se despidió, en un tono

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Pep se desata ante 'Ibra' cuando algunos directivos anhelan que diga que 'no'

"Está bien. Quédate con tus 'Fiat', pero que te quede claro que de aquí se marcha un 'Ferrari'". De esta guisa se despidió, en un tono agrio y cabreado, Zlatan Ibrahimovic de Pep Guardiola tras su temporada de convivencia. El año del sueco en Barcelona transitó de feliz a insatisfecho hasta que terminaron mostrándole la puerta de salida. El delantero, ofendido, denunciaba permanentes tratos de favor del entrenador hacia Messi que, a su entender, perjudicaron su juego, sus goles y, en definitiva, su rendimiento. La frase no esconde más que la filosofía y el trazado laboral del laureado técnico: el grupo -los 'Fiat'- siempre antes que las estrellas -el 'Ferrari'-… excepto si te llamas Leo y repetidamente demuestras que eres el mejor futbolista del mundo, y quizá de la historia.

Guardiola e Ibrahimovic escribieron el miércoles en los micrófonos del Camp Nou el penúltimo episodio de su pésima relación personal. Nunca tuvieron 'feeling', ni tampoco lo buscaron. Para empezar, el míster no estaba convencido del fichaje, pero era la única opción de quitarse de encima a Eto'o, otro 'Ferrari'. El egoísmo continuado del camerunés irritó a Pep, que había decidido darle la oportunidad que negó a Deco y Ronaldinho. Pero al sobresaliente rendimiento de Samuel en el campo se unía su aislamiento del grupo -era una boya solitaria-, circunstancia que incomodó al cuerpo técnico, que solicitó a la Junta directiva de Laporta su venta sin miramientos. 

Sólo el proyecto del Inter convenció al '9' despedido, lo que completó una de las mejores transacciones contemporáneas para la cuenta de resultados de Moratti. Las cifras bailan, pero parece que los italianos recibieron cerca de 50 millones de euros, además del pase del goleador africano. El escandinavo se convertía en la estrella, en el segundo referente ofensivo del Barça de la 'era Pep'. El comienzo resultó arrollador, anotando en las cinco primeras jornadas de Liga, rematando con once goles en sus primeras trece presencias. Tras el parón navideño arrancaron las dudas del sueco. Messi reclamó protagonismo, 'Ibra' acabó arrinconado en el pasillo de la banda y concluyó con cinco tantos más en los restantes dieciséis partidos que jugó de Liga. Luego llegó lo del 'filósofo', más tarde su defensa a Mourinho y después… ya veremos, porque el rencor preside la relación.

No se le da bien a Guardiola la conexión con el ariete del equipo. Tras Eto'o e Ibrahimovic, tuvimos que escuchar el desencanto de Bojan Krkic tras optar por iniciar la aventura italiana de la mano de Luis Enrique. Desde Roma, el canterano reprochó el trato recibido: "Me costaría volver a confiar en Pep". Precisamente, en la capital italiana comenzó el distanciamiento. En la final de la Champions de 2009, Bojan no logró comprender los motivos por los que Pedro jugó un minuto y él se quedó en el banquillo sin pisar el césped. El remate sucedió dos años después en Londres, con el mismo motivo de forma: en la final de Wembley, Guardiola decidió dar entrada a Afellay antes que al español. Esa noche tomó la decisión de abandonar el FC Barcelona. Era la segunda vez que sufría el desplante del entrenador.

La cuarta mala experiencia de Guardiola con los '9' puede darse con David Villa. El asturiano comenzaba a sufrir las inclemencias del puesto cuando acabó con la tibia rota. En el Bernabéu, en el partido estelar del año, ocupó el banquillo durante 83 minutos. La llegada de Alexis y Fábregas provocó más competencia. Por eso, el asturiano sólo completó siete de los quince partidos de Liga que jugó, siendo además moneda de cambio en Champions y Supercopa. Con dos años más de contrato, el destino de Pep puede vincular el destino de David. Si sigue el técnico, las opciones de vuelo del '7' aumentan. No obstante, en este caso, la grave lesión condiciona cualquier juicio apresurado.

Con todo, y mientras el ático blaugrana espera cada jornada más impaciente, algunos miembros de la Junta directiva viven cada vez más convencidos de que si Guardiola considerara no continuar, sentirían una liberación plena. En este momento, Rosell vive maniatado al antojo de Pep, y eso disgusta a la hora de tomar decisiones en materia de fichajes y de cualquier observación que se realiza hacia el fútbol profesional donde el técnico maneja el equipo de forma absolutista. Todo pasa por él y todo debe ser aprobado bajo su criterio. Como la sintonía, que no el trato, es distante entre el cuerpo directivo y el cuerpo técnico, Rosell y algunos de los suyos se aliviarán si Pep adelanta su adiós.   

"Está bien. Quédate con tus 'Fiat', pero que te quede claro que de aquí se marcha un 'Ferrari'". De esta guisa se despidió, en un tono agrio y cabreado, Zlatan Ibrahimovic de Pep Guardiola tras su temporada de convivencia. El año del sueco en Barcelona transitó de feliz a insatisfecho hasta que terminaron mostrándole la puerta de salida. El delantero, ofendido, denunciaba permanentes tratos de favor del entrenador hacia Messi que, a su entender, perjudicaron su juego, sus goles y, en definitiva, su rendimiento. La frase no esconde más que la filosofía y el trazado laboral del laureado técnico: el grupo -los 'Fiat'- siempre antes que las estrellas -el 'Ferrari'-… excepto si te llamas Leo y repetidamente demuestras que eres el mejor futbolista del mundo, y quizá de la historia.

Zlatan Ibrahimovic