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Simeone no es el redentor que rompe el maleficio del Atlético con el Real Madrid
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Antonio Sanz

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Simeone no es el redentor que rompe el maleficio del Atlético con el Real Madrid

El Atleti sigue cautivo bajo la dictadura blanca después de más de doce años dónde se muestra incapaz de dedicar una alegría a su gente. Muchos

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Simeone no es el redentor que rompe el maleficio del Atlético con el Real Madrid

El Atleti sigue cautivo bajo la dictadura blanca después de más de doce años dónde se muestra incapaz de dedicar una alegría a su gente. Muchos rojiblancos de nuevo cuño, por nacimiento, no han podido relamerse con una victoria ante el eterno rival. La sideral distancia entre los dos clubes centenarios de la capital se acrecienta aún más cuando miden fuerzas. El miércoles no llegó la excepción buscada. Vamos, que nada cambia. Ni en el contenido, ni en el continente del club.

El pasado lunes se vivió una situación cómica en la sala donde se presentan a los medios de comunicación los acuerdos y los fichajes. La crisis económica mantenía virgen de publicidad la camiseta de rayas rojas y blancas. Para el derbi, el departamento comercial logró cerrar un patrocinio -un fabricante chino de telefonía móvil-. La puesta de largo, con toda la plantilla de jugadores convocados para este evento, obligaba a los futbolistas a posar con la camiseta que incluía el estrenado logotipo. Lo que desconocían los protagonistas era que lucían la buena, la que debían vestir 48 horas después. Por eso, al final del acto, dos empleados, uno de ellos un alto ejecutivo, se encargaron de perseguir a los protagonistas para reunir todas las prendas y así devolverlas al almacén donde descansaron hasta horas antes del partido. Alguno de los jugadores se la llevó puesta ante la inquietud de quienes reclutaban el material.

El derbi deja varías lecturas para el ático rojiblanco. Una perversa, la actuación del portero y de la zaga en el eje central. Otra incómoda, la escasa cintura del entrenador en la lectura del partido. Y una tercera real, la escasez de juego exhibido por parte de dos de sus estrellas, Diego y Arda Turan. El monopolio de dirección del club se mostraba decepcionado con la actuación de Courtois. Dos bombazos de Cristiano Ronaldo resultaron suficientes para desnudar al joven portero belga. La dirección deportiva solicitó al Chelsea hace varias semanas la repetición de la cesión. Los ingleses conocen el deseo del meta de seguir un año más en Madrid, pero consideran que lo ideal es cederlo a un club londinense de la Premier para comenzar a foguearse en el campeonato e iniciar la adaptación a la ciudad. De este modo, cuando ingrese en la plantilla blue en el verano de 2013 conocerá sobradamente la competición y el lugar de residencia.

Sin embargo, con esta medida, el Atleti no haría sino aplazar un problema si terminan convenciendo al Chelsea. Con Joel retornando del Rayo y Asenjo en último año de contrato y sin ninguna intención de renovar, encontrar al portero del futuro es una de las asignaturas pendientes que se le ofrecen a Caminero. Por cierto, Florentino Pérez considera que Courtois es el perfecto heredero de Casillas. En Concha Espina son conscientes de la difícil empresa, pero el nombre del belga está marcado en rojo por los técnicos, que no por Mourinho.

La extraña suplencia de Domínguez

Simeone se ha empeñado en la apuesta Miranda-Godín. A su llegada dudó del brasileño, incluso pensó quedarse con Diego Costa y prescindir del central por el cupo de extracomunitarios. Sin embargo, cuatro partidos consecutivos sin recibir un gol, en su estrenó en Málaga jugó Domínguez con el uruguayo, afianzaron la dupla de titulares. Los últimos partidos y las extrañas acciones de Godín en las áreas -penaltis en Zaragoza y Real Madrid- realzan el debate de la extraña suplencia del central canterano que calienta banquillo por el deseo del sudamericano de actuar en la zona izquierda de la zaga.

Los directivos rojiblancos recibieron con agrado el planteamiento inicial del 'Cholo' ante el silenciado 'Mou'. "Salimos con todo", era la frase que transitaba de boca en boca en la antesala del palco entre canapé y canapé. El argentino no se guardó nada, algo que pagó en el transcurso del encuentro. Al final del partido, el comentario general en la zona de poder es que el banquillo contaba con las mismas pobres ideas de reacción que el equipo. El empate de Falcao metió al Atleti en el partido. Minutos después, tras un coloquial ida y vuelta con los dos conjuntos apretando para ganar, las camisetas rojiblancas se esfumaron de la pelea, momento que aprovechó Ronaldo para resolver con un zapatazo marca de la casa. Luego, el inexplicable penalti de Godín devoró las escasas esperanzas atléticas.

El último desazón se lo apuntan Diego y Arda. El brasileño ofreció una imagen de más a menos. Si en mayo se debe atender su compra o no al Wolfsburgo, la intermitencia que ofrece y el sueldo que gana lo separan del Manzanares. Con el turco, con contrato hasta 2015, se tendrá paciencia, aunque si se presenta cualquier oferta será atendida con dilación. Con todo, Simeone, a quien no se discutía ni en la grada ni por los dueños, ha recibido el primer arañazo en su inmaculada imagen. De aquí al final, la Europa League lo revitalizará o lo dejará tocado para el inicio del próximo curso. Aguirre -en su último año-, Abel y Quique empezaron heridos el proyecto y su destino se convirtió en un vaivén de curvas. Lo que es seguro es que el Real Madrid ha frenado la fe en el Cholo. Mal caminan si el crédito se reduce a noventa minutos, aunque sean noventa minutos iguales de la historia de los últimos doce años.

El Atleti sigue cautivo bajo la dictadura blanca después de más de doce años dónde se muestra incapaz de dedicar una alegría a su gente. Muchos rojiblancos de nuevo cuño, por nacimiento, no han podido relamerse con una victoria ante el eterno rival. La sideral distancia entre los dos clubes centenarios de la capital se acrecienta aún más cuando miden fuerzas. El miércoles no llegó la excepción buscada. Vamos, que nada cambia. Ni en el contenido, ni en el continente del club.

Diego Simeone