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El Zenit fue el único que pagaba por Falcao, pero el '9' no quiso jugar en Rusia
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Antonio Sanz

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El Zenit fue el único que pagaba por Falcao, pero el '9' no quiso jugar en Rusia

El dueño de la sociedad anónima deportiva del Atlético de Madrid metió el miedo en el cuerpo a la afición el pasado mes de mayo. No

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El Zenit fue el único que pagaba por Falcao, pero el '9' no quiso jugar en Rusia

El dueño de la sociedad anónima deportiva del Atlético de Madrid metió el miedo en el cuerpo a la afición el pasado mes de mayo. No era ni un brindis al sol ni tampoco buscaba predicar en el desierto. Miguel Ángel Gil era consciente de que para cuadrar el balance la dualidad era bien simple: con Falcao jugando la Liga de Campeones o sin él, sería la estrella sacrificada, en la participación UEFA, tal y como sucedió. Sin embargo, para fortuna del escudo y de la camiseta, el dirigente se equivocó. El mercado de transferencias se encontraba bastante peor de lo que él presumía y el dinero no fluyó, salvo en contadas operaciones. No escondemos el respeto, algunos sufren verdadero temor, al 'fair play financiero' que Platini luce como estandarte de su gestión. Para redondear el puzzle, el deseo del colombiano no imaginaba participar en un torneo bien pagado aunque poco atractivo a los ojos de un ariete que aún persigue otra estación intermedia llamada Premier. La gran beneficiada, la historia colchorena. Con su sólida aportación, los rojiblancos han sido los primeros en levantar un trofeo continental tras la exhibición global y por supuesto individual del suramericano.

El que no estaba invitado a la fiesta era Radamel Enrique García King, a los efectos el patriarca de los García de Santa Marta -Colombia-. Sus declaraciones alborotaron a la masa social atlética, aunque no al staff dirigente que mantiene hoy el mismo discurso que hace unos meses. Horas después de participar en la romería celebrada en el lugar de nacimiento del padre que metió a todos el veneno y la exaltación rojiblanca se advirtió que esta temporada la acaba seguro, pero que tal vez sea la última de Falcao en el Atleti. Mantengo que Gil Marín sigue sin ir de farol, pero quizá pueda volver a equivocarse. Tampoco veo mal que el ‘9’ soñara en Colombia, o más tarde en Argentina, con jugar algún día en el Real Madrid, tal y como descubrió su progenitor. La sombra de Ronaldo Nazario, su ídolo, y la vocación de Radamel con el gol lo aproximaban en sus ilusiones a vestir de blanco. El señor García sólo tiró de sinceridad tras vivir en la distancia el pedazo de partido jugado por su hijo. Don Radamel Enrique se mostró contrariado por no vivir en Mónaco la locura futbolística que protagonizó el chico. Pero tampoco estaba desencaminado cuando desveló que podría no haber disputado aquella final.

El Atlético aguardó hasta casi el final la oferta que llegó, pero que no sedujo a Falcao. Sólo el Zenit de San Petersburgo, el equipo dirigido por Luciano Spaletti, aquel que quiso fichar García Pitarch cuando ya estaba comprometido con los rusos horas antes de que el dueño le impusiera a Quique Flores, se presentó de cuajo en Madrid. El campeón ruso, rival del Málaga en la Liga de Campeones, apoyado en la poderosa empresa Gazprom -es el mayor extractor de gas natural del mundo y la mayor compañía de Rusia, controlada por el estado- quiso hacerse con los servicios del mejor ariete del momento. Pero el goleador no cayó en el ofertón mareante, que con la misma discreción cambió de dirección y se dirigió a su antigua casa en Oporto. Allí Hulk no se lo pensó y el Zenit soltó los 60 millones de euros que pidió el inefable Pinto da Costa, auténtica referencia de venta inflexible.

Jorge Mendes, el agente del jugador, estaba decidido a sacar al colombiano del Atleti. Para él, y así está por escrito, que Falcao no participe en la Champions es un paso atrás en su carrera deportiva, y más tras lo vivido ante el Chelsea. Por eso, tocó todos los palos del continente para colocar al americano. Pero nadie, salvo los citados rusos, terminó de oficializar una oferta que superase los 50 millones de euros. Quizá porque todo quedó en diálogo, intenciones y promesas no satisfechas. El peligro real de la salida de Radamel no se sintió nunca en las oficinas del Calderón. El ‘9’ sólo puede jugar en siete u ocho clubes relevantes y financieramente saludables. En España no cuenta con respaldo deportivo ni en el FC Barcelona, Messi determina el esquema de juego y la alineación, ni en el Real Madrid, dónde Benzema e Higuaín mantienen por ahora la confianza de Mourinho. En Inglaterra, el Chelsea, tras la salida de Drogba y Anelka, optó por arropar a Torres con hombres de segunda línea -Oscar, Hazard, Marin o Moses-, Ferguson se decidió por Van Persie para el eje de ataque del Manchester United y sólo el Manchester City se planteó la opción siempre que concretase la salida de Dzeko. Con Agüero intocable, Tévez recuperable y Balotelli imposible de colocar por su carácter díscolo e irresponsable, únicamente el bosnio ocupaba sitio en el mercado. El Bayern se interesó y negoció con los ingleses. Incluso llegaron a debatir sobre Javi Martínez, objeto de deseo de ambos clubes. Los británicos dejaron caer a los alemanes que se lo venderían si les dejaban el camino libre para firmar al navarro. Los bávaros, fieles a su estilo, cambiaron de rumbo y firmaron al croata Mario Mandzukic por 15 millones de euros, además de recuperar para el primer nivel a un gran jornalero del gol llamado Pizarro. En Francia, sólo el PSG estaba en la disputa, pero en París se decantaron por Ibrahimovic por expreso deseo de Ancelotti, marchándose al limbo la opción gala. En Italia, sólo la Juventus aspiraba económicamente a firmar un ariete caro, pero su único pensamiento fue seducir al Nápoles para firmar a Cavani. Ni hubo lugar y ni se plantearon la opción de Falcao. Por último, desde Rusia se aproximó el Anzhi de Eto'o. El ‘fair play financiero’ ha frenado al multimillonario Suleiman Kerimov, cuya inversión este verano ha sido de 28 millones de euros, muy inferior a la de los últimos años. Han reforzado el ataque con el africano Lacina Traoré, pagando 18 ‘kilos’ al Kuban Krasnodar de su propia Liga.

El mercado de invierno será caliente para el colombiano, que en verano abrasará al Atlético. Hasta ahora la secuencia ha sido favorable: vendió a Torres, destacó Forlán, se agrandó Agüero y estalló Falcao. Caminero examina el mercado con poco dinero para el reemplazo. Es la ley del poderoso, dónde las rayas rojas y blancas no encuentran sitio.

El dueño de la sociedad anónima deportiva del Atlético de Madrid metió el miedo en el cuerpo a la afición el pasado mes de mayo. No era ni un brindis al sol ni tampoco buscaba predicar en el desierto. Miguel Ángel Gil era consciente de que para cuadrar el balance la dualidad era bien simple: con Falcao jugando la Liga de Campeones o sin él, sería la estrella sacrificada, en la participación UEFA, tal y como sucedió. Sin embargo, para fortuna del escudo y de la camiseta, el dirigente se equivocó. El mercado de transferencias se encontraba bastante peor de lo que él presumía y el dinero no fluyó, salvo en contadas operaciones. No escondemos el respeto, algunos sufren verdadero temor, al 'fair play financiero' que Platini luce como estandarte de su gestión. Para redondear el puzzle, el deseo del colombiano no imaginaba participar en un torneo bien pagado aunque poco atractivo a los ojos de un ariete que aún persigue otra estación intermedia llamada Premier. La gran beneficiada, la historia colchorena. Con su sólida aportación, los rojiblancos han sido los primeros en levantar un trofeo continental tras la exhibición global y por supuesto individual del suramericano.