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Florentino Pérez se fija en Modric para no ser derrotista con el presente de Bale
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Antonio Sanz

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Florentino Pérez se fija en Modric para no ser derrotista con el presente de Bale

Florentino Pérez inquiere a la guardia pretoriana que lo rodea: “¿cómo veis lo de Bale?”. El grupo, firme, responde al unísono: “dale tiempo. Ya viste a Modric"

Foto: Gareth Bale, durante un partido de esta temporada (Reuters)
Gareth Bale, durante un partido de esta temporada (Reuters)

Un gol en los dos últimos meses y cinco lesiones, si bien de grado menor, han suscitado las dudas con Gareth Bale. El flamante fichaje galés mantiene un pulso débil en el presente deportivo del Real Madrid. Paciencia y apoyo tendrá toda la que necesite y más, al menos hasta amortizar algunos de los 90 ó 100 millones de euros que el club gastó para abastecer la sofocante cuenta de estrellas que acumula la gestión del presidente Pérez. Florentino inquiere a la guardia pretoriana que lo rodea: “¿cómo veis lo de Bale?”, cuestiona. El grupo, con voz firme, responde al unísono: “dale tiempo. Ya viste a Modric. Hasta marzo no apareció. Lo de Gareth es un caso paralelo”.

André Vilas-Boas, el entrenador portugués que logró que explotara continentalmente el ‘todocampista’ británico, lo advirtió hace meses: “Gareth puede tener la misma influencia que Cristiano porque tiene potencial, pero todo dependerá de cómo se adapte. Ronaldo se confirmó durante cuatro años en Manchester, Bale sólo explotó uno, el último. En el Real Madrid nunca será la estrella que fue en el Tottenham”. Y tal como auguró el luso, la adaptación ha frenado en seco el éxito del jugador, y en consecuencia de quienes apostaron sin medir el gasto. Vilas-Boas fabricó el discurso con conciencia. El galés jugó bajo sus órdenes más de 50 partidos oficiales anotando 31 goles en la temporada. Durante el curso falló seis semanas. Una primera lesión en los músculos isquiotibiales lo dejó fuera veinte días y un traumatismo en untobillo lo apartó otro tanto. Estas ausencias se entienden como normales en una campaña deportiva. Tampoco sucedió nada anormal un curso antes: disputó 40 encuentros para marcar 14 goles. Se ausentó de los campos poco más de una quincena.

Bale acumula cinco lesiones en los cinco meses que suma en el Real Madrid. No son dolencias importantes, básicamente se trata de sobrecargas y contracturas musculares leves, salpicadas con la gripe común o el traumatismo que arrastra en el gemelo de la pierna izquierda desde hace semanas, y que no ha terminado de curar. Algunas informaciones hablan de desequilibrio muscular, otras de que resiste poco al dolor y las más feroces cuestionan sus problemas con la hernia discal, que destapó Marca, información corregida desde la sanidad del club en una protrusión crónica que no le impide actividad deportiva. Lo que es seguro es que la adaptación del futbolista está siendo el principal problema con que se encuentran en el Real Madrid. Bale es un hombre introvertido, tímido, escasamente comunicativo, tal y como era en el vestuario del Tottenham. Pero en Valdebebas se encuentra con la barrera del idioma que lo abstrae mucho más. Modric, con quien compartió caseta en Londres, es su único referente. Las conversaciones con el resto no abundan más allá de algunos monosílabos, excepto cuando Cristiano o Xabi Alonso tratan de acercarse para rendir el esfuerzo de la integración.

Quien conoce al galés expone que él es así y que no existe ningún problema más allá de que no termina de encontrar el sitio en el grupo. Gareth es bien recibido por todos y él recibe con gratitud ese aprecio. Sin embargo, su condición personal de hombre reservado no acelera la convivencia. El ánimo del recién llegado lo entregó al principio de curso a un rendimiento notable. Era la fuerza de quien quiere agradar desde el principio. En todo caso, que nadie olvide que en los últimos días de agosto, tras una rebelión planificada para que los ‘Spurs’ aceptaran la oferta, vivía a golpe de tumbona en Marbella. Esos días de vacaciones en pleno proceso de pretemporada no le amilanaron, todo lo contrario. Tras el exitoso debut en Villarreal y superadas las iniciales molestias musculares, en dos meses -octubre y noviembre- anotó ocho de los diez goles registrados hasta la fecha. Pero desde el ‘hat-trick’ al Valladolid, sólo el tanto de falta directa logrado ante el Betis, con la colaboración del meta verdiblanco, es su mejor aportación a la causa blanca.

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Lejos de las instalaciones deportivas del Real Madrid,el galés se refugia en la familia-abandona en contadas ocasiones el hogar para integrase en la ciudad- y enuna de sus pasiones: el golf.Este deporte alternativo es el que arropa a Gareth en estos duros días de invierno. En el club buscan soluciones para dar celeridad y mayor velocidad al esfuerzo que resultaaunar voluntades para mejorar la integración.Al final, no deja de ser un chico joven que afronta su primera experiencia en el extranjero.

Luka Modric atravesó un episodio similar al de Gareth Bale. En el Real Madrid afrontaron con calma la negociación con Daniel Levy y cerraron el traspaso un27 de agosto, a escasas fechas del final del mercado. En el ático blanco se agarran a que hasta el mes de marzo no comenzaron a observar al verdadero Modric, al centrocampista que había elegido Mourinho para reforzar el equipo. Tras el arranque titular, el croata se fue apagando debido a que la condición física tomó el camino de la fatiga. Los meses de diciembre y enero se convirtieron en su particular vía crucis con esporádicas presencias en las alineaciones, apareciendo siempre desde el banquillo. Cuando recuperó el tono físico, llegado marzo, ‘Mou’ lo convirtió en el ‘fichaje’ de invierno: titular ante el Barça y revulsivo en Old Trafford, con golazo incluido. Desde entonces y hasta el final, únicamente en dos partidos quedó relegado a la suplencia.

A la conclusión de aquel curso, el Real Madrid midió la opción de vender al jugador. El Inter consideró que era el relevo natural de Sneijder, que salió a Turquía. El Chelsea, con ‘Mou’ a la cabeza, también sondeó una vieja aspiración -Modric llegó a solicitar el ‘transfer request’ para abandonar el Tottenham con destino Stamford Bridge-. Sin embargo, la dirigencia estimó que si optaban porvender al mediocentro, la lesión de Alonso y la adaptación de Illarramendi dejaban en solitario a Khedira para la demarcación. Este paralelismo con Bale es el que ilusiona al poder, aunque son conscientes de una sutil diferencia: el ánimo de cada persona. Muchos en la ‘T4’ de Padre Damián suspiran porque los próximos destellos de Gareth logren activar su nulo carácter extrovertido. Con el paso de los días, confían en que mejorará su integración y crecerá el futbolista que asombró en Londres. Esa es la esperanza con la que juegan… y claro, eso es lo último que se pierde. O eso dicen.

Un gol en los dos últimos meses y cinco lesiones, si bien de grado menor, han suscitado las dudas con Gareth Bale. El flamante fichaje galés mantiene un pulso débil en el presente deportivo del Real Madrid. Paciencia y apoyo tendrá toda la que necesite y más, al menos hasta amortizar algunos de los 90 ó 100 millones de euros que el club gastó para abastecer la sofocante cuenta de estrellas que acumula la gestión del presidente Pérez. Florentino inquiere a la guardia pretoriana que lo rodea: “¿cómo veis lo de Bale?”, cuestiona. El grupo, con voz firme, responde al unísono: “dale tiempo. Ya viste a Modric. Hasta marzo no apareció. Lo de Gareth es un caso paralelo”.

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