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Cristiano se queda en el Real Madrid si Florentino le deja ejercer de Messi
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Antonio Sanz

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Cristiano se queda en el Real Madrid si Florentino le deja ejercer de Messi

El órdago del portugués ha dejado meditando al club. ¿Por qué debilitarse perdiendo al Balón de Oro? ¿Cómo reforzar el equipo? ¿Qué jugadores se podrían a tiro? ¿No sería mejor vender a otro?

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Así de simple: Cristiano Ronaldo aspira a tener voz y voto en la configuración de la nueva plantilla del Real Madrid. Y así lo ha comunicado a la entidad. El portugués pretende que su opinión prevalezca, o al menos sentirse escuchado. En su planteamiento deportivo restan algunos compañeros y echa en falta a otros jugadores.La infinidad de goles anotados únicamente le ha servido para levantar siete trofeos en seis años, una cantidad ínfima para quien, sin embargo, ha conseguido dos balones de oro vestido de blanco. Cristiano, ególatra de arriba a abajo, observa que su sempiterno enemigo, en el mismo periodo, ha alcanzado once títulos que pueden llegar a ser trece durante este mismo curso. Eso es casi el doble. Pero su mirada va más lejos. El luso también observa que cuando Messi ha levantado la voz y le ha sobrado un compañero -Etoo, Ibrahimovic, Villa-, la entidad culé ha concedido el capricho sin pestañear. A Cristiano, por ejemplo, le sobra Bale. Pero es que el galés es un capricho del presidente.

Florentino Pérez es consciente de que puede ser el momento ideal para vender al ‘7’. Si algunos de sus más cercanos rumian entre dientes y creen que en la plataforma de salida a quien deben situarse es a Bale, el dirigente mantiene clara su elección en favor del galés. Él lo fichó, mientras que al portugués lo heredó tras aplazar la venta una temporada el Manchester United -después de la negociación iniciada por Ramón Calderón-. Las edades de ambos, los 30 años del portugués frente a los 26 que cumplirá Gareth el próximo mes de julio, inclinan la balanza hacia el más joven, a quien se considera el futuro líder del Real Madrid. Además, los comportamientos externos de Ronaldo no agradan. Nadie discute su rendimiento, pero se niegan a otorgarle las llaves del club, tal y como Rosell y después Bartomeu, o antes Laporta, han hecho con Messi. En un club tan presidencialista como el Real Madrid ningún socio entendería que a Cristiano se le concediese tanto poder. Diferentes episodios vividos, encabezados por la fiesta de cumpleaños tras aquel doloroso 4-0 del Calderón, lo condenan ante la confusa mirada del presidente.

El United y el desencuentro con Bale

El Manchester United vive al acecho. Por dos situaciones, o tres. La primera porque es consciente de que el Real Madrid lleva cortejando a su portero varios meses. La segunda porque es igualmente consciente del descontento de Ronaldo en Concha Espina. Y la tercera porque esa consciencia lo llevará a pescar en el Santiago Bernabéu porque también conoceel desencuentro Bale-Cristiano. Y nada se viste mejor en el Reino Unido que repatriar a un británico a la Premier. Con toda esta información en la coctelera, los ingleses esperan el primer movimiento de Florentino Pérez o de su emisario agente. Ellos no tienen previsto arrancar la partida porqueSir Alex Fergusonno consiguió el sí definitivo de Cristiano Ronaldo cuando se encontraron en Madrid tras la eliminatoria de Champions que los midió al Schalke 04. Si el astuto escocés lo hubiera logrado el orden de los tiempos cambiaría. Sin embargo, el luso no tiene tan cristalino el retorno a Inglaterra.

El órdago lanzado por Cristiano al Real Madrid ha dejado meditando a la entidad. ¿Por qué debilitarse perdiendo al Balón de Oro? ¿Cómo reforzar posteriormente el equipo? ¿Qué jugadores se podrían a tiro? ¿No sería mejor vender a otro? Las respuestas únicamente habitan en el cerebro de Florentino. Pero desprenderse de Ronaldo provoca demasiadas cefaleas. Las dos partes se necesitan aunque no se soportan. Es más, al portugués ya se la ha concedido algún antojo que otro como mantener en la plantilla a su amigo Fabio Coentrao. Tampoco olvidan en el ático de Concha Espina que el presidente tuvo que claudicar prescindiendo de José Mourinho cuando el delantero luso se hartó del histriónico comportamiento del compatriota. Esa mala relación que aumentó con el paso de los días entre quienes se adoraban pasaportó definitivamente a quien tenía también decidido cambiar el Real Madrid por el Chelsea.

El galés esel preferido del presidente

El mandamás blanco ni se plantea cambiar su manera de dirigir el club. Es por aquí por donde Ronaldo precipita las intenciones de cambio. El Manchester United está dispuesto a esperar a cualquiera de las dos estrellas blancas. Si seduce más la adquisición de Bale porque es más joven y porque es icono de la misma marca deportiva que vestirá a los ‘diablos rojos’ a partir de la próxima temporada, los deseos de recuperar al ídolo perdido, la vuelta del hijo pródigo, emociona al seguidor inglés. La tentación está servida para cualquiera de los dos, si bien, los dos son conscientes de quién es el favorito de Florentino. El mismo que busca entrenador y el mismo que espera agazapado meditando si vender a Cristiano es un consumado error deportivo. Si encontrara otro galáctico como sustituto… pero los nombres que salpican su escritorio -Agüero, Lewandowski, incluso Ibrahimovic- no cierran el círculo. Por eso las partes buscan, y quizá encuentren, el punto intermedio: ‘Cris, tú opina, que yo ficho’.

Así de simple: Cristiano Ronaldo aspira a tener voz y voto en la configuración de la nueva plantilla del Real Madrid. Y así lo ha comunicado a la entidad. El portugués pretende que su opinión prevalezca, o al menos sentirse escuchado. En su planteamiento deportivo restan algunos compañeros y echa en falta a otros jugadores.La infinidad de goles anotados únicamente le ha servido para levantar siete trofeos en seis años, una cantidad ínfima para quien, sin embargo, ha conseguido dos balones de oro vestido de blanco. Cristiano, ególatra de arriba a abajo, observa que su sempiterno enemigo, en el mismo periodo, ha alcanzado once títulos que pueden llegar a ser trece durante este mismo curso. Eso es casi el doble. Pero su mirada va más lejos. El luso también observa que cuando Messi ha levantado la voz y le ha sobrado un compañero -Etoo, Ibrahimovic, Villa-, la entidad culé ha concedido el capricho sin pestañear. A Cristiano, por ejemplo, le sobra Bale. Pero es que el galés es un capricho del presidente.

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