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'Paulinho Superstar' o cómo Bartomeu se sacudió la sombra de Neymar
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Antonio Sanz

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'Paulinho Superstar' o cómo Bartomeu se sacudió la sombra de Neymar

El fichaje del interior brasileño fue controvertido, porque se creía excesivo para un jugador que estaba en China, pero se ha demostrado, por el momento, como un acierto de Robert Fernández

Foto: Paulinho celebra un gol con el Barça. (EFE)
Paulinho celebra un gol con el Barça. (EFE)

No hay duda. Cada derrota del Real Madrid es un golpe de aliento para el FC Barcelona y, especialmente, para su presidente. Bartomeu vivió el peor verano de su escueta vida deportiva. Ni él ni nadie de su Junta directiva dieron crédito a lo que estimaron el enésimo farol del padre de Neymar. “Otra vez quiere más dinero”, lamentaron cuando conocieron que amenazaba con la marchar de su hijo. La información que manejaban era que el futbolista se sentía feliz en la ciudad, contento con el club y dichoso de disfrutar de la compañía de Messi, Suárez y demás.

Relataban que en cada estación estival se recibía la llamada de Raúl Sanllehí, entonces director de Fútbol y empleado más cercano a los Neymar, para trasladar el mensaje habitual: que si este equipo viene a por mi ‘filho’, que el Barça haga un esfuerzo, que el chico va a ser mejor que Messi… Sin embargo, esta vez sí vino el lobo. Bartomeu sintió el acoso de la opinión pública y de parte de un barcelonismo que trató de orquestar una moción de censura para forzarle a despedirse del cargo de presidente.

Foto: Luis Suárez protetsta contra el Olympiakos. (Reuters)


Entretanto, en los despachos de la cúpula futbolística, los tres ejecutivos del asunto eran más que señalados. Estaban al borde del despido. El citado Sanllehí, Albert Soler -máximo responsable del área de Fútbol- y Robert Fernández -secretario técnico- estaban seriamente cuestionados hasta el punto de sentirse que jugaban la última pelota del partido. De hecho, sólo Robert apura el cargo. El causante de su continuidad se llama Paulinho. José Paulo Bezerra es el nombre que responde al apodo del centrocampista que ha convencido al personal blaugrana tras dos meses y medio de competición.

Las críticas a Paulinho

El fichaje, cuestionado, criticado y especialmente marcado quedaba su impulsor, ha ofrecido un giro de ciento ochenta grados. El rendimiento del brasileño ha ido creciendo lo que ha posibilitado que el artífice saque pecho y salve el cuello. La opinión pública azulgrana no entendía cómo se podían desembolsar 40 millones de euros por un centrocampista de 29 años procedente de un campeonato considerado como un cementerio de elefantes donde los futbolistas van allí a retirarse. Sin embargo, el concepto del jugador emigrante a China es variopinto. Paulinho, como él se ha encargado de demostrar en este tiempo, vive aún lejos del retiro.

Siempre ha acompañado al jugador un espíritu aventurero en su trayectoria deportiva. Desde el principio de su carrera, Paulinho ha sido un trotamundos. Canterano de un modesto club de Sao Paulo, el Audax, con 18 años y con las puertas cerradas del profesionalismo en Brasil, apostó por crecer como jugador en un territorio extraño para el progreso de un futbolista: Lituania. Tras descender con el Vilnius, probó fortuna en Polonia, en el Lodz. A los 20 años, con poco bagaje, regresaba al origen. Tras dos años lejos del glamour de los mejores clubes brasileños, el Corinthians lo acogió para explotar. El Tottenham londinense abonó 20 millones de euros por su fichaje en julio de 2013. Dos años sin continuidad lo llevaron al fútbol chino, dónde se convirtió en la estrella del Evergrande, dejándole un buen negocio: lo compró por 14 millones de euros, lo vendió por 40.

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Soccer Football - Champions League - FC Barcelona vs Olympiacos - Camp Nou, Barcelona, Spain - October 18, 2017 Barcelona's Paulinho shoots at goal REUTERS Ivan Alvarado

Un perfil diferente

Los tres goles que suma Paulinho en este tránsito han elevado la moral de quien se sentía en la calle el pasado uno de septiembre. Es más, Robert manejaba el nombre del brasileño meses antes de la fuga de Neymar. El secretario técnico estaba convencido de que era un valor seguro. Lo conocía de los tiempos de Corinthians, de cuando exploraba a los equipos de aquel país en la etapa en la que colaboró con el Atlético de Madrid. Consciente de la alta inversión, necesitaba el visto bueno del entrenador. Una vez confirmado Valverde por Bartomeu, Robert buscó seducir al nuevo técnico: “No tenemos un perfil similar en la plantilla, nadie nos puede actuar en las tres posiciones del medio. Con su experiencia, estoy convencido de que se adaptará bien”.

Pero el fichaje coincidió con toda la explosión que supuso la salida de Neymar y eso condicionó negativamente al barcelonismo. No hubo división de opiniones, directamente se catalogó la adquisición como fraude. La Prensa cercana al barcelonismo, los mismos que hoy lo elogian, no ponderaban el fichaje: fracasó en el Tottenham y vivía en el retiro chino, se apuntaba. Era una lanza directa contra el valedor del jugador: el secretario técnico.

Foto: Ter Stegen, portero del Barcelona celebrando un gol. (EFE)

“Este trabajo no se improvisa”, dijo Robert en el foro de la Asamblea de compromisarios del FC Barcelona. Pero las dificultades para firmar en las últimas semanas sí otorgaron esa sensación. El frustrado fichaje de Seri, lo acontecido con Coutinho y la pelea veraniega con el Liverpool, el intento in extremis por Saúl, la llegada de Dembele a coste desorbitado, las dificultades para colocar cedidos a quienes no contaban. Demasiados cabos sueltos que castigaban la imagen de Bartomeu. Tan frágil se sentía la cúpula que la jornada posterior al fin de mercado, Soler y Robert tuvieron que dar la cara ante los medios de comunicación para colocarse en la diana de las críticas y salvaguardar al presidente.

La idea del dirigente era la de cambiar de manera fulminante el departamento. Del dicho al hecho, pero no todos corrieron la misma suerte. Con la apuesta de Pep Segura, Sanllehí pagó lo de Neymar y Soler, la descoordinación del grupo. Sólo Robert salió reforzado… un mes después. Y como él ha significado: “Estoy contento porque mucha gente haya cambiado de opinión con Paulinho”. También Bartomeu lo hizo con él.

No hay duda. Cada derrota del Real Madrid es un golpe de aliento para el FC Barcelona y, especialmente, para su presidente. Bartomeu vivió el peor verano de su escueta vida deportiva. Ni él ni nadie de su Junta directiva dieron crédito a lo que estimaron el enésimo farol del padre de Neymar. “Otra vez quiere más dinero”, lamentaron cuando conocieron que amenazaba con la marchar de su hijo. La información que manejaban era que el futbolista se sentía feliz en la ciudad, contento con el club y dichoso de disfrutar de la compañía de Messi, Suárez y demás.