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¿Qué fue de Marco Asensio? La caída de un gigante
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Antonio Sanz

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¿Qué fue de Marco Asensio? La caída de un gigante

Marco Asensio cuenta poco para Zidane en el Real Madrid, que no termina de confiar en la segunda unidad. Su falta de minutos preocupa al seleccionador nacional, Julen Lopetegui

Foto: Marco Asensio, en un partido de Copa. (EFE)
Marco Asensio, en un partido de Copa. (EFE)

El análisis lo realiza nuestro seleccionador nacional. Poco dado a titulares rimbombantes, con un sentido práctico de las cosas, con alergia a la polémica, Lopetegui situó el dedo en la llaga y encendió la luz roja. Tampoco nadie se ha sorprendido. Pero el técnico atestigua la evidencia. Y sí, Julen es una voz autorizada: “Seguro que vuelven a jugar, pero me preocupa que Marco e Isco jueguen poco”. Sin duda, las manifestaciones se realizan desde el interés de la Roja. En ningún caso se aprieta a Zidane. Pero si el caso del malagueño extraña menos porque siempre ha vivido entre vaivenes de éxito o estaciones donde se le pierde de vista, la esperanza de desperdiciar a Asensio para la elite se acrecienta. El chico se ha ganado crédito, pero la hoja de servicios que presenta admite que se dude razonablemente del presente. Todos aplaudimos su porvenir, pero el fútbol no espera a nadie, ni a los elegidos. Y claro que Marco es uno de esos futbolistas especiales, de los que te completan el ojo, de los que ponen la guinda. Pero en dos cursos, la realidad es que hay más sombras que luces durante su estancia en el Real Madrid.

Nadie pretende enterrar a Asensio, pero el tramo que ha ofrecido vestido de blanco es ingrato. Con los números en la mano, nadie oculta que se presentó de manera espectacular ayudando al equipo a ganar la Supercopa europea ante el Sevilla. Posteriormente, acciones fugaces como la aportación en la eliminatoria europea frente al Bayern y más picos que valles durante el curso escolar de Liga. Sólo en agosto y en abril obtuvo relativa continuidad como para presumir de rendimiento.

Foto: Marco Asensio durante un partido de esta temporada. (EFE)

Asensio: 57 de los últimos 450 minutos

Entre medias alternó las no convocatorias con el banquillo sumando minutos residuales, insuficientes para sus aspiraciones y poco aprovechables para las exigencias del técnico. Sí, Zidane, el mismo que le arropó al principio de esta temporada como lugarteniente de los mejores frente al Barça en la Supercopa doméstica, lo ha terminado arrinconando repitiendo secuencia. En esta campaña, abrumó al Valencia, pero hasta ahí. Ha ido desapareciendo paulatinamente y de los últimos cinco partidos disputados suma 57 de 450 minutos. Tampoco ha destacado en Champions donde sólo ha completado uno de los seis choques celebrados.

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Soccer Football - Spanish King's Cup - Leganes vs Real Madrid - Quarter-Final - First Leg - Butarque Municipal Stadium, Leganes, Spain - January 18, 2018 Real Madrid’s Marco Asensio applauds fans after the match REUTERS Susana Vera

La calidad de Asensio es la eterna canción que emplean sus incondicionales. Sin embargo, la apuesta de Zidane ha sido escasa y oportunista con él. El entrenador galo, preso de la BBC a quien considera intocable por jerarquía y por rendimiento, ha logrado que el grupo llamado de la segunda unidad se sienta indefenso, incomprendido y hasta ajeno a lo que pasa en ese vestuario. Algunos han bajado los brazos conscientes de sostenerse en un rol que entienden llega en ocasiones a la desconsideración. No hay piedad para el llamado ‘plan B’ porque para el míster, sencillamente, no son garantes de nada. Y Asensio no es una excepción.

Asensio ha perdido su hechizo

El chico ha perdido ese encanto, ese hechizo que lo acompaña y que lo convierte en un ser talentoso. El balear ha caído en barbecho, se ha hecho pequeño, parece malgastado en sí mismo, alicaído, desconocido, muy lejos de aquel chaval por el que se apuesta para ser un gigante. Probablemente, él tenga buena culpa de su derrumbe, pero tampoco ha recibido la ayuda suficiente como para que pudiera mantener el pulso necesario de continuar sintiéndose básico.

Asensio es el líder del llamado ‘plan B’. Y como el método no ha funcionado ha fracasado Marco. Esta reducción al absurdo se escucha en determinados foros madridistas. Pero pocos apuntan a Zidane como el culpable de que, ¡qué casualidad!, ninguno de los chavales haya derribado la puerta. Ni Theo, ni Ceballos, ni Llorente, ni Vallejo, ni Mayoral, ninguno ha podido permitirse el lujo de afrontar lo inmediato con confianza. El técnico se ha protegido con los veteranos, ha calculado mal y ha terminado optando porque como los resultados han roto la armonía, el momento de ocupar a los jóvenes queda aparcado. Así las cosas, el futuro no es mejor para ninguno. El ‘jefe’ de la tropa puede ser uno de los sacrificados si de aquí al final del curso las notas no son relevantes. Claro que para sacar resultados es necesario poder demostrar que has estudiado. Sin embargo, las consignas están asignadas y los muchachos más bisoños, marcados.

Foto: En la imagen, Omar Mascarell durante un partido del Eintracht. (Imago)

En el proyecto de futuro que ya maneja Florentino Pérez aparecen varios nombres de hombres de ataque. Se piensa en Kane como exponente fundamental para pelear con Benzema por el puesto de delantero centro; se espera que algún equipo seduzca a Cristiano Ronaldo para liberar al portugués del yugo de Hacienda y a la entidad de los caprichos de su estrella; se confía en la continuidad de Bale, a quien sólo una decisión unilateral del galés lo separaría del club. Pero por aquí no vienen las complicaciones para Asensio. Su problema a futuro es que el Real Madrid persigue a dos jugadores de características similares a las del futbolista insular. Se trata de Neymar, el verdadero objeto de deseo del presidente, y de Hazard, una alternativa al primero siendo, además, el acaparador de juego de ataque que más convence a Zidane. Con este panorama, a Asensio se le oscurece el horizonte. La situación que se tendrá que plantear es salir para regresar encontrando un equipo alternativo donde pueda tener dos años de continuidad y no reducirse a la actualidad donde es suplente con escasos aires de titular. Es posible que a Marco le llegara demasiado pronto la camiseta blanca. O también que no enganchara con un técnico que apostara sin fisuras por su figura, por otra parte gigante figura.

El análisis lo realiza nuestro seleccionador nacional. Poco dado a titulares rimbombantes, con un sentido práctico de las cosas, con alergia a la polémica, Lopetegui situó el dedo en la llaga y encendió la luz roja. Tampoco nadie se ha sorprendido. Pero el técnico atestigua la evidencia. Y sí, Julen es una voz autorizada: “Seguro que vuelven a jugar, pero me preocupa que Marco e Isco jueguen poco”. Sin duda, las manifestaciones se realizan desde el interés de la Roja. En ningún caso se aprieta a Zidane. Pero si el caso del malagueño extraña menos porque siempre ha vivido entre vaivenes de éxito o estaciones donde se le pierde de vista, la esperanza de desperdiciar a Asensio para la elite se acrecienta. El chico se ha ganado crédito, pero la hoja de servicios que presenta admite que se dude razonablemente del presente. Todos aplaudimos su porvenir, pero el fútbol no espera a nadie, ni a los elegidos. Y claro que Marco es uno de esos futbolistas especiales, de los que te completan el ojo, de los que ponen la guinda. Pero en dos cursos, la realidad es que hay más sombras que luces durante su estancia en el Real Madrid.

Marco Asensio