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Cristiano Ronaldo y por qué Florentino Pérez ya tiene a 'su' Di Stéfano
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Antonio Sanz

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Cristiano Ronaldo y por qué Florentino Pérez ya tiene a 'su' Di Stéfano

Como sucedió entre Di Stéfano y Bernabéu, la relación de Cristiano Ronaldo con Florentino Pérez acabó mal. Un par de goles del portugués al Atlético pueden arreglarla

Foto: Cristiano Ronaldo tendrá el apoyo de Florentino Pérez en la eliminatoria de la Juventus contra el Atlético. (Reuters)
Cristiano Ronaldo tendrá el apoyo de Florentino Pérez en la eliminatoria de la Juventus contra el Atlético. (Reuters)

Cuando uno no completa la faena puede arrastrarse al error. Y eso exactamente es lo que le ha sucedido al nada discutido Simeone. Gran parte de la afición, que todo se lo perdona, se debe sentir encantada. Pero no ganar en Brujas, con todo a favor, ha colocado a un coco con mayúsculas en el camino del 1 de junio hacia el Metropolitano. Un mal enemigo. El Atleti también lo es, pero si se hubiera podido dejar para más adelante… Sin embargo, mientras los voceros del técnico aludían al éxito de ser segundo de grupo, el riesgo latía por el cuello de la dirigencia. Al final la Juve y Cristiano Ronaldo posan enfrente: el todopoderoso club italiano y el hombre que ha disputado el trono a Messi en la última década. A todo eso se mide el Cholo. ¿Quién dijo miedo? De la propaganda rojiblanca, nadie. Mejor así.

Qué curioso, CR7 vuelve a Madrid por la Champions y Florentino Pérez se convertirá en el primer fan del luso. No hace demasiado, las dos partes optaron por romper lazos —la cuestión era quién daba el primer paso— a petición del portugués. Cristiano se consideró maltratado por el Real Madrid y por la Hacienda española y lanzó el órdago que acabó en los 100 millones. El mandamás midió mal (¿o bien?) y la Juventus aceptó el reto de rescatar al delantero añadiendo la solidaridad con 12 millones más que correspondía abonar a los blancos. Cris se despedía a su manera tras pasar inadvertido en la final y ganar una Champions más. Y Pérez respiraba tras eliminar del club a quien, desde su visión, solo pensaba en sí mismo. Ese día no esperaba que, jornadas después, también lo abandonaría uno de los suyos: Zidane.

placeholder Cristiano Ronaldo será la principal amenaza para el Atlético en los octavos de Champions. (Reuters)
Cristiano Ronaldo será la principal amenaza para el Atlético en los octavos de Champions. (Reuters)

Desde aquella salida fugaz del Real Madrid, aunque cocinada a fuego lento a espaldas de Concha Espina, Cristiano Ronaldo ha deslizado mensaje tras mensaje, entrevista tras entrevista, que abandera una infelicidad soportada por los títulos. Cuando Ramón Calderón le aseguró que solo el club blanco le otorgaría la gloria de ser el mejor y que solo desde Madrid podría competir de igual a igual con Messi, el portugués escuchó con credibilidad al entonces máximo dirigente y convenció a Sir Alex Ferguson para que lo dejara emigrar, circunstancia que sucedió con un año de retraso. Lo que el destino había escrito es que el luso aterrizaría en Madrid a las órdenes de otro presidente. Entonces, Florentino nunca lo sintió como adquisición suya.

Cristiano ha discrepado, en numerosas ocasiones, con quien dirige al Real Madrid. Recientemente, en un encuentro con periódicos italianos, obvió a los viejos amigos de Manchester y sepultó a los del camerino blanco: "El de la Juve es el mejor grupo donde he jugado. En otros sitios siempre hay alguien que se siente mejor que los demás, pero aquí todos siguen una misma línea y son humildes. En Madrid también lo eran, pero aquí creo que lo son más. Esto es más una familia". Unas fechas antes, en ‘France Football’, explicaba su versión del cambio: "Sentía que dentro del club, sobre todo por parte del presidente, no se me consideraba como al principio. Nunca me miró excepto como una relación de negocios. Lo que me decía nunca lo hizo desde el corazón".

La carta de despedida de CR7 del Real Madrid de Florentino se asemeja, con el paso del tiempo, al telegrama que envió Alfredo Di Stéfano a Santiago Bernabéu en 1964. Nadie oculta la admiración que cualquier madridista siente por los dos iconos del escudo. Pero entonces, también salieron tarifando. Las razones pueden ser diversas, pero alguna converge. Alfredo, como Cristiano, nunca quiso un trato directo con el mandamás. Alfredo, como Cristiano, hablaba en el campo y el ego los arropaba con la inmensa colcha del madridismo que en gran parte de las ocasiones los situaba por encima del presidente… y hasta casi del escudo. Alfredo discutió con Miguel Muñoz, el entrenador, y Cristiano lo hizo consigo mismo ante la imposibilidad de hacerlo con Zidane. Pero en el fondo, las dos estrellas terminaron saliendo mal del Real Madrid con el beneplácito de sus dirigentes.

Foto: Mourinho, con mirada y gesto serio, durante un partido con el Manchester United. (EFE)

Lo que aseguran las crónicas de la época es que Di Stéfano y Bernabéu no volvieron a cruzar una palabra más y que Alfredo regresó a la entidad, partido homenaje al margen, una vez fallecido el histórico presidente. Cristiano y Florentino se hablaban lo justo y menos que se entendían. Lo que falta por explicar es si el actual dirigente blanco estaba esperando un enfrentamiento que lo igualara en la historia con quien elevó al Real Madrid a lo más alto.

Recientemente, en septiembre de este mismo año, Pérez, en uno de los encuentros con los compromisarios que deben respaldarle antes de la Asamblea de socios, se sintió obligado a explicar el adiós de la estrella portuguesa. Esta resultó la explicación del actual mandamás del Real Madrid: "A Cristiano no le queríamos vender, pero se quería ir por razones personales y entendimos que, por todo lo bueno que ha hecho, había que abrirle la puerta. Ha sido una situación de desgaste. Todos los halagos a Cristiano son pocos. Lo que pasa es que en España se han hecho cosas raras a nivel fiscal y se sentía dolido. Siempre le tendré cariño. También Di Stéfano se fue enfadado, pero mirad luego. Esta será siempre su casa". Lo mismo le prometió, según lo escrito en el pasado, Bernabéu a Alfredo… y nunca más se volvieron a hablar. Eso sí, dos goles al Atleti podrían cambiarlo todo.

Cuando uno no completa la faena puede arrastrarse al error. Y eso exactamente es lo que le ha sucedido al nada discutido Simeone. Gran parte de la afición, que todo se lo perdona, se debe sentir encantada. Pero no ganar en Brujas, con todo a favor, ha colocado a un coco con mayúsculas en el camino del 1 de junio hacia el Metropolitano. Un mal enemigo. El Atleti también lo es, pero si se hubiera podido dejar para más adelante… Sin embargo, mientras los voceros del técnico aludían al éxito de ser segundo de grupo, el riesgo latía por el cuello de la dirigencia. Al final la Juve y Cristiano Ronaldo posan enfrente: el todopoderoso club italiano y el hombre que ha disputado el trono a Messi en la última década. A todo eso se mide el Cholo. ¿Quién dijo miedo? De la propaganda rojiblanca, nadie. Mejor así.

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