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Alejandro Agag sabe por dónde sopla el viento de la Fórmula 1
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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Alejandro Agag sabe por dónde sopla el viento de la Fórmula 1

¿Es posible un equipo americano con dos Ferraris compitiendo en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1? ¿Y que uno de sus rivales  fuera otro, español, propiedad

¿Es posible un equipo americano con dos Ferraris compitiendo en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1? ¿Y que uno de sus rivales  fuera otro, español, propiedad de Alejandro Agag? En las últimas fechas algunos indicios apuntan hacia un posible cambio en la filosofía de la Fórmula 1: una disciplina que estaría formada por los mejores y más potentes equipos, cuyos monoplazas serían también utilizados por otras escuadras. Solución que permitiría una competitividad más ajustada y una mayor lógica económica respecto a la actual.

Agag: "Rentabilidad empresarial a partir de 2012"

Uno de esos indicios lo aportó el propio Alejando Agag en una reciente entrevista publicada en El Confidencial, cuando expuso las condiciones bajo las que se plantearía su entrada en la Fórmula 1. Condiciones que, hoy por hoy no existen, pero sí a partir de 2012, año en que expira el Pacto de la Concordia que rige la disciplina. Y algunos movimientos en torno a un nuevo equipo americano invitan a pensar que los poderes fácticos de la Fórmula 1 están dando pasos en este sentido.

Permítanme recuperar la respuesta de Alejandro Agag en la entrevista antes citada. Tras justificar su negativa para entrar en la Fórmula 1 en el actual contexto, no cerró las puertas para el futuro: "Solamente (se lo plantearía) si hubiese rentabilidad empresarial. Que podría haberla a partir de 2012. Creo que aquí hay espacio para seis constructores, los obvios: Ferrari, McLaren… y seis equipos filiales de esos seis principales. Es decir, cada constructor fabrica cuatro coches, la vía lógica para tener veinticuatro monoplazas competitivos en parrilla, a dos o tres décimas unos de otros, y no a seis segundos como ahora. Así me lo plantearía, porque sería muy atractivo desde el punto de vista deportivo y, además, un buen negocio".

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"Rentabilidad empresarial a partir de 2012"… ¿Por qué quien mantiene tan estrecha relación con Flavio Briatore y Bernie Ecclestone no entró en la Fórmula 1 cuando surgió la oportunidad, el pasado año? ¿ Sería porque cuenta, quizás, con la información, el consejo y la visión de la futura Fórmula 1, esperando para disparar a la pieza en el sitio y el momento adecuado? La respuesta, posiblemente, sea afirmativa. Y cuaje o no su entrada en el Gran Circo algún día, Alejandro Agag, conoce muy bien el paño que tiene entre manos en lo que respecta al automovilismo de alto nivel, le guste o no a sus detractores en España. Solo hay que echar un vistazo a sus equipos en el 'paddock' y a sus resultados deportivos.  Pero sigamos. 

Estados Unidos, asignatura pendiente

Recientemente, Ecclestone anunció del retorno de la Fórmula 1 a Estados Unidos desde 2012 a 2021. Concretamente, a Austin, Texas.  También se valora la posibilidad de un segundo gran premio en la costa este. Y es que equipos y sus patrocinadores aúllan por  volver al mercado americano. Pero el Gran Circo no acaba de penetrar entre su público. De modo que, para estimular su interés, resultaría imprescindible contar con un equipo americano.

Pero un candidato, USF1, acaba de fracasar. En el presente, se ha demostrado que construir un monoplaza competitivo en poco tiempo es una quimera para un recién llegado. Véase los nuevos equipos. Las razones las resumía recientemente Martin Whitmarsh, máximo responsable de McLaren: "Si cualquiera pudiera entrar en este deporte, tener éxito y sobrevivir, ¿qué demonios estamos haciendo nosotros aquí? Hemos trabajado durísimo para llegar dónde estamos. Desde que McLaren empezó, 106 equipos han fracasado. ¿Habrá más fracasos en el futuro? Sí, y si McLaren no rinde, seremos uno de ellos. Esta es la naturaleza de la bestia".

"Made in America…by Ferrari"

Entonces, si la Fórmula necesita un equipo para conquistar el mercado americano obviando el escollo técnico y económico, la solución que mantiene a Agag a la expectativa resuelve ambas cuestiones: utilizar monoplazas de la media docena de 'magníficos'.  ¿Y qué mejor manera que captar y estimular las emociones del público americano que a través de uno los iconos más conocidos en todo el mundo? Al igual que Agag, el presidente de Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo nos daba recientemente otra pista: "Sueño con un tercer Ferrari gestionado por un equipo americano, con la bandera de las barras y estrellas…", declaró a la Gazetta dello Sport hace dos semanas.

No fue una ocurrencia. Porque recientemente hemos conocido que Parris Mullis, consejero y asesor de Chad Hurley, el confundidor de 'You Tube',  ha entrado en contacto con Ferrari. Hurley invirtió en USF1 20 millones de dólares que parecen haberse evaporado. Ahora, el proyecto se quiere reconducir. Y para hacer realidad un equipo por el que suspira Ecclestone, entre este, Mullis, y Ferrari se está barajando la mejor opción posible para que la Fórmula 1 cuaje en  Estados Unidos. Porque, además ¿Saben cuál es el mercado de mayores ventas en el mundo para la mítica marca italiana? Bingo….

Alejandro Agag sabe bien por dónde sopla el aire que mueve la Fórmula 1, y también quién activa el ventilador. Dejemos, por tanto, el radar conectado…

¿Es posible un equipo americano con dos Ferraris compitiendo en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1? ¿Y que uno de sus rivales  fuera otro, español, propiedad de Alejandro Agag? En las últimas fechas algunos indicios apuntan hacia un posible cambio en la filosofía de la Fórmula 1: una disciplina que estaría formada por los mejores y más potentes equipos, cuyos monoplazas serían también utilizados por otras escuadras. Solución que permitiría una competitividad más ajustada y una mayor lógica económica respecto a la actual.

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