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Cuando los pilotos cambian sus guantes por unos de boxeo
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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Cuando los pilotos cambian sus guantes por unos de boxeo

Con motivo del vigésimo aniversario de su debut en la Fórmula 1, Michael Schumacher confesó a las cámaras de la BBC el episodio que más lamenta

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Cuando los pilotos cambian sus guantes por unos de boxeo

Con motivo del vigésimo aniversario de su debut en la Fórmula 1, Michael Schumacher confesó a las cámaras de la BBC el episodio que más lamenta de su carrera deportiva. ¿El desenlace del título con Villeneuve en 1997, con Hill en 1994, o su ‘aparcamiento’ en las calles de Mónaco en 2006? Para nada. Fue su reacción tras el accidente con David Coulthard en Bélgica 1998, cuando a punto estuvo de agredir al piloto escocés de no ser por la intervención de quienes le rodeaban.

Al margen de numerosos enfrentamientos verbales, en la Fórmula 1 también se ha llegado a las manos con mayor o menor intensidad. Los incidentes no son frecuentes aunque, curiosamente, la mayor parte de ellos fueron protagonizados por campeones del mundo.

Con la adrenalina a tope

Bajo un impresionante diluvio y sin visibilidad, Schumacher se estrelló contra la parte trasera del McLaren de Coulthard en mitad de la prueba. Pensando que el escocés había frenado intencionadamente, salió disparado hacia el box de Coulthard con la adrenalina desbordada y la clara intención de agredirle.

Los comisarios revisaron después la telemetría del McLaren comprobando que el escocés no había frenado. “La realidad es que levanté el pie para dejarle pasar”, reconocería años más tarde Coulthard, “pero lo hice en la trazada y con una enorme cortina de agua. Nunca debería haberlo hecho, no tenía la experiencia y el conocimiento suficiente”.

Una mano… al cuello

Schumacher también fue víctima de una agresión en los primeros compases de su carrera, esta vez a manos de Ayrton Senna. El brasileño le intentaba parar los pies consciente de la proyección del joven piloto alemán. Tras un encontronazo previo en el Gran Premio de Francia de 1992, donde el brasileño fue eliminado de la carrera por Schumacher, aquél le aleccionó en público, llamándole posteriormente “estúpido” en una entrevista. Schumacher no debió olvidarlo.

Pocos días después, en unos entrenamientos previos al Gran Premio de Alemania, Schumacher obsequió a Senna con un brake test, o así lo entendió este. Ya en boxes, el brasileño salió disparado a por el alemán perseguido por algunos de sus mecánicos, que temían sus intenciones. El brasileño inició una fuerte discusión delante de una nube de fotógrafos, y terminó agarrando a Schumacher por el cuello. Después, el alemán “ninguneó” el incidente aunque delatando sus intenciones al volante. “Creo que hubo un malentendido en la pista, luego vino y me cogió por el cuello, quizás para darme un masaje”.

Duelo de ‘gallitos’

Senna protagonizó otro conocido incidente con el irlandés Eddie Irvine, quien ya exhibió su luego famosa irreverencia. En la carrera de Japón de 1993, el debutante intentó desdoblarse cuando Ayrton Senna era líder de la carrera. Enfurecido, acudió al motorhome de Jordan acompañado por el director de comunicaciones de McLaren, Normal Howell, y Giorgio Ascanelli, el responsable técnico de Toro Rosso en la actualidad.

Senna comenzó una agresiva discusión ante la displicencia de Irvine, lo que enervó más si cable al brasileño. “You are not a racing driver, you are a fucking idiot!” y otras perlas por el estilo salieron de su boca. Tras un duelo de ‘gallitos’ dialéctico, antes de marcharse, Senna se volvió repentinamente y empujó a Irvine en la cabeza, quien cayó sobre una mesa pronunciando un “insurace claim there!”

Boxeo con el casco puesto

Pero quizás el combate más famoso de boxeo -en una sola dirección- fue el protagonizado por Nelson Piquet con Eliseo Salazar en Alemania, 1982. Piquet lideraba con 24 segundos de ventaja cuando ambos acabaron fuera de la pista al doblar al chileno. Frustrado por perder la victoria ante la cúpula de BMW, Piquet se lió a golpes. Ayudado previamente en su carrera por el brasileño, Salazar no tuvo fuerza moral para responder a la agresión.

En 1993, Piquet visitó Alemania para conmemorar los diez años de su título con el fabricante alemán. En la celebración, entre risas, se recordó el incidente. De repente, Paul Rosche, el responsable de motores, confesó una verdad oculta: el propulsor de Piquet solo hubiera durado un par de vueltas más. Involuntariamente, Salazar había evitado una embarazosa decepción a Piquet y BMW.

Las carcajadas rompieron de nuevo y, en medio de la hilaridad general, Piquet aprovechó para pedir el teléfono de Salazar con la intención de disculparse. No hizo falta. Con el tiempo, el chileno presentó un programa en la televisión de su país e invitó al brasileño para recordar el incidente, recuperando las imágenes entre las bromas de ambos en directo.

Pero no todo han sido peleas entre pilotos. Hubo alguien capaz de golpear incluso a quienes pretendían ayudarle tras un accidente. No se pierdan las imágenes. Solo James ‘Hunt the Shunt’ era capaz de algo parecido. Genio y figura.

Con motivo del vigésimo aniversario de su debut en la Fórmula 1, Michael Schumacher confesó a las cámaras de la BBC el episodio que más lamenta de su carrera deportiva. ¿El desenlace del título con Villeneuve en 1997, con Hill en 1994, o su ‘aparcamiento’ en las calles de Mónaco en 2006? Para nada. Fue su reacción tras el accidente con David Coulthard en Bélgica 1998, cuando a punto estuvo de agredir al piloto escocés de no ser por la intervención de quienes le rodeaban.