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Fernando Alonso y Ferrari, con el casco, el pico y la pala en 2012
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Javier Rubio

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Fernando Alonso y Ferrari, con el casco, el pico y la pala en 2012

“Puede resultar absurdo, pero Ferrari debería concentrarse en el coche del año que viene”. Muchos nos preguntamos el pasado año por qué  aquellas rotundas declaraciones de

Foto: Fernando Alonso y Ferrari, con el casco, el pico y la pala en 2012
Fernando Alonso y Ferrari, con el casco, el pico y la pala en 2012

“Puede resultar absurdo, pero Ferrari debería concentrarse en el coche del año que viene”. Muchos nos preguntamos el pasado año por qué  aquellas rotundas declaraciones de Flavio Briatore después de la primera carrera, en Australia. Muy sólida debía ser su fuente de información para semejante contundencia. Parecía que el italiano quería poner presión sobre Ferrari en nombre de alguien. Al final, tuvo razón.

Este año, ha sido el propio Alonso el encargado de transmitir otro mensaje de urgencia: “Si mejoramos el coche rápidamente podemos conseguir cosas importantes, como el campeonato. Si no lo hacemos, no seremos capaces de lograrlo”.  Tras los entrenamientos del sábado, el mensaje era hasta dramático: “El año pasado estábamos a 1.4 segundos, y ganamos la novena carrera en Silverstone. Este año, no podemos esperar hasta entonces. Tenemos que lograrlo mucho antes”. Cuando el piloto líder pide "pasar de trabajar 24 horas al día para trabajar ahora 25”, cabe preguntarse ¿está Ferrari en una situación similar en 2012?  

Donde las dan, las toman

Ante la lógica señal de alarma  de Alonso, resultaba inevitable escuchar el eco de Briatore en 2011. ¿Aumentaba el español la “presión de turbo” motivacional para encontrar soluciones técnicas a los problemas del F2012?  ¿Se trataba de preocupación o impotencia ante el funcionamiento interno de Ferrari? Solo Alonso sabe si se refería a una de las cuestiones, o a las dos a la vez. 

En su comunicado oficial del sábado,  Ferrari  no dejó pasar la oportunidad de devolver la pelota. “Hace falta decir también que el paso a la Q3, al menos un puesto entre los diez primeros, parecía estar cómodo para Fernando Alonso. El piloto español, sin embargo, ha demostrado que incluso los dobles campeones del mundo no son infalibles, haciendo un trompo antes de completar una vuelta rápida con gomas nuevas…” Una suerte de “aquí todos tenemos que funcionar ¿verdad Ferdinando?”.

Al César lo que es del César

Afortunadamente, tanto Ferrari como el piloto español salvaron una complicada situación el domingo. Alonso con su agresividad y capacidad combativa en pista y el equipo con la estrategia y el impecable trabajo en boxes. Al final, como certeramente definió Ferrari, se logró una “limitación de daños”. El equipo, al César lo que es del César, emitió un comunicado reconociendo el gran mérito del español para salvar un día tremendamente delicado, gesto que incluso fue agradecido por el propio Alonso a traves de Twitter.

El español reconoció  que “en carrera estamos más cerca de los primeros”. El F2012 mejoró su  rendimiento,  especialmente en los dos primeros stints, aunque bajó tras el coche de seguridad en la parte final de la prueba. En todo caso, Ferrari no esperaba un quinto puesto como el logrado en Albert Park."Hemos comprendido los problemas -velocidad y tracción- y ahora quiero que mis ingenieros los solucionen, y lo antes posible", explicó ayer Domenicali.

El  interruptor “ganador/perdedor”

Ante la situación actual del equipo italiano ¿es ya imposible que Ferrari y Alonso puedan luchar por el título? Con sólo una carrera celebrada, la respuesta y las esperanzas que se perciben entre los aficionados españoles, comprensibles todas, varían según su acercamiento a la Fórmula 1 como deporte.

Quienes solo busquen al  “ganador español”, parecen esperar que Alonso sea bendecido con un monoplaza superior ya desde febrero, en una suerte de interruptor “on/off” que te hace ganador inmediato. Para muchos de ellos, la temporada parece ya destinada al fracaso. Algún “gurú” periodístico y cierto sector de las redes sociales cuentan con una bola mágica infalible y ya han dictado sentencia. Sin embargo, para quienes disfrutan con la frenética complejidad e incertidumbre de la Fórmula 1, esperarán una temporada apasionante. Sea o no Alonso campeón a final de año.

Doce coches en el mismo segundo

Aunque ya conocemos las dificultades de Ferrari, el presente campeonato presenta matices diferentes respecto al pasado año. Puede que el F2012 sea finalmente un concepto fallido. Pero, a día de hoy, absolutamente nadie puede saberlo. El F150 era un concepto técnico de escaso recorrido. Hasta que el monoplaza actual no sea exprimido –habrá que esperar como mínimo a mitad de temporada- solo podemos hacer conjeturas sobre las posibilidades para luchar por el título.

Porque Alonso puso el dedo en la llaga al plantear el panorama que nos deja el Gran Premio de Australia. “Hay quizás doce coches en el mismo segundo este año, así que ganar dos o tres décimas es mucho más importante que en el pasado”. De ahí el valor de “mejorar décima a décima” como apuntaba el asturiano. Por ello, Ferrari y Alonso tienen ante sí una temporada de casco, pico, pala, y “jornadas de 25 horas”. Es un futuro incierto. E incómodo, eso sí, para quienes buscan solo certidumbres inmediatas en un deporte que siguen solo por  Fernando Alonso .

Dar ya por sentenciada las opciones del piloto español por lo vivido en Australia, como hiciera Briatore a estas alturas en 2011, es un planteamiento absurdo. Pero claro, si Alonso no lograra el título, muchos presumirán en noviembre con el típico “ya lo dije yo…”.  Son aquellos que ya han apagado la luz con su interruptor "ganador/perdedor" nada más comenzar el partido.

“Puede resultar absurdo, pero Ferrari debería concentrarse en el coche del año que viene”. Muchos nos preguntamos el pasado año por qué  aquellas rotundas declaraciones de Flavio Briatore después de la primera carrera, en Australia. Muy sólida debía ser su fuente de información para semejante contundencia. Parecía que el italiano quería poner presión sobre Ferrari en nombre de alguien. Al final, tuvo razón.