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Querido Sebastian Vettel, no te equivoques: "Es el espectador, estúpido”
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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Querido Sebastian Vettel, no te equivoques: "Es el espectador, estúpido”

El alemán pedía resignación al aficionado ante las carreras aburridas. Pero el piloto quizás olvida que hoy al espectador se le pide que pague, y el producto es la clave para ello

Foto: Vettel, tras ganar en Brasil. (Reuters)
Vettel, tras ganar en Brasil. (Reuters)

Vaya por delante que el titular no tiene la menor intención ofensiva, como es obvio, sino destacar el cogollo de esta cebolla. Por ello tomamos prestada la frase de James Carville, asesor de Bill Clinton, para visualizar en 1992 el eje de su campaña electoral y las prioridades de su programa.

“Ojalá el próximo año la gente se tranquilice. Algunas carreras son aburridas. ¿Y qué? No veo el problema en ello”, declaraba la pasada semana el piloto alemán en la estela del soporífero Gran Premio de Abu Dabi, y con unas estadísticas de Pirelli de 2017 en la mano que arrojan la mitad de adelantamientos durante esta temporada frente a la anterior. ¿Que el aficionado se debe tranquilizar? Quizás Vettel se esté olvidando de algún punto crucial al respecto.

Foto: Alonso vivió en 2012 su temporada más cerca del título con Ferrari. Quien le denegó el éxito fue Vettel, hoy en día en Maranello. (EFE)

Los adelantamientos, otro síntoma

Hay que relajarse, calmarse y aceptar una carrera o dos aburridas seguidas, y luego llegará otra mejor”, apuntaba el piloto alemán. "No creo que necesitemos otro récord, un récord cada carrera, tener más y más adelantamientos, especialmente si estás detrás y no puedes pasar y te molesta. Pero cuando logras pasar es una enorme recompensa dentro del coche, y a veces fuera. Lo que quiero decir es que el adelantamiento debería ser un logro y no algo que te regalen”.

Vettel tiene razón en la segunda parte de sus argumentos. Muchos adelantamientos no implican más y mejor espectáculo. Pero al alemán a veces se le bloquea el cuello mirándose su propio ombligo como otros protagonistas directos de la Fórmula 1. Porque el tema de los adelantamientos para el que Vettel pide resignación al aficionado es un síntoma más de la enfermedad.

Canales a la baja y sin audiencias

Como ese condenado medieval cuyas extremidades son atadas a caballos que tiran cada uno en su propia dirección, la Fórmula 1 soporta intensas presiones desde distintos ángulos y según qué protagonistas e intereses. No resultará fácil encontrar ese equilibrio que ahora busca Liberty frente a unos poderes fácticos —se ha visto estos días— cuya posición se ha forjado en el modelo desarrollado por Bernie Ecclestone. Con el que el aficionado, el espectador, parece un convidado de piedra ante un modelo televisivo imperante en tantos países que puede acabar matando a la gallina de los huevos de oro. Al que se le pide paciencia, eso sí, pagando por ver un alto porcentaje de carreras anodinas.

Hablemos de nuestros lares. A la hora de escribir estas líneas, Movistar está renegociando a la baja su contrato con la FOM en España. El canal de pago latinoamericano Latam F1, emitido para toda Sudamérica por Mediapro, cierra dos años antes de llegar a los cinco contratados inicialmente por su difícil rentabilización. Es MotoGP, pero nos llegan noticias de que una petrolera española está reconsiderando seriamente su presencia en la categoría ante el bajón y el descontento por las audiencias generadas en España por el modelo de pago por visión. Liberty se está encontrando con muchas ofertas a la baja.

placeholder Adelantamientos en la Fórmula 1. (Reuters)
Adelantamientos en la Fórmula 1. (Reuters)

El grifo solo se abre ahora pagando

Tanto la Fórmula 1 como las motos alcanzaron en su día extraordinarias audiencias en abierto. Eran otros tiempos, con las televisiones como llaves de paso para difundir el espectáculo a cambio de pagos millonarios por disfrutar de sus derechos en régimen de monopolio. Los patrocinadores inundaron la Fórmula 1 con sus inversiones desde los noventa al calor de las imágenes televisivas en abierto. Los equipos se hicieron millonarios. Luego, las luminarias en sus despachos pensaron que el mercado estaba maduro para ordeñar la vaca con el 'pay per view'. El grifo solo se abriría para quien pagase desde su casa.

Pero la realidad está poniendo ese modelo en solfa. Solo falta que tampoco lo haga el espectáculo. Ahora esos patrocinadores ven menguar su exposición con la televisión de pago. Paralelamente se quiere trasladar al aficionado y al espectador que asuma parte de esos enormes ingresos a los que se han acostumbrado sus protagonistas. Pero cada vez se pide con mayores gritos revisar ese modelo de pago por visión, al menos, con una fórmula mixta. Pero si hay que pagar, que sea por espectáculo más variado del que ahora se ofrece. Son el mismo Ross Brawn y Liberty quienes lo están pidiendo y luchando para ello.

Foto: Nico Rosberg entrando por meta en el GP de Italia. (Andrej Isakovic/Reuters)

"Todas las herramientas están ahí. Utilícenlas"

Como no hay más espacio para ampliar esta enfermedad que aqueja a la Fórmula 1 actual, mejor sintetizarla con las algunas palabras de Martin Brundell en una de sus recientes columnas semanales. El expiloto y comentarista de Sky reconoció que nunca había recibido tantos elogios por uno de sus escritos. “Gastar miles de millones en coches que se hacen obsoletos cada pocos meses, con partes y sistemas que ni siquiera entienden los pilotos y menos aún los medios de comunicación y los aficionados, y que solamente sirven para alejar los coches unos de otros en la pista sin poder seguirse unos a otros de cerca, no tiene sentido para mí”.

Y ahí va el remate: “Déjenme simplificarlo más todavía. Dénme 24 coches que estén más o menos igualados, coches visual y sonoramente que asusten, con los jóvenes pilotos más valientes y rápidos, y nosotros os daremos una gran cantidad de aficionados en la pista y una audiencia televisiva. Lo que me frustra es que todos los ingredientes necesarios ya están ahi disponibles para que emerja esa nueva y dramática Fórmula 1 en los próximos tres años, pero los egos y la avaricia podrían interponerse en ese proceso. Todas las herramientas están ahí, utilícenlas”.

Así que, querido Sebastian Vettel, no te equivoques: “Es el espectador, estúpido”. Y no se trata solo de una o dos carreras...

Vaya por delante que el titular no tiene la menor intención ofensiva, como es obvio, sino destacar el cogollo de esta cebolla. Por ello tomamos prestada la frase de James Carville, asesor de Bill Clinton, para visualizar en 1992 el eje de su campaña electoral y las prioridades de su programa.

Fórmula 1 Sebastian Vettel Mediapro