Por qué Alonso entró al trapo para contestar a un aficionado en Twitter

El ambiente de fiesta en el ‘hospitality’ de Toyota en las 24 Horas de Le Mans era increíble. Todos sus miembros celebraban a lo grande una victoria ansiada desde hacía dos décadas, con Fernando Alonso zarandeado de un lado para otro. Un alto ejecutivo español de Toyota y quien les escribe reconocíamos la fortuna de poder disfrutar en primera persona de momentos semejantes. Una escena similar tenía lugar con otro protagonista ante el impresionante espectáculo de energía en la parrilla de las 500 Millas de Indianápolis, un evento deportivo y social único.

Qué debió ser aquello para quien los protagonizaba luchando por la victoria. Tales recuerdos volvían a la memoria al leer estos días atrás la inusual respuesta de Fernando Alonso a un seguidor que comparaba sus decisiones en la Fórmula 1 con las del Real Madrid tras el cese de Julen Lopetegui. Y la magnífica entrevista a Lewis Hamilton del periodista británico Mark Hughes esta misma semana en 'Motorsport' reincidía en ese sambenito que acompaña al piloto español.

Dentro de pocas fechas se publicarán sus memorias con su propia versión sobre momentos clave de su carrera deportiva. Y quizás de ellas se descubra que más que plantear esa trayectoria en términos de acierto o error a la hora de elegir equipo habría que juzgarlos según las circunstancias concretas en en cada momento.

El momento clave

Por resumir la mencionada entrevista, Hamilton no lamentaba que el español no hubiera dispuesto de un mejor monoplaza. Aunque en su fuero interno le considera merecedor de más títulos, el británico consideraba que Alonso pudo equivocarse al pensar que controlaba el mercado, aunque la realidad finalmente era otra. Lo ilustraba explicando también su intenso análisis de las opciones disponibles antes de decidirse por Mercedes.

En el caso de Alonso hubo un momento crucial, esa Y griega donde nacen caminos divergentes: el enfrentamiento con Ron Dennis en McLaren 2007. La personalidad de Alonso no aceptaba la traición a los compromisos ofrecidos por el británico y se revolvió. Como Hamilton para defender su posición, acudiendo a todos los recursos posibles, prensa británica incluída. Hasta Martin Withmarsh reconoció después esos incumplimientos hacia el español cuando le recuperó de nuevo. Quizás pronto conozcamos más detalles de toda aquella historia.

La peor consecuencia fue que Alonso se bajó en aquellos momentos de una noria ganadora. Pero en la Fórmula 1 subirse a ella de nuevo no resulta fácil, como se comprueba estos últimos años. El español se refugió en Renault, pero cuando abandonaba el equipo británico Ferrari le adelantó que contaría con él tan pronto fuera posible. ¿Y que piloto rechaza en la Fórmula 1 una oferta de Ferrari? Era cuestión de esperar.

"Tú, espera"

Mientras tanto, Red Bull hizo su oferta en 2008. Aquella temporada el equipo de un fabricante de bebidas conseguía cinco puntos en las diez últimas carreras de la temporada por su acuciante falta de fiabilidad. En 2009, Brawn GP era el hijo huérfano de Honda. Hasta el campeón del mundo de aquel año, Jenson Button, se marchó a McLaren a final de aquel año. El equipo se vendió a Mercedes, e hicieron falta cinco años más para lograr su primer título. Incluso con Michael Schumacher a bordo. ¿Quién hubiera apostado por ellos cuando Ferrari te quería en Maranello en cuanto surgiese la oportunidad? Que incluso se forzó, porque a Raikkonen le bajaron de su monoplaza un año antes de expirar su contrato. Ambas partes estaban condenadas a encontrarse, y así fue.

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A partir de aquí la historia ya es conocida. De no mediar aquella parada en boxes errónea en Abu Dabi en 2010 o ese un par de accidentes provocados por terceros en 2012 hubieran caído un par de títulos y ese sambenito que acompaña a Alonso habría sido otro. Ni Ferrari ha ganado desde entonces un título, ni tampoco desde 2008. Aquel piloto invencible de Red Bull hoy es apaleado en Italia. Eso sí, nadie puede negar hoy que el proyecto de McLaren ha sido un fracaso, pero hubiera sido de genios intuirlo en 2014, además con una megaoferta económica en la mesa al que sumar el retorno de un gigante como Honda.

Reabrir una nueva senda

Que Alonso merecía más títulos es obvio. Como que su personalidad directa y asertiva haya jugado en contra en determinados momentos. Quizás Mercedes no quisiera contar con Alonso por las heridas abiertas tras aquel tormentoso 2007. Pero ¿es que alguien piensa que Hamilton hubiera permitido tenerle al lado otra vez? De hecho, no ocultó su opinión al respecto cuando se buscaba sustituto a Rosberg. Y aquel Hamilton que en su día lloraba a la prensa británica para que no se le considerara un número dos de Alonso se ha garanttiza hoy un dócil escudero con Bottas. Como Vettel con Raikkonen. Puede que no todo se trate de saber elegir y hacer los deberes, como defiende el piloto británico.

Pero este singular destino de Alonso en la Fórmula 1 ha forzado otra bifurcación en esa Y griega de su destino. El español ha buscado nuevos desafíos que quizás no hubiera valorado de haber sofocado su intensidad competitiva con algunos títulos más, abriendo sendas que un campeón del mundo no transitaba desde los años setenta. Quien solo vea el mundo de las carreras con las anteojeras de la Fórmula 1 será incapaz de valorarlo.

"Pues mira por dónde, ¡yo (el implicado) tengo menos! 5 años increíbles en Ferrari. Y estos años en los que SÓLO ha ganado Mercedes en F1 he podido probar las 500 Millas, vencer las 24h de Le Mans y crecer como piloto. Ristra buena buena", contestaba Alonso al aficionado en Twitter. Quien haya sido testigo de ello sabe de lo qué habla. Y esta historia todavía no ha terminado. Incluso en la Fórmula 1.