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Mattia Binotto, la transformación de Ferrari y el papelón que Carlos Sainz tiene por delante
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Javier Rubio

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Mattia Binotto, la transformación de Ferrari y el papelón que Carlos Sainz tiene por delante

Binotto no quiere repetir experiencias del pasado y subordina férreamente a sus pilotos a los intereses de Ferrari. Sainz tiene por delante un delicado papel deportivo y político

Foto: Ferrari no quiere el menor problema en pista entre Leclerc y Sainz. (Ferrari)
Ferrari no quiere el menor problema en pista entre Leclerc y Sainz. (Ferrari)

Tras el GP de México, Carlos Sainz y Charles Leclerc parecían dos modélicos empleados formateados por la nueva cultura empresarial de Ferrari, también tragándose sus instintos competitivos en el altar del 'essere Ferrari' ('ser Ferrari') que su maximo responsable está imprimiendo desde la carrocería hasta la comunicación corporativa en la Fórmula 1.

La prueba mexicana escenificó impecablemente la horma con la que Mattia Binotto está transformando Ferrari para devolver al equipo italiano a la victoria y a los títulos. En el Hermanos Rodríguez visualizó cómo tiene bien amarrados a sus chicos. Aprendió la lección de los dos ultimos años y la está aplicando con mano férrea.

También se confirmaba el domingo por qué Binotto elegía a Carlos Sainz para el equipo italiano. El español fue el sacrificado en aras de la estrategia -sin éxito- del equipo italiano. Pero el discurso posterior de Sainz, en clave interna y de largo alcance, demostraba que está aplicando diligentemente las órdenes del jefe. Aunque llegará la victoria y Ferrari afrontará los dilemas del pasado. Carlos Sainz tendrá que actuar en consecuencia.

El mensaje a Leclerc y Binotto

"Devolví la posición a Charles, hemos visto esto en otras muchas escuderías, pero lo importante es que podemos hacerlo, respetando las órdenes de equipo. Porque sabíamos que podía ocurrir esta temporada o en el futuro, ya que podríamos encontrarnos en situaciones en las que el equipo debe de estar cómodo para cambiar posiciones en la pista, como hemos hecho en otras ocasiones, y que hemos ejecutado bien". Con sus palabras en la rueda de prensa, Sainz lanzaba un mensaje a Leclerc y también a Mattia Binotto.

Sainz insistió con un discurso que parecía redactado en clave interna. "Mi experiencia en la F1 me dice que en una temporada va a haber dos o tres ejemplos donde las órdenes de equipo te favorecen, y dos o tres que no. Obviamente, hay escenarios donde el lado competitivo sale y es difícil jugar este papel, pero la F1 me dice que la temporada te acaba compensando, por lo que hay que estar tranquilo en esas situaciones en las que hay que aceptar lo que ocurre al jugar el papel del equipo y creo que lo he demostrado". De nuevo, el mensaje: le confirmo al jefe por qué acertaba al ficharme por Ferrari. En el futuro, quiero el mismo juego para ambos. Porque a Sainz le tocó perder el domingo.

El capitán Binotto y su barco

El disco duro de Binotto acumula amplias vivencias en Ferrari, desde la 'era Schumacher' a la de Sergio Marchionne y Mauricio Arrivabene. Como Jean Todt en 1995, cuando tras casi dos décadas sin triunfos recibió la orden de reconstruir Ferrari, hace lo propio Mattia Binotto en estos tiempos.

De aquí el profundo cambio cultural que está aplicando el jefe en Maranello. "Si temes ser culpado, no progresas. Es un comportamiento, una cultura, que estamos intentando afrontar. En las dificultades de 2020, el equipo se mantuvo unido, sin culpar internamente a nadie, sin críticas, pero trabajando juntos para reaccionar y es algo con lo que estoy muy contento", explicaba Binotto en una entrevista reciente sobre uno de los principales objetivos a materializar en Maranello.

Carlos Sainz lo explicaba según su experiencia personal: "Estamos trabajando juntos en crear un equipo ganador y para nosotros ese espíritu de 'essere Ferrari' del que hemos hablado tanto pasa por, no tanto un cambio, como una adaptación cultural dentro de la organización. Lo llevo trabajando desde que llegue a la Scudería. Me gusta, porque muchas empresas hoy en día se han modernizado en cuanto al trato que hay que dar tanto al trabajador, a la prensa y a la compañía. Estamos trabajando en ello, va a ser un proceso largo, no se puede maniobrar un barco tan grande de un día para otro pero, poco a poco, si vais viendo los frutos, quiere decir que las cosas se están haciendo bien. Pero creo que esto va a llevar años, no va a ser de un mes para otro".

Sin reventar la casa

Ese cambio cultural también incluye a la gestión de sus pilotos. Leclerc y Vettel cuestionaron la autoridad de Binotto con sus enfrentamientos en la pista. De aquí, la sustitución del alemán por un perfil acorde a la nueva etapa. Desde principios de año también ha enfatizado la equiparación de sus dos pilotos actuales, con la que está cumpliendo.

Carlos Sainz le recordó el domingo que cumple con su parte, faltaría más. Pero Sainz llegó con un Leclerc que lideraba Maranello, un mensaje que le llegó en privado a Sainz cuando fichó por Ferrari. Hoy, el español planta cara a ese teórico líder, cumpliendo otro objetivo de Binotto: la presión mutua, pero sana. Difícil equilibrio. Por ello, El madrileño debe atravesar el campo de minas de corresponder a las exigencias de Binotto y los intereses de Ferrari, mientras demuestra su capacidad para batir a Charles Leclerc sin hacer saltar la casa por los aires.

Inteligencia y fortaleza

Como cuando Leclerc dejó pasar a Sainz en Austria, Binotto alabó la diligencia de sus chicos en México. "La colaboración de los dos pilotos ha sido magnífica, cómo ha sido gestionada. No es fácil cuando estás seis segundos por delante levantar el pie y ceder la posición", explicaba en relación a Sainz, "pero lo mejor es que ambos entendieron la situación del momento". Desde el punto de vista de Ferrari, el domingo sus pilotos actuaron impecablemente.

De aquí, el mensaje de Sainz a Binotto y Leclerc tras el pasado GP de México, porque el español pagó el precio de la estrategia de Ferrari. Llegará el día en que la Scuderia vuelva a ganar y Binotto no podrá actuar como el domingo. Carlos Sainz debe de estar preparado para ello y necesitará algo más que su talento y la velocidad para batir a Leclerc como el domingo: inteligencia, pero también fortaleza de carácter.

Tras el GP de México, Carlos Sainz y Charles Leclerc parecían dos modélicos empleados formateados por la nueva cultura empresarial de Ferrari, también tragándose sus instintos competitivos en el altar del 'essere Ferrari' ('ser Ferrari') que su maximo responsable está imprimiendo desde la carrocería hasta la comunicación corporativa en la Fórmula 1.

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