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El hogar de España en la Eurocopa, una ciudad que sólo piensa en el oval
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Jesús Garrido

Me voy de Eurocopas

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Jesús Garrido. La Rochelle

El hogar de España en la Eurocopa, una ciudad que sólo piensa en el oval

La ciudad que acoge a los campeones de Europa de fútbol se desvive por el rugby. El Stade Rochelais es el alma deportiva de la región, ya que juega en la máxima categoría de Francia

Foto: El Stade Rocherais, de negro, contra el Toulon (Joël Salmon/ASR).
El Stade Rocherais, de negro, contra el Toulon (Joël Salmon/ASR).

Llevo ya bastante tiempo en esta esquina de Francia llamada La Rochelle, aunque cada vez la puedo disfrutar menos al estar en constante movimiento tras los pasos de España, y tenía una sensación que necesitaba una confirmación inmediata. Desde mis primeros días, en los que desconocía prácticamente todo sobre este lugar, sentí que esta no era una zona muy futbolera. En La Rochelle, en realidad, había muy poco mensaje hacia la Selección, como sí lo hay en la isla de Ré. Anoche, al terminar de ver a Cristiano fallar un penalti, un señor francés llamado Bernard me lo confirmó: La Rochelle es ‘rugbier’.

En la misma mañana de este precioso día de domingo en la región, me dispuse a comprobar la certidumbre de las palabras de ese amable caballero residente en Lausana, cantón francés suizo. Y efectivamente: el Atlantique Stade Rochelais forma parte de la mayor liga francesa, el Top 14, división en la que ha acabado noveno después de ascender en 2014. Entre uno de sus mayores logros de la temporada, consta haber ganado al gran Toulon, actual campeón de Europa y donde juegan algunos de los mejores jugadores del planeta, como Ma’a Nonu, Bryan Habana o Paul O’Connell, por 19-14.

Me da cierta pena que mi estancia en esta ciudad costera no haya coincidido con los meses en los que el Top 14 está en plena ebullición, cuando la fase regular está disputándose. El estadio Marcel Deflandre, donde juega el Stade Rochelais, estaba hoy vacío, muy solo, silencioso, pero brillante en sus colores de avispa. Es sencillo, no muy grande, unos 15.000 espectadores, pero lo suficientemente cerrado como para que en los días de partido, ese campo adquiera una gran magnitud sonora.

El estadio tiene dos detalles muy bonitos: el primero, que cuenta con un campo de entrenamiento anexo al terreno de juego principal, es decir, entrenas al lado de donde juegas, lo cual tiene encanto. Y segundo, está en medio de la ciudad, rodeado por casas colindantes que tienen que vibrar sin duda cuando el Stade Rochelais juega en casa. Ahora tienen 46 días para descansar, según indica la cuenta atrás de la web oficial del club, para que el equipo se estrene en la nueva temporada contra el Brive-Corrèze.

Mientras, esa misma competición acabará en nuestro país. El Camp Nou tendrá el honor (y la novedad) de acoger la final del Top 14 el próximo 24 de junio. El partido entre el Toulon y el Racing 92 se disputará en Barcelona debido a la coincidencia de fechas con la Eurocopa de la sede habitual, el Stade de France. Una fantástica oportunidad para ver en nuestro país a algunos de los mejores ‘rugbiers’ del mundo oval.

Llevo ya bastante tiempo en esta esquina de Francia llamada La Rochelle, aunque cada vez la puedo disfrutar menos al estar en constante movimiento tras los pasos de España, y tenía una sensación que necesitaba una confirmación inmediata. Desde mis primeros días, en los que desconocía prácticamente todo sobre este lugar, sentí que esta no era una zona muy futbolera. En La Rochelle, en realidad, había muy poco mensaje hacia la Selección, como sí lo hay en la isla de Ré. Anoche, al terminar de ver a Cristiano fallar un penalti, un señor francés llamado Bernard me lo confirmó: La Rochelle es ‘rugbier’.