Del Bosque fue justo con Luis Aragonés

El gesto de Vicente del Bosque de romper el protocolo para que Luis Aragonés saliera en la foto en de la ceremonia de entrega de los premios Príncipe de Asturias fue muy emocionante. Fue un gesto precioso. El seleccionador nacional de fútbol no tenía ninguna necesidad de forzar la situación reconociendo a su predecesor su importancia en la forja de la mejor Selección española de la historia. Y sin embargo, Del Bosque consideró que era lo más justo y se fue a buscar a Luis, en uno de los momentos más emocionantes de la gala de los premios Principe de Asturias.

Su Alteza Real Felipe de Borbón había invitado a Luis Aragonés y el entrenador madrileño, tras dudar, aceptó la invitación y se personó el pasado viernes en Oviedo. Pero hasta ahí llegaba el protagonismo de Luis sino llega a ser por la generosidad, espontaneidad y naturalidad de Del Bosque al irse a buscar a su colega para que saliera en una fotografía histórica. Lo normal hubiera sido que Vicente se hiciera la foto junto a los diez jugadores que pudieron acudir al acto, sin pensar en Luis, ni siquiera en Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, a quien también fue a buscar.

Por cierto, Fernando Hierro, director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol, no pudo asistir al no haber sido invitado por los organizadores de los Premios Príncipe de Asturias. La presencia de Luis en ese momento histórico, gracias a Del Bosque, simboliza una concordia y una unión del fútbol español. Siempre se ha buscado un enfrentamiento entre los acólitos de ambos entrenadores. Parecía que si eras de Luis no podías ser de Del Bosque, y viceversa, y que no se podía admirar y alabar el trabajo de los dos entrenadores en la misma medida, que de manera obligada había que criticar a uno si apoyabas al otro.

Algunos han hablado de que Del Bosque dio una lección a Luis porque no se merecía su gesto por las críticas durante el Mundial en su faceta de comentarista. Esa no era la intención del seleccionador, que entendió los comentarios de su colega en la cadena de televisión Al Jazeera, al igual que todos los jugadores, con la excepción de algunos directivos de la RFEF. Del Bosque reconoció el mérito de Aragonés y creyó que lo más conveniente era darle protagonismo, pero en ningún caso fue un brindis al sol ni pretendió dar ninguna lección al de Hortaleza, porque ese no es el talante ni el estilo del salmantino, que se encuentra en las antípodas de cualquier revanchismo absurdo y maniqueo.

Lo peor fue que no pudieron estar presentes los 23 jugadores que se proclamaron campeones del mundo. Los organizadores de los premios estuvieron negociando con Mediapro durante varias semanas para que al fijar los horarios de los partidos de los internacionales no impidieran su presencia en la acto de entrega. Por eso en el comité organizador, en la Fundación y en la propia Casa del Principe hay cierto malestar con la empresa que preside Jaume Roures porque consideran que no hizo ningún esfuerzo, más bien al contrario, al designar los horarios para favorecer la presencia de todos los campeones del mundo. A todos les habría encantado estar. Y no pudieron.