Dani Parejo con la carta de libertad... ¡Y Simeone no le ficha!

Diego Pablo Simeone lo advirtió en la rueda de prensa posterior a la eliminación ante el Leipzig en la Champions: “La temporada que viene va a ser dura, va a ser dura, porque hay muy bueno equipos, hay muy buenos entrenadores y la diferencia se empieza a acortar, terminamos igual que el cuarto este año y va a ser una responsabilidad para nosotros como cuerpo técnico de mejorar de cara a la temporada que viene”.

Simeone se pone la venda antes de la herida porque sabe que el Atlético no podrá fichar a nadie para la próxima temporada porque no se lo permitirá LaLiga debido a que roza el límite de techo salarial. Ni la venta de algún jugador le permitirá apenas firmar recambios y sólo podrá reforzarse mediante cesiones. Tiene en venta uno de los tres laterales derechos (Arias o Versaljko, uno de los dos será vendido), un central (Mario Hermoso tiene todas las papeletas para salir) y quizá se quede sólo con Lodi de lateral izquierdo por lo que deberá buscarle un suplente.

Necesita el Atlético un medio centro. La salida de Rodri Hernández al City (gran operación económica porque le compró por 20 millones y en un año le vendió por 70) dejó huérfano al Atleti en esa posición. Tenía en el mercado a uno de los mejores medios centros de la Liga con la carta de libertad y ni siquiera se ha planteado ficharle y se lo ha quitado el Villarreal. Que el Atlético no haya ido a por Dani Parejo a coste cero es algo incomprensible que solo se explica en que a Simeone no le gustan los jugadores de esa categoría calidad.

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Hace un par de temporadas, cuando José Luis Pérez Caminero estaba en la dirección deportiva del Atlético, le propuso al Cholo fichar a Parejo y al entrenador argentino no le gustó nada la propuesta y no contempló ni un segundo firmar a un futbolista de una calidad superior al resto, dotado para llevar el peso del juego de cualquier equipo. Por eso ahora que tenía la oportunidad de firmarle con la carta de libertad el Atlético ni ha pujado y el Villarreal se ha reforzado con un centrocampista de enorme categoría, al que le habría encantado fichar por el Atlético, equipo al que profesa cariño desde la infancia. Con este refuerzo, el Villarreal será competencia del Atlético para la tercera plaza.

Simeone sabe que el próximo será un año duro y lo anunció nada más verse superado por el joven entrenador alemán Julian Nagelsmann, que le ganó en la pizarra y en todas las fases del juego y le dejó sin respuestas para contrarrestar su juego. Aunque la eliminación ha de la Champions ha provocado alguna crítica al Cholo, muy poco habituales entre los aficionados del Atlético y el periodismo, Miguel Ángel Gil Marín le respalda totalmente y no considera que ha llegado el final de su ciclo, por más que sus métodos y sus planteamientos parecen haberse quedado obsoletos y que el preparador físico Óscar Ortega sea el que más lesiones en entrenamientos atesora todos los equipos de la zona UEFA en las últimas campañas.

En el club cierran filas en torno a Simeone (las palabras de apoyo de Cerezo al argentino provocan el efecto contrario entre la masa social) y puede que en los próximos días hagan un respaldo público a su figura con algún gesto, porque así se lo ha reclamado el entorno del técnico, que ha solicitado apoyo para el entrenador antes las críticas por su mala actuación en el partido ante el RB Leipzig (estaba tan desquiciado que en el descanso metió dos manotazos al técnico alemán en el túnel de vestuarios mientras le reprochaba que hablaba mucho, según contaron en ‘El Chringuito’). Con este particular, no se descarta que su hermana y agente, Natalia Simeone, se pueda dejar ver esta semana por las oficinas del club.

Problemas financieros en la cúpula rojiblanca

La situación económica del Atlético es complicada, como las de todos los equipos de Primera y Segunda división, con motivo de la crisis global del coronavirus. Miguel Ángel Gil Marín se ha empeñado en sacar adelante el proyecto con los recortes a los que está obligado por LaLiga, aunque le situación financiera es tan delicada que se puede complicar hasta pagar la enorme masa salarial de plantilla y técnicos del Atlético. Gil Marín podía elegir la opción de que el segundo máximo accionista, Idan Ofer, se hiciera ya mismo con el control del club comprando hasta tener el 51 por ciento y dejara a Miguel Ángel en la gestión, como CEO un par de años.

Pero Gil Marín se ve fuerte de ánimo y con capacidad de seguir consiguiendo recursos económicos para seguir como dueño sin necesidad de vender y ahora no contempla que el máximo accionista pase a ser Idan Ofer, por más que su llegada podría solucionar el problema financiero del club inyectando en vena 400 millones de euros que permitirían al Atlético fichar y reforzarse con futbolistas de nivel para la próxima temporada. Eso no va a suceder porque Miguel Ángel Gil no quiere y si sucediera, Idan Ofer no compraría hasta la tener la mayoría accionarial con Simeone de entrenador.

Gil Marín tendrá que hacer de nuevo filigranas financieras para que el Atlético siga compitiendo. No podrá fichar y buscará la fórmula para traerle jugadores al Cholo, que generalmente será a través de cesiones. Eso sí, estos días ha tenido a tiro fichar a Dani Parejo con la carta de libertad en el bolsillo, pero ni lo ha intentado, porque ese tipo de futbolista de tano nivel no le gusta al entrenador, que para el partido decisivo dejó de suplentes a Joao Félix, Morata, Vitolo, Mario Hermoso y Lemar, cuyo valor asciende a más de 300 millones de euros. Pero así, sin rendir tributo al talento, le da para cumplir los objetivos cada temporada, para ser el entrenador mejor pagado del mundo y para mantener el equilibrio y dominar todas las decisiones que se toman en el Atlético, por expreso deseo de su propietario Miguel Ángel Gil Marín y con el regocijo de sus devotos, mayoría entre la afición colchonera, que consideran que sin Diego Pablo Simeone en el banquillo, el Atlético caería al abismo y no estaría entre los cuatro primeros y se quedaría sin Champions. Como dicen ellos, “el Cholo es mi pastor, nada me falta”. ¡Amén!