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Zidane, un funambulista en el alambre del Nuevo Bernabéu
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Javier Gómez Matallanas

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Zidane, un funambulista en el alambre del Nuevo Bernabéu

El técnico blanco sabe danzar entre la exigencia extrema y la incertidumbre constante que rodea el puesto de entrenador del Real Madrid

Foto: Florentino Pérez, junto a Zidane, cuando el francés anunció que dejaba el Real Madrid. (EFE)
Florentino Pérez, junto a Zidane, cuando el francés anunció que dejaba el Real Madrid. (EFE)

Zinedine Zidane es un funámbulo. Y lo es en las dos acepciones del diccionario de la RAE. Zizou, como todo entrenador que dirige al Real Madrid, es un “acróbata que realiza ejercicios sobre la cuerda floja o el alambre”, o lo que es lo mismo, está en la cuerda floja del banquillo local de cualquier estadio madridista, sea el Bernabéu o el Di Stéfano. Pero el técnico francés cumple a su vez la segunda acepción del término funámbulo: “Persona que sabe actuar con habilidad, especialmente en la vida social y política”. Y en eso Zidane, en actuar con habilidad en la vida sociodeportiva, es todo un maestro, y casi siempre lo hace con una sonrisa.

Todo entrenador del Real Madrid es discutido en cada derrota. Si encima encadena varias en la Liga ante rivales de menor nivel y se juega el úlitmo día el pase a octavos de la Champions, pues mucho más. Zidane estuvo al borde del despido, según informaciones de varios medios, en las últimas semanas. Pero en los últimos 10 días, Zizou ha vuelto a ganar crédtio tras encadenar tres victorias seguidas ante Sevilla, Borussia Mönchengladbach y Atlético de Madrid, ante los dos últimos realizando sendos partidos brillantes.

placeholder Zidane sonríe tras saludar a Simeone. (Reuters)
Zidane sonríe tras saludar a Simeone. (Reuters)

En el aquelarre que se monta cuando todo entrenador del Madrid pierde algún partido, se cruzaron informaciones totalmente contradictorias. Unas aseguraban que Zidane no corría peligro y otras ya daban nombres de sustitutos. Y cuando Zizou superó el matchBall de ser el primer entrenador del Madrid que no superaba la primera fase de la Champions, el debate peridístico se enconó entre los que reprochaban a los que habían dicho que largaban a Zidane y los que afirmaron que Zizou seguía sí o sí.

Y en esas discusiones se citaban hasta la fuente que se lo contó y apuntan directamente al presidente Florentino Pérez. Pero si seguías al detalle esos debates y las opiniones en redes sociales de los periodistas, se entiende que el presidente ha filtrado tanto una cosa como la otra.

Era evidente que si el Madrid caía eliminado en Champions, la situación de Zidane era muy delicada porque hubiera sido una debacle histórica e inesperada. Era una especulación enmarcada dentro de la lógica y la crueldad de los resultados, variable que provoca que los entrenadores siempre tengan sobre su cabeza la espada de Damócles del despido, una espada que es mucho más grande y de la que todo el mundo opina si eres entrenador del Real Madrid.

El club ha mantenido la columna vertebral

Zidane ya dio la espantada cuando nadie se lo esperaba y luego, tras el fichaje fallido de Lopetegui y la transición de Solari, el francés decidió regresar. Se supone que lo hizo con más galones que cuando se fue porque Florentino Pérez le necesitaba. Y se supone que pondría unas condiciones para regresar en cuando a la configuración de la plantilla y sus poderes. Pasados los meses no hubo tantos cambios en el plantel que había cuando Zidane decidió marcharse como podría imaginarse. Se fichó a Hazard, Jovic, Militao, Rodrygo y Mendy, pero la columna vertebral fue la misma con la que Zizou ganó tres Champions seguidas.

placeholder Florentino Pérez felicita a Zidane en Yeda tras ganar la Supercopa de España. (Real Madrid)
Florentino Pérez felicita a Zidane en Yeda tras ganar la Supercopa de España. (Real Madrid)

El francés recuperó nada más volver en 2019 después de su inesperada marcha en 2018 a Marcelo e Isco, apartados por Solari para conseguir que el equipo se mantuviera en puestos de Champions. Año y medio después, Marcelo e Isco parecen no contar ya para el entrenador galo, que en los últimos tres partidos decisivos no ha hecho rotaciones y ha tirado del nucleo duro de los campeones de las tres Champions, o sea, los Carvajal, Varene, Ramos, Casemiro, Modric, Kroos, Nacho, Lucas Vázquez y Benzema, con Asensio como primer cambio.

A la altura de Miguel Muñoz

Zidane sabe que todo entrenador del Madrid es relativo y provisional. Que hasta él mismo, que puede mirar a los ojos de Miguel Muñoz como entrenador más laureado de la historia, puede saltar por los aires en cualquier momento. Zizou ganó la Liga en julio, que era su objetivo al volver de la espantada, no descolgarse en diciembre del campeonato liguero por más que luego ganara la Champions. Pero cuatro meses después de ser campeón de Liga, le ponían en la calle futurólogos resultadistas, que son mayoría absoluta en el fútbol y mucho más en todo lo que concierne al Real Madrid.

placeholder Zidane aplaude a sus futbolistas durante el partido crucial en Sevilla. (Reuters)
Zidane aplaude a sus futbolistas durante el partido crucial en Sevilla. (Reuters)

Zizou es un funámbulo. Y lo sabe. Zidane sabe que es un funambulista que atraviesa por el alambre el Nuevo Bernabéu mientras se construye su espectacular y espacial cubierta. Y ni las tres Champions seguidas le sirven de red. Zinedine es el mejor entrenador posible para la etapa de transción que vive el club madridista, cuyo gran objetivo es realizar la faraónica reforma de su estadio. Zidane es un hombre de club que sabe lo que conviene al equipo.

Sabe que hay que tragarse sapos como todo entrenador del Madrid. Sabe lo que debe hacer todo entrenador del Real Madrid y lo hace, con sus errores y caprichos (Marcos Llorente, Reguilón, Ceballos, James, etc.). Igual que Simeone es imprescindible e intocableen el Atlético para sus dueños Miguel Angel Gil Marín y Enrique Cerezo por su eficacia, para Florentino Pérez, Zizou es el entrenador ideal para el Madrid.

No hay más que recordar la carita, mecla de incredulidad y pena, del presidente del Real Madrid aquel 31 de mayo de 2018, cuando Zidane anunció por sorpresa que se iba. O rememorar su sonrisa de satisfacción y alegría aquel 11 de marzo de 2019 cuando Zizou decidió volver atendiendo a su llamada. Porque Zizou regresó porque le llamó Florentino Pérez.

Zinedine Zidane es un funámbulo. Y lo es en las dos acepciones del diccionario de la RAE. Zizou, como todo entrenador que dirige al Real Madrid, es un “acróbata que realiza ejercicios sobre la cuerda floja o el alambre”, o lo que es lo mismo, está en la cuerda floja del banquillo local de cualquier estadio madridista, sea el Bernabéu o el Di Stéfano. Pero el técnico francés cumple a su vez la segunda acepción del término funámbulo: “Persona que sabe actuar con habilidad, especialmente en la vida social y política”. Y en eso Zidane, en actuar con habilidad en la vida sociodeportiva, es todo un maestro, y casi siempre lo hace con una sonrisa.

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