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No colocas a Leo Messi y a Sergio Ramos ni con la carta de libertad
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Javier Gómez Matallanas

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No colocas a Leo Messi y a Sergio Ramos ni con la carta de libertad

Hace unos lustros, quedarse libre era una bicoca para los futbolistas porque negociaban su nuevo contrato con una prima de traspaso. La crisis del coronavirus lo ha cambiado todo

Foto: Sergio Ramos durante un partido contra el Elche. (Reuters)
Sergio Ramos durante un partido contra el Elche. (Reuters)

“No colocas a Ronaldinho ni con la carta de libertad”. Así bromeaban hace tres lustros varios agentes de jugadores cuando el brasileño era el mejor del mundo. La chanza se hacía sobre la incapacidad de los intermediarios de buscar equipo a un futbolista de primerísimo nivel que quedaba libre en su club, con lo fácil que era hacerlo a finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Hace tres lustros y ahora, un futbolista libre tiene opciones de negociar con cualquier club seis meses antes de que expire su contrato y en esa negociación lo normal es que saque hasta una prima de traspaso en su nuevo contrato, que es una cantidad que le pagan por lo que no han tenido que abonar a un club para contratarle. Esa prima de traspaso se divide en varios años y se mete dentro de los emolumentos anuales.

placeholder Leo Messi, durante El Clásico. (EFE)
Leo Messi, durante El Clásico. (EFE)

La práctica de aguantar sin renovar para marcharse a un club libre la extendió en España el histórico agente Alberto Toldrá en la década de los 90 del siglo pasado. Así fichó Cañizares por el Valencia (las crónicas de la época apuntaban que cobró 500 millone de pesetas de prima de traspaso) o Luis Enrique con el Barça. No renovaron con el Real Madrid y con la carta de libertad en la mano, se marcharon a sus nuevos clubes. Por esa vía llegó Steve McManamann al Real Madrid, acabó contrato con el equipo de Anfield y firmó un 'contratazo' para jugar de blanco en el Bernabéu.

La pandemia ha apretado el cinturón

Lo de quedarse libre iba siendo cada vez más complicado para los futbolistas. Los clubes negociaban su renovación un año y medio antes de que concluyeran su contrato. En la actualidad está en esa situación Kylian Mbappé, que acaba contrato el 30 de junio de 2022 y por eso están todos los focos sobre él, ya que si no firma ahora un nuevo contrato quedaría libre la siguiente temporada. Por ello se le vincula al Real Madrid. La situación de Sergio Ramos también es extraña porque lo normal es que el Real Madrid hubiera cerrado su mejora de contrato a finales de 2019. Es cierto que la pandemia del Covid ha provocado una crisis económica mundial que ha afectado al fútbol, pero en el caso de Ramos su renovación debía haberse resuelto antes de que irrumpiera el coronavirus.

Foto: Kylian Mbappé evita que una pelota comprometida salga por la línea de banda. (Reuters)

También es peculiar el contrato de Leo Messi, que cuenta con una prima de finalización de contrato y con una cláusula para comunicar que se marcha del club en una fecha marcada. De ese acuerdo contractual tiró Messi para anunciar por burofax que se quería ir del Barça a principios de este curso. Su marcha no se produjo porque no estaba claro si podía hacerlo ya en agosto, por más que lo podía haber hecho en junio si la temporada no se hubiera extendido hasta agosto por la crisis del coronavirus. Por evitar un pleito que hubiera sido doloroso, Leo decidió tirar de freno de mano y seguir en el Barça al menos hasta el próximo 30 de junio, fecha en la que concluye su contrato.

Y son precisamente los casos de Messi y Ramos los que demuestran que lo de quedarse libre ya no es un chollo para los futbolistas. Y menos para los jugadores que perciben los mayores emolumentos de sus clubes, como es el caso del rosarino y el sevillano. Se vio el pasado verano que pocos o casi ningún equipo podía mantener la ficha que Messi cobra en el Barça. Y si lo hacían no podían exponerse a un juicio en el que se decidiría si había que pagar una cantidad por su traspaso (su cláusula era de 700 millones de euros). Lo mismo sucede con Ramos, uno de los mejores centrales del mundo, pero con un salario difícil de hacer frente por la mayoría de los clubes. Solo podrían pagar su ficha en la actualidad el United, el City y el PSG, pero queda saber si están dispuestos a fichar a un futbolista de 35 años.

placeholder Sergio Ramos, antes de caer lesionado con la Selección Española. (EFE)
Sergio Ramos, antes de caer lesionado con la Selección Española. (EFE)

Hay otros futbolistas de una escala salarial inferior que también están teniendo problemas para encontrar un contrato en las condiciones que pretenden. Ese es el caso de Lucas Vázquez, que acaba contrato con el Madrid y le han llegado hasta ofrecer al Atleti, uno de los equipos que podría llegar a la ficha que pretende. Aunque al final igual le renueva el Madrid por su lesión en El Clásico, lo cierto es que a sus agentes les está costando encontrarle equipo.

Igual le pasó a Fernando Torres a la hora de firmar un último contrato que finalmente fue con el Sagan Tosu japonés. En la actualidad, también se puede estudiar el caso de Diego Costa que se marchó libre del Atleti y no ha encontrado ningún equipo que le pague lo que pide. Lo que demuestra que desde hace varios años no es ninguna bicoca para los futbolistas quedar como agentes libres (expresión de la NBA y la NFL) para negociar su futuro.

placeholder Fernando Torres exhibe la Europa League del Atlético de Madrid. (Reuters)
Fernando Torres exhibe la Europa League del Atlético de Madrid. (Reuters)

Los casos de Sergio Ramos y Leo Messi monopolizarán la atención las próximas semanas (el de Mbappé también, sobre todo si no firma un nuevo contrato con el PSG antes del 30 de junio). El Madrid asegura que Ramos tiene algo porque no acepta la oferta que le han presentado. Ramos no parece tener nada. Y en Can Barça cada día están más convencidos de que Laporta tiene convencido a Messi para seguir, más después de su felicidad tras ganar la última Copa del Rey. Veremos si Ramos sigue en el Madrid, o se va. Veremos si Messi sigue en el Barça, o se va. O si los dos acaban juntos en el PSG o en el United. Que todo podría pasar. “No colocas ni a Messi con la carta de libertad”, sería la broma ahora de los agentes. Pero esa chanza puede haberla hecho realidad la pandemia del Covid.

“No colocas a Ronaldinho ni con la carta de libertad”. Así bromeaban hace tres lustros varios agentes de jugadores cuando el brasileño era el mejor del mundo. La chanza se hacía sobre la incapacidad de los intermediarios de buscar equipo a un futbolista de primerísimo nivel que quedaba libre en su club, con lo fácil que era hacerlo a finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Hace tres lustros y ahora, un futbolista libre tiene opciones de negociar con cualquier club seis meses antes de que expire su contrato y en esa negociación lo normal es que saque hasta una prima de traspaso en su nuevo contrato, que es una cantidad que le pagan por lo que no han tenido que abonar a un club para contratarle. Esa prima de traspaso se divide en varios años y se mete dentro de los emolumentos anuales.

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