La necesaria conversión en sociedad anónima del Real Madrid y el Barcelona

En el fútbol español conviven sociedades anónimas deportivas con clubes. La Ley del Deporte de 1990 obligó a todos los equipos convertirse en sociedad anónima deportiva (SAD) menos a cuatro: Real Madrid, Barcelona, Athletic Club y Osasuna. Tres décadas después, ya es necesario que esos clubes adopten la misma persona jurídica que el resto de competidores en la Liga Nacional del Fútbol Profesional.

Lo de que el Barça y el Madrid pertenecen a sus socios queda muy bien de cara a la galería. La realidad es que los dos clubes más fuertes del planeta fútbol no pueden mantenerse con su personalidad jurídica actual. Ya no les da para competir con los clubes-estado que cuentan con mayor músculo financiero. La delicada situación financiera de Madrid y Barça obliga a acelerar la conversión de ambos clubes en SAD, porque como clubes de socios no pueden seguir encontrando los recursos para continuar siendo los mejores equipos del mundo de fútbol.

La crisis del covid-19 ha arrastrado a muchos sectores, y el del futbol también se ha visto muy afectado. Esto provoca la mala situación económica del Barça y del Madrid. No es cuestión de comparar quién está mejor de los dos, aunque parece que las arcas del Madrid de encuentran algo mejor. La salida para ambos es convertirse en SAD.

El planteamiento de la conversión debe ir acompañado por una pedagogía a los socios de ambos equipos, especialmente los que de verdad se creen que el equipo es propiedad de los socios. Los trámites y los detalles se deben estar avanzando y ya se da por hecho en el sector que Madrid y Barça se van a convertir en SAD.

En la actual situación, los directivos de los clubes se ven obligados a avalar si hay pérdidas. Con la crisis del coronavirus, el Gobierno sacó el Real Decreto 1162/2020, de 23 de diciembre, con el que dio oxígeno a los clubes al permitir que quedaran fuera del cálculo para el ajuste de los avales las pérdidas extraordinarias derivadas de las medidas adoptadas frente a la pandemia, con efectos tanto sobre la temporada 2019/2020, ya finalizada, como sobre la 2020/2021, en curso en ese momento, como futuras temporadas afectadas por medidas preventivas que disminuyan ingresos o aumenten gastos para prevenir el covid-19.

Llamó la atención que nada más ser nombrado presidente, Joan Laporta recibió a José Manuel Franco, flamante nuevo secretario de Estado para el Deporte que acababa de sustituir a Irene Lozano. Ese cuidado institucional de Laporta al presidente del Consejo Superior de Deportes es lógico para velar por los intereses del club culé. El presidente del Barça ya se caracterizó en su primera etapa por su buena relación con todas las instituciones, algo que favoreció él crecimiento deportivo del club.

Para liderar la Superliga también es lógico que Madrid y Barça se conviertan en sociedad anónima, porque su personalidad jurídica de club de fútbol no cuadra con la nueva competición que proponen. Deberán ser sociedades anónimas que acabarán cotizando en bolsa, como ya hacen la Juventus, su compañero de viaje fiel en el nuevo proyecto, o el Manchester United.

La necesidad de que Barça y Madrid se conviertan en sociedades anónimas es total. Igual deberán hacer Osasuna y Athletic Club. Seguro que sucederá más pronto que tarde.