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Sobre las celebraciones excesivas de los triunfos del Atleti, Madrid, Barça y España
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Javier Gómez Matallanas

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Sobre las celebraciones excesivas de los triunfos del Atleti, Madrid, Barça y España

En estos días inciertos, los equipos festejan con euforia las victorias y se montan debates sobre la conveniencia de tanta exaltación de felicidad por triunfos supuestamente menores

Foto: La Selección celebró el triunfo ante Albania en Barcelona. (EFE/Enric Fontcuberta)
La Selección celebró el triunfo ante Albania en Barcelona. (EFE/Enric Fontcuberta)

En los últimos meses se han producido celebraciones de equipos y aficiones que se han visto envueltas en polémicas. Se han considerado estas demostraciones de alegría por los triunfos obtenidos excesivas y sobreactuadas y poco acordes a la importancia de las victorias. Las críticas han venido generalmente de las aficiones de los eternos rivales, de los seguidores de los equipos derrotados. O de los no partidarios de los dirigentes de las instituciones de la selección o club que realizó la exaltación de la felicidad tras ganar su partido y lograr su objetivo a corto o largo plazo.

El último trienio ha estado marcado por la pandemia del coronavirus, que provocó un confinamiento de las sociedades occidentales. Además de por fenómenos naturales como la borrasca Filomena, la erupción del volcán de la isla de Palma y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, provocando una absurda, inesperada y dolorosa guerra en plena Europa. Estos tres años extraños han provocado que el inicio de la década de los años 20 del siglo XXI cambie la percepción de los ciudadanos de las democracias del primer mundo y ahora se disfrute el momento. La aparición de las redes sociales también ha fomentado la inmediatez, el contar todo lo que te está pasando al minuto y demostrar permanentemente la felicidad, celebrando la vida sin límites.

Vamos a analizar las celebraciones de triunfos más destacadas y que provocaron más polémica porque se discutieron por el nivel de euforia con la que se festejaron.

placeholder Benzema y Modric celebran el pase del Real Madrid ante el PSG. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Benzema y Modric celebran el pase del Real Madrid ante el PSG. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Celebración del Atlético por el triunfo en Anfield antes de la pandemia

Tres días antes de que se declarase el estado de alarma en España, el Atlético de Madrid eliminó al Liverpool en los octavos de final de la Champions League. Aquel 11 de marzo de 2020, el día que Marcos Llorente se convirtió en ídolo colchonero por sus decisivos goles para dejar fuera al campeón de Europa, los atléticos celebraron aquel triunfo por todo lo alto. Lo hicieron los 3.000 aficionados que viajaron y se dejaron notar en la grada de Anfield (luego les acusaron de propagar la COVID por Liverpool). Se debatió en los medios, y en las propias redes, si debía celebrarse una clasificación para cuartos de final. Y los que no eran del Atleti dijeron que había sido una celebración exagerada. Aquel fue el último partido que se jugó hasta que se retomó la competición en junio tras el confinamiento. Y cada día que pasaba se discutía menos si debió celebrarse así porque la situación que se vivía hacía disfrutar de la vieja normalidad.

placeholder Llorente celebra uno de los goles del Atleti en Anfield en 2020. (Reuters/Phil Noble)
Llorente celebra uno de los goles del Atleti en Anfield en 2020. (Reuters/Phil Noble)

Celebración de la Selección cuando se clasificó al Mundial

La Selección se complicó la vida en su camino para clasificarse para el Mundial de Qatar al caer derrotada ante Suecia en septiembre de 2021. Debía ganar todos los partidos y los suecos tenían que fallar para evitar una repesca muy peligrosa. La España de Luis Enrique lo logró el 14 de noviembre con una victoria por 1-0 (gol de Morata) a la propia Suecia. La fiesta que se montó en el estadio de La Cartuja entre aficionados al concluir el partido fue formidable. A los acordes de 'Mi gran noche' de Raphael, los futbolistas y técnicos dieron la vuelta de honor y jugadores y seguidores sevillanos compartieron la euforia por la decimosegunda clasificación consecutiva para jugar la fase final de un Mundial (España ha jugado todos desde Argentina 78). Aquellas imágenes sobre el césped y las posteriores en el vestuario también fueron discutidas en las tertulias y en las redes sociales, especialmente por los que discuten todo a Luis Enrique y a Rubiales. Vista la eliminación en la repesca de Italia, que se pierde dos Mundiales seguidos, se valora mucho más la clasificación de España. Porque el tópico ese de que no hay rival pequeño es una absoluta realidad en el fútbol actual y Macedonia del Norte dejó fuera del mundial a los italianos, tetracampeones del mundo. Por tanto, había que celebrar con ganas y alegría que España estará en Qatar. Y que llega en el grupo de favoritos.

placeholder La celebración por la clasificación al Mundial en las gradas de La Cartuja. (EFE/José Manuel Jiménez)
La celebración por la clasificación al Mundial en las gradas de La Cartuja. (EFE/José Manuel Jiménez)

Celebración del Real Madrid tras vencer al PSG

El Real Madrid perdió el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League en el Parque de los Príncipes. Un PSG muy superior le ganó por 1-0, con un golazo de Mbappe, el deseado por los madridistas, en el minuto 94. La vuelta se presentó como una oportunidad de remontada del Real Madrid para ampliar la leyenda del club más laureado del mundo en su competición. El ambiente antes del partido era de noche mágica europea. La euforia en el madridismo se había rebajado al descanso porque el PSG había sido mejor en el primer tiempo, ganaba 0-1 con otro gol de MBappé y había dispuesto de ocasiones para aumentar la ventaja. Todo cambió en dos acciones: el fallo de Donarumma que supuso el empate a uno de Benzema y un balón que le quitó Modric a Messi al lado del banquillo del PSG. Entonces se encendió la chispa del Bernabéu y llegó la locura y la avalancha madridista que dio alas al equipo merengue, que marcó el tercer gol antes que el segundo, los dos tantos anotados también por un Benzema en figura. Los madridistas lo celebraron a todo poder en el estadio y algunos incluso fueron a Cibeles. Se discutió también si había sido un festejo exagerado por clasificarse para los cuartos de final de la Champions. Pero los del Madrid lo celebraron a tope, como los del Atleti dos años antes tras vencer en Anfield también en octavos. Y ambas aficiones y ambas plantillas hicieron bien en exteriorizar su euforia con libertad y sin complejos.

placeholder Los jugadores del Barcelona celebran el triunfo en el Bernabéu. (Reuters/Albert Gea)
Los jugadores del Barcelona celebran el triunfo en el Bernabéu. (Reuters/Albert Gea)

Celebración del Barcelona tras su triunfo por 0-4 en el Bernabéu

El Barça llegó al Bernabéu a 15 puntos del Real Madrid. El equipo de Xavi venía jugando mejor gracias a los goles de los fichajes de invierno. Aubameyang, Ferran y Adama, más la recuperación de Pedri, habían permitido a Xavi Hernández plasmar cada vez mejor su idea de juego. El Madrid contaba con la baja de Benzema. Ancelotti se inventó a Modric de falso nueve y no le salió bien. Y en el segundo tiempo el italiano se equivocó tácticamente y puso defensa de tres. Y el Barça le pegó un baile al Madrid de época. Ganó 0-4, pero puedo golearle. Al final de partido el Madrid seguía 12 puntos por delante en la clasificación (el Barça con un partido menos) y los jugadores y técnicos culés lo celebraron como si hubieran ganado la Liga. Al final del partido, Laporta y sus directivos se hicieron una foto en el césped con Xavi y sus ayudantes. Y en el vestuario hubo cánticos y bailes propios de cuando se gana un título importante. También se ha discutido esta celebración de los barcelonistas, y su publicidad en redes sociales y medios propios del club, alegando que un triunfo en el Bernabéu no es para festejarlo así. Los del Barça dicen que el equipo venía de una gran crisis y que tenía que celebrar su vuelta a la elite con este triunfo ante el eterno rival. Pues tienen todo el derecho a celebrarlo por más que hay quien piensa que hacerse una foto en el césped del Bernabéu tras ganar no es propio de los directivos y entrenadores del Barça sino de un equipo pequeño que logra una gesta en Copa.

Moraleja: que cada uno celebre como le dé la gana sus victorias. Con respeto al rival siempre, pero con la alegría que considera conveniente. Hay que disfrutar el momento.

En los últimos meses se han producido celebraciones de equipos y aficiones que se han visto envueltas en polémicas. Se han considerado estas demostraciones de alegría por los triunfos obtenidos excesivas y sobreactuadas y poco acordes a la importancia de las victorias. Las críticas han venido generalmente de las aficiones de los eternos rivales, de los seguidores de los equipos derrotados. O de los no partidarios de los dirigentes de las instituciones de la selección o club que realizó la exaltación de la felicidad tras ganar su partido y lograr su objetivo a corto o largo plazo.

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